No seré yo
quien, después de fotografiarlo, niegue la escultórica belleza de su escorzo,
pero tampoco es tanta que oculte por completo el andamiaje algo patético en que
se apoya. Porque es cierto que una estrategia de resistencia consiste en no
resistir y que para perdurar puede resultar de provecho no ser ni hacerse el duro.
Pero no sé si sale a cuenta bajar la cabeza con tal de amortiguar lo más crudo
del golpeo si a cambio se ofrece la cerviz a la humillación de la colleja, con
toda su intemperie sin dolor que la redima ni quebranto que de oportunidad al
quiebro de otra rama.
sábado, 23 de febrero de 2013
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Archivo del blog
-
►
2019
(37)
- ► septiembre (3)
-
►
2017
(34)
- ► septiembre (1)
-
►
2016
(39)
- ► septiembre (3)
-
►
2014
(42)
- ► septiembre (3)
-
►
2012
(73)
- ► septiembre (4)
-
►
2010
(79)
- ► septiembre (6)
-
►
2009
(97)
- ► septiembre (6)
Es cuestión de dignidad, pero en qué lugar ésta se encuentra es algo para lo que no creo que existan parámetros objetivos. Y tampoco sería yo muy severo al juzgar la capacidad de resistencia, porque cada árbol y cada rama y cada persona, vive su realidad de manera irrepetible e incomparable.
ResponderEliminarUn abrazo con mi permanente admiración.
Una preciosa foto llena de matices.
ResponderEliminar"Se dobla, pero no se parte", es un buen lema de vida. A veces la mejor resistencia es esa: la otra, quiebra la lucha. Otras veces es mejor dejarse arrancar por el huracán: siempre que alguien deje testimonio.
ResponderEliminarSiendo flexible es más fácil resistir la presión. La foto es espléndida.
ResponderEliminarSalu2
Ha salvado sus ramas, luego ha conseguido sobrevivir.
ResponderEliminarTu mirada Xuan, resista o no resista el árbol la intemperie, tu mirada está ahí.
Y qué mirada, Dios.
Escorso de afirmación y dignidad.
ResponderEliminarLa composición está muy conseguida, amigo.
Un abrazo.
Preciosa fotografía, tenemos mucho que aprender de ese árbol! un abrazo y feliz fin de semana!
ResponderEliminarcon la de escorzos que he llegado a hacer en los años mozos y en la vida en general y ahora estoy rigido como una barra de pan congelada. ayer me cai tres veces. buenas fotos, se te da bien la nieve
ResponderEliminarun abrazo
¿Pierde o no pierde la belleza arborícola en su resistencia pertinaz? ¿Se doblega o refuerza su dignidad? ¿Quedará tullido o recuperará su firmeza original? Habrá que esperar. Su "corazón espera también hacia la luz y hacia la vida otro milagro de la primavera."
ResponderEliminarMi inclinación es una reverencia, amigo.
mira hacia otro lado pero no por cobardía, tal vez no quiere ver las heridas del pasado...
ResponderEliminarDoblado pero no hundido, soportando las nevaradas, las borrascas y los ventarrones, resistiéndose y luchando como puede, esperando su momento, aquel en el que resurja con fuerza, con sus pequeños brotes saliendo y llegando a su máximo esplendor, entonces habrá triunfado, habrá superado los malos momentos y su ciclo como el nuestro continuará. Pero ahora toca resistir con todas nuestras fuerzas.
ResponderEliminarAupa la resistencia y la oposición a la presión de los malos tiempos.
Besos
Cuando llegue el tiempo, ya verás cómo se estira orgulloso, buscando el sol. Ay, falsa ilusión, ójala fuera así. Seguirá así, invierno tras invierno y aguantará muchos de ellos, es una postura de resistencia.
ResponderEliminarAbrazos.
A mi de los árboles lo que más me gusta es el viento y de los bosques algunas caperucitas y casi todos los lobos. Otra cosa muy distinta es si tu cámara me propone un árbol resistente y contorsionista; entonces me gusta el árbol sin mas.
ResponderEliminarComo de costumbre, el texto se ajusta de forma precisa al talle de luz.
Un abrazo, Xuan.
Se acomoda al ímpetu de la tempestad, pero no cede, no se troncha, resiste.
ResponderEliminarUna belleza de monocromo Xuan
Un abrazo
Para mi está claro Xuan, este árbol se ha atusado las ramas. Tiene una cita a la que acude enfijatado. Digno y altivo como un marqués. Con el mentón ligeramente levantado.
ResponderEliminarLo que ya desconozco es quién será la afortunada. La nieve quizá. Ella aguarda fogosa la caida de algún pétalo suyo.
Acercate en mitad de la noche. Vuelve. Déjanos una prueba de este idilio, cuando sus yemas se hundan en la tierra, o se eleven hacia el cielo. Completamente despeinado.
Es una foto de lujo. De lujuria, quería decir.
Bellísimo y tan poético!
ResponderEliminarUna estupenda foto, bonita como imagen y fácil de leer.
ResponderEliminarUn abrazo
Me gusta esta foto, tiene fuerza ese árbol cuya ramas desnudas se doblegan al viento.
ResponderEliminar