Playa de Poniente, Gijón.
Resulta que llega un día en el que
sales a la calle confiado en la costumbre de tu ropa clara de verano y te
encuentras con un viento húmedo en la cara y en el pecho, y a la gente vestida
con prendas de nuevo oscuras, a juego con el grisazul del amanecer. Y tú ahí
como un cuerpo extraño, con tu indumentaria de lino y luz que de pronto te
viene grande, con tu cara de jet lag, pareces recién llegado de una lejana
latitud con el armario equivocado. Cuesta a veces regresar y no es una cuestión
de lejanías ni de viajes, ni tampoco de síndromes ad hoc, más o menos
inventados; hablo de distancias interiores para las que no existen autopistas,
me refiero a que el cuerpo no llega de golpe sino que se va recomponiendo como
en las traslaciones moleculares de aquellas pelis futuristas que antes de poder
cumplirse ya se nos han quedado antiguas. También así dejamos atrás el futuro
del verano, como una ficción que nos permitió representar un papel
protagonista. De vuelta a casa busco en el fondo del ropero una imagen adecuada
que ponerme, y la encuentro. No es la mejor de las fotografías pero se adapta a
las circunstancias y al momento. La belleza no siempre ha de ser sinfónica, a
veces se reduce a una sencilla cuestión de sintonía. Pero algo me dice que aún
no debo abandonar del todo el color arena ni el alto azul del mediodía, que tal
vez ahora más que nunca es preciso llevar las ropas claras y el paso cambiado.
Yo todavía ni me he puesto a buscar.
ResponderEliminarEl viento solpa sinfonías de bellos colores que sólo hay que saber interpretar cada uno en su caso. "Ande yo caliente y ríase la gente..."
ResponderEliminarSencilla foto pero como bien dices muy acorde al texto y al momento. Un abrazo.
ResponderEliminarXuan la ropa es lo de menos. La imagen es estupenda. La variedad de azules empañan ricamente el ambiente hace que la ropa nos olvidemos de ella.
ResponderEliminarUn abrazo.
Llevar el paso cambiado creo que siempre será un buen recurso. Aunque ahora nos obligan a cambiarlo con tanta frecuencia que no sé, no sé...
ResponderEliminarUn beso, Xuan
en los madriles sigue haciendo calor para sacar la ropa de otoño así que el verano se alarga como un chicle, tanto como las jovencitas estén dispuestas a enseñar los ombligos con piercing, que ese sí está siempre de moda.
ResponderEliminarun abrazo
Los cambios de la temperatura... todo un tema. Acá a punto de recibir la primavera y la lluvia y el frío no nos abandona.
ResponderEliminarAunque entre nos, yo más que agradecida!!!!
Como siempre me encantó la foto y el texto!
Beso
Yo, me resisto, como si todo tuviera aun la paz que respira tu imagen.
ResponderEliminarLa marca de un minuto, o un segundo, un instante nada más que roza lo sublime, que reconforta.
ResponderEliminarUn abrazo Xuan
Cuántos días sin venir, amigo.
ResponderEliminarUna foto preciosa, con una luz y unos colores, geniales.
Creo que, como bien dices, el verano se resiste a marcharse.
Buen fin de semana.
Debemos conservar la luz y la calidez en nuestro interior, porque el exterior se esta poniendo cada vez más feo y gris, pero hay que agarrarse a lo bueno y envolverse en la calidez del lino y de tu visión del mundo,sigue regalándonos un poco de verano más, espero que tengas más escondido por ahí para hacer mas corto y cálido el otoño-invierno.
ResponderEliminarEsa transición de una estación a otra siempre es complicada, uno nunca sabe qué ponerse. Hoy estás en manga corta y mañana con chubasquero y botas. Y, de repente, esa ropa de verano que te ha acompañado hasta hoy se queda relegada en el armario esperando tiempos mejores. Qué deprisa pasa todo...
ResponderEliminarEl paso cambiado y las distancias interiores, las películas futuristas que se nos quedan antiguas. Los días que tardas en aparecer con tus regalos y sentimos que nos falta todo eso.
ResponderEliminarMe encanta la sencillez de esta buena toma. Saludos.
ResponderEliminarRamón
Es normal que la mente nos pida volver a los encuadres que llevan tiempo ahí, metidos en la memoria de nuestra rutina, con pequeños cambios cada día. Lo que seguro sigue ahí.
ResponderEliminarY el cuerpo, aún encajando en la rutina, siempre espera la primavera, el verano y por fin el bañador y las chanclas.
Sin quitarle mando a la mente, no viene mal dejar que ésta se deje llevar un poco por él. Es la única manera de conseguir una foto que sea más que éso.
No sé si me explico.
I love your recent posts and pictures. Well done!
ResponderEliminarGreetings to you and your followers from The Netherlands!