jueves, 30 de septiembre de 2010

Perro destino


Esa tarde habíamos llegamos un poco más lejos con el perro, de ordinario encadenado en un rincón de la cuadra donde espanta los fantasmas de las alimañas que hace años dejaron de rondar el gallinero. Lo soltamos por caminos de grava y en la playa. Era una tarde indecisa entre el naranja y el malva, tan quieta que se oían las conversaciones de las gaviotas con la nitidez de un anfiteatro. El perro, falto de costumbre, jadeaba con la boca muy abierta. De pronto dejó de seguirnos, de respirar casi. Alargamos la mirada como él, pero tampoco vimos nada. Apenas el presentimiento de una desventaja. Lejos, en el interior de la fronda que se repliega tras las últimas casas, la martaleña* desciende de rama en rama, se desplaza al cobijo de los setos, del maíz crecido, desde las sombras azuladas hasta los patios traseros, por las grietas que el tiempo fue abriendo en las paredes de las cuadras.


*martaleña: marta, pequeño mamífero carnívoro de la familia de los mustélidos que habita los bosques europeos

25 comentarios:

  1. pues no sé lo que vería el perro, si la marta o qué,
    pero tiene una mirada...

    ResponderEliminar
  2. Una mirada que resulta imposible de olvidar en un tiempo.
    Un texto exquisito.
    Saludos

    ResponderEliminar
  3. Parece la mirada triste del que sabe que perdio su destino, la marta puede campear tranquila

    ResponderEliminar
  4. tensión e incierto desenlace.

    interesante instante y relato una vez más.

    ResponderEliminar
  5. Por encima de todo me impresiona la mirada del animal, tan inteligente, tan atenta, tan meditativa, tan profunda. Qué mirará desde el abismo de sus ojos. Desde la profundidad de su mundo interior.
    Quién se inventaría que los animales no piensan, ni sienten. Seguro que era alguien a quien le ocurría lo mismo, no pensar, no sentir.

    El texto, un remanso de paz.

    Cómo me gustaría mirar con tus ojos.

    ResponderEliminar
  6. El instinto Xuan, el instinto que nunca se pierde del todo...

    Saludos.

    ResponderEliminar
  7. Es como una mirada de resignación, sabiendo que lo que su instinto le ofrece es inalcanzable para él.

    Un perro precioso y un texto conmovedor y bellísimo.

    Un abrazo y buen fin de semana.

    ResponderEliminar
  8. Dejando al margen que siempre me han gustado los perros, que soy feliz jugando con ellos, que me encanta que me provoquen para jugar juntos...nunca he visto una mirada que diga tanto como la de un perro.
    Me he sentido conmovido en más de una ocasión por la forma en que me miran, son infinidad de mensajes juntos en un segundo, tan sólo con su mirada, no hablan....para qué si con mirarte te dicen cuanto sienten,cuanto desean.cuanto aman.....
    No sé si es inteligencia lo que poseen, pero estoy seguro que saben responder mejor que nadie a los estados del alma..humana. Son capaces de reir junto a tí, de arroparte si estás triste, de lamerte las heridas en su afán de saberte feliz, y no hay quien se muestre más fiel que animales (?) como los perros....
    Bellísimo texto, Xuan, y fotografía que llega al alma.

    Un fuerte abrazo.

    Enrique.

    ResponderEliminar
  9. Hay pocas cosas que igualen a la mirada de un perro.

    ResponderEliminar
  10. Si nosotros tuviésemos esa habilidad de anticipación otro gallo nos cantaría, nada nos pillaría por sorpresa.
    Feliz finde!

    ResponderEliminar
  11. Hola, no soy muy dada a las cadenas de ningún tipo pero me ha llegado una y he puesto tu blog, para que si quieres, la sigas.
    ¿Por qué? pues porque considero que detrás de tus post, llenos de imaginación y "savoir faire", debe haber una persona interesante que me gustaría conocer un poco más.
    Perdona mi intromisión y...¡Tú mismo!
    Un abrazo

    ResponderEliminar
  12. El ecosistema de las cuadras. También hay quien suelta culebras para alejar roedores, a la vez que son alimento de las alimañas, y las alimañas de su perro...

    ResponderEliminar
  13. "El presentimiento de una desventaja". Buena metáfora la de esa mirada y tus palabras en el 30S. (Esta es mi interpretación)
    Es bueno que alguien me recuerde tu Calendario de instantes.

    ResponderEliminar
  14. Eres único.
    Visitarte en entrar en la sorpresa continua, en el placer de la vista, del pensamiento, de la palabra...

    Besos

    ResponderEliminar
  15. Sabiendo que el mundo de los olores es al perro lo que a nosotros la vista, o el mundo de los colores, sería suficiente para justificar la foto.
    Pero no es éso. Es, como digo yo, el 'ponerse en automático'. Es el notarle que ya sabe lo que va a ver antes que su la mirada ansiosa, concentrada, quizá miedosa, lo encuentre.
    Son los estímulos que activan comportamientos ancestrales, esos que tan perdidos tenemos nosotros, tanto los unos como los otros.
    Contamos con demasiada desventaja.

    ResponderEliminar
  16. Vivimos en nuestro mundo inventado. Los animales viven en los dos, el nuestro y el que siempre ha existido...pero ellos todavía pertenecen al segundo.
    ...Añadiría.

    ResponderEliminar
  17. Frente a las fotos/rostros de los humanos, los perros (y otros animales) tienen la exclusividad de lo auténtico, de lo no preparado, de lo no modelado.

    Y respecto a tu texto, hay cosas admirables:

    con la nitidez de un anfiteatro
    Apenas el presentimiento de una desventaja.

    cosas admirables que no sé si proceden de un repliegue íntimo o de un despliegue emocional, o de ambas cosas.

    Fantástico el chucho.

    ResponderEliminar
  18. Quizá tuvo la certeza de que hay cosas que merecen la pena.

    ResponderEliminar
  19. Como todo animal, el cruzar una línea es algo que se debe contemplar cuidadosamente, analizando todos los pormenores.
    Excelente
    Un abrazo

    ResponderEliminar
  20. Magnifico retrato, magnifica la 'partitura' anterior!

    ResponderEliminar
  21. No seduzcas. No te dejes seducir.
    Escucha. Escucha como lo hace él. Pero no sucumbas a los halagos, a ninguno, provengan de ti o de cualquier otra persona.
    Escucha.

    ResponderEliminar
  22. Sin palabras me has dejado. Bellísimo retrato.

    ResponderEliminar

Archivo del blog