martes, 11 de diciembre de 2012

Al vuelo

                                                                                                                                                              Embalse de Arbón, Asturias


Un ánade alza
el grito del agua
en la mañana del aire.
Mientras pasa nada existe
y después de pasar
no queda nadie.

17 comentarios:

  1. Un delicado desenfoque y juego de colores que acentúan todo el misterio y magia de ese lugar.
    Un abrazo.

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  2. El movimiento procura una abstracción perfecta, y se eleva de lo cotidiano hacia lo sublime
    Un abrazo

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  3. Tan veloz, que cuando quieres acertar a verlo, ya ha desaparecido.
    ¿Realidad o fantasía?
    Me gusta!!

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  4. Una verdad como un templo la de los tres últimos renglones.

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  5. Ese ánade cruza un instante sin tiempo; un espacio sin nada ubicado entre dos latidos. Detenerlo es una precisa y delicada proeza.

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  6. Muy señor mio, vaya fotón que se me ha largado usted hoy.
    Una maravilla y además con un texto de lujo.
    Un abrazo

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  7. Ohh, me encanta. Originalidad 100% acompañado de un texto que le va que ni pintado.
    Un abrazo.

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  8. Una de las mejores fotos que te he visto, dinamismo, colorido, el resultado es sensacional.

    Enhorabuena.

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  9. Figuración, abstracción, poesía...¡mmmnnn!

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  10. Música en colores y palabras, chapeau.

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  11. Maravillosas tus fotografías...acompañadas por acertadas palabras.
    Un placer visitar y descubrir tu blog.
    Un beso,
    Maribel M.B

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  12. Cuando hablamos de una belleza sugerente, puede que nos refiramos a imágenes como esta.
    Saludos.

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  13. Me gustan mucho las pinceladas de colores que nos deja ver ese vuelo rápido... una maravillosa abstracción!

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  14. Creo que fue en esta entrada donde dejé tu blog la última vez que lo visité y creí entonces que mi momentánea ausencia se debía a esos accidentes que la vida interpone ante nosotros y nos llevan a veces a alejarnos de lo que necesitamos y queremos... Pero hoy retorno y pienso que mi ausencia no fue por tal causa, porque siguen los accidentes y, sin embargo, aquí estoy. Así que supongo que seguía aquí, aunque una parte de consciencias seguía el vuelo del ánade. Un abrazo.

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