martes, 26 de febrero de 2008

Desde la óptica de Venus

Con permiso de la National Gallery y del insigne Velázquez, se expone actualmente la “Venus del espejo” en el Rastro de Gijón, junto con otras obras de diversa valía. Como todo por aquí, el cuadro está en venta pero no tiene precio fijo. La cotización del arte en esta galería es tremendamente variable y la competencia dura porque en esta sección del mercado donde se exponen objetos en desuso todo es ya, y para siempre, puro arte. No es fácil destacar frente a la noble herrumbre de los cachivaches, la nostalgia de los juguetes que fueron nuestros o el misterio que recubre los baúles viajeros. Todos ellos se encuentran a gusto en esta vida de saldo, en este almacén de las oportunidades que son las suyas, las de los objetos, antes que las nuestras, ingenuos compradores de pasado. Pero Venus se mira y no se reconoce. Su piel es más blanquecina cada día y esto acrecienta si cabe su coquetería, pero también el brillo de su mirada palidece a ojos vista. En el final de su vida Venus ve disolverse su imagen en el espejo mágico del tiempo y vuelve a convertirse en puro objeto sin imagen. Y así la diosa muere lentamente a manos de la misma luz que le dio la vida. Aunque en realidad, y según las leyes de la óptica, es al espectador a quien Venus está mirando en el espejo, y su disolución por tanto es también la nuestra. Tomemos entonces la roja manzana que la niña sin nombre nos ofrece y dejemos que el cuento se complete.

5 comentarios:

  1. Qué Bárbaro. Para qué vamos recorrer mundos y museos si lo tenemos todo al lado de casa. "He perdido" media tarde mirando y remirando esa foto. O ese cuadro: el tuyo.
    Queseriadenosotrosinelinterné.

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  2. Y entre la niña de la manzana, los fantasmas disueltos al disolverse la Venus.

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  3. Y así se llega a la altura exacta que debe tener la mirada del espectador.

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  4. Me gusta tu foto. La vendedora tampoco se cansa de mirar a su Venus. Me gusta tambien tu relato y tu conclusion.

    Hemos estado ambos de mercadillo el fin de semana. !Que casualidad!Aqui hacia frio y no habia demasiada gente pero habia una preciosa luz (que no supe aprovechar! todo sea dicho de paso!)

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  5. En este caso la perona que aparece aporta credibilidad a la puesta en escena: singular "marchante de arte".

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