jueves, 10 de abril de 2008

Hacia la blanda oscuridad

Es curioso observar como a medida que la muerte pierde importancia social nos preocupamos cada vez más por el destino de nuestros restos, esa versión póstuma del cuerpo al que adoramos, y procuramos convertir nuestra desaparición en un último acto de autoafirmación de nuestra individualidad irrepetible, que si bien en esta vida sufrió bajo el canon de la masa uniformizante, al menos en su último viaje podrá ir más allá del nicho repetido, más allá del más allá para estar lo más acá posible. Esparcimientos de cenizas en lejanas geografías, bosques santos donde se alquila a tanto el árbol para un bucólico reposo…y ahora al fin una compañía californiana ofrece llevar nuestra materia incinerada nada menos que a la Luna, y por solo ¡6.400 euros! Adiós a aquella tensión inflacionista que aqueja a nuestros cementerios, de la que hablamos hace algún tiempo, hasta el punto de que en algunos ayuntamientos ya hay que solicitar licencia hasta para morirse. El éxito de la iniciativa lunática está asegurado y con él la reducción de costes y el consiguiente abaratamiento del precio, de modo que acabará saliendo más económico que un funeral convencional. Así que yo me apunto. Si es posible elegir parcela, a mí que me lancen a la cara oculta de la Luna. Siempre fui muy pudoroso.

8 comentarios:

  1. El caso es pagar. Llegará el día que si no pagas no morirás y vagarás errante.

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  2. Después de muerto haced de mis despojos lo que queráis, no tengo preferencias y ya me dará igual.
    Qué foto, qué foto.

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  3. Que noticias tan atipicas encuentras Xuanrata! Yo hubo un tiempo que decia que donaba mi cuerpo a la ciencia. Luego dije que donaba mis organos... Que hagan lo que mejor les venga con el... Ya habra cumplido su cometido y solo le quedara reciclarse, como mas conveniente sea para el que le toque lidiar con el. Me encanta la foto!

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  4. Me gusta mucho en la foto cómo se palpa la sensación de que el viandante desaparece. Da la sensación de que se va a caer...el B&N también ayuda mucho.

    Respecto a mis restos, no me lo he planteado (tal vez debería...) pero así en una reflexión rápida, creo que me da igual, daré alguna preferencia (que si mi mentalidad no cambia mucho deberá ser la más económica), pero en definitiva creo que quien debe decidir, si acaso, es quien se queda con los restos, es decir, los vivos, total, en ese supuesto no creo que vaya a protestar mucho ;-)

    Saludos.

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  5. Tu escrito como siempre muy inteligente...Tu foto en blanco y negro, me taen recuerdos, de mi antiguo laboratorio. besitos

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  6. Te marchas al más allá y seguimos generando costes. Damos guerra hasta en la tumba.

    Precioso texto, preciosa foto. Un misterio de blog.

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  7. Si, este estilo de las fotos me gusta mucho. Muy, muy buena!! Excelente y perfecta
    Saludos

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  8. A parte de la evidente desaparición del mortal, de la que podríamos hablar semanas, a mí me queda la sensación de que algo va a pasar en cuanto el mortal desaparezca, cosa evidente como hemos dicho. Para mí los protagonistas son todos menos el viandante, y lo que me gustaría saber es lo que va a pasar en cuanto el único testigo no esté. Y tristemente el único testigo que queda eres tú. Necesitaría la misma foto, segundos después contigo mirando en dirección opuesta, para engañar a las farolas, que parecen dar el 'agua', y ver lo que nadie ha visto.

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