viernes, 31 de diciembre de 2010

En puertas



Érase una vez un fantasma tan torpe que decidió llenar de puertas las paredes. Pero cada nueva puerta que abría daba acceso a una estancia también nueva, rodeada de firmes tabiques como suelen estarlo las estancias. Tan ocupado andaba el espectro rompiendo ladrillos, ajustando goznes y trasponiendo umbrales que pronto se olvidó de su torpeza y hasta de su noble condición fantasmagórica. A fuerza de tiempo hoy es un simple carpintero cuya casa ha crecido tanto que ya es imposible saber si estamos dentro o fuera de ella. 



Os deseo la mejor de las puertas para entrar en 2011. Salud, compañeros.

martes, 28 de diciembre de 2010

Crujiente


Menú de Nochevieja.

Entrantes:

Crujiente de vegetales silvestres ligeramente fermentados, sobre lecho de humus tibio y emulsión de escarcha natural.

Que ustedes lo disfruten.

domingo, 26 de diciembre de 2010

miércoles, 22 de diciembre de 2010

Postal de invierno



En mi invierno no hay frío ni nieve ni bufandas ni nada que lo delate, salvo una cierta predisposición a la geometría. Y un silencio pegadizo, como las canciones del verano.

domingo, 19 de diciembre de 2010

jueves, 16 de diciembre de 2010

Atracción del borde

Laguna de La Canalada, Teverga - Asturias

Yo no sé si es suficiente el goce que nos produce el equilibrio, ese logro leve de lo armónico, o si acaso al aceptar el desafío del abismo nos sentimos vencedores sobre alguna clase de destino. Pero es seguro que nos gustan las orillas y los labios y recorrer con los dedos la arista de la copa y recortarnos sobre una línea a modo de horizonte. Y todo tal vez porque es precisamente en ese espacio mínimo del borde donde el espacio nace, crece y se acentúa.

lunes, 13 de diciembre de 2010

Los límites del bosque



De algún modo el sol rasante de la tarde invita a ponerse a su altura. Y enseguida, cuerpo en tierra, la sensación de la luz rebotando entre las hojas como una piedra plana, sondeando los límites del bosque, que son también los nuestros.

viernes, 10 de diciembre de 2010

Olagrafía



Entre la convención y el convencimiento a menudo no hay más que una rutina perezosa. Por ejemplo, el hecho de pararse para tomar una foto, quiero decir, de estarse quieto mientras tanto, es mitad costumbre y mitad malentendido: costumbre heredada y transmitida desde los tiempos de la fotografía de placas y sus pesados artefactos que obligaban al fotógrafo a plantarse; malentendido según el cual creemos que al detenernos nosotros también el resto del mundo se detiene. Aunque ojo, tampoco quiero decir con esto que haya que tomar las fotos al desgaire, que una cosa es la detención y otra el detenimiento.

martes, 7 de diciembre de 2010

Hombre fotografiando el mar

Anochecer en el muro de San Lorenzo, Gijón

sábado, 4 de diciembre de 2010

Control aéreo


Él esperaba que amainara lo que en su inocencia creía viento de poniente y le concediera así el necesario permiso de despegue. Yo seguía soplando, soplando, y al tiempo que soplaba me sentía cada vez más henchido. Tanto que una leve ráfaga del sur me levantó los pies del suelo, y cuando quise volver a tierra ya era yo quien surcaba los desiertos del aire, descontrolado.

jueves, 2 de diciembre de 2010

Archivo del blog