jueves, 14 de marzo de 2013

Llegar a los postres



Llegar a los postres, sí, pero llegar, se entiende, después 
de haber pasado por un primer plato y un segundo 
convenientemente aderezados y de haber ido vaciando 
con aprecio y con gusto la botella, compartida, claro. 
Llegar y estar llegando todavía -mejor no haber llegado nunca del todo 
a ningún sitio- y tener que aprender, todavía aprender, 
a gestionar cada bocado, a renunciar quizás tan solo a cambio
de seguir renunciando, a postergar precisamente ahora 
que ya vienen retirando los platos y casi todos los cubiertos. 
Llegar a los postres, en fin, y agradecer los detalles
del licor y del café, dulceamargo anuncio
del final de las comidas y la ocasión de brindar 
una oportunidad de volver otra vez 
a los que por una u otra razón 
ya se levantaron de la mesa. 
Llegar a los postres y ser capaz 
de apurar sin prisa, 
nada más.



23 comentarios:

  1. Qué dos magníficas fotos en composición y retrato de personajes y ambientes. Esas espaldas, el gesto de la cuchara. Y esa silla vacía.

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  2. Esa manera de compartir, ese modo de dejarse ir hacía los demás y al tiempo ir saboreando esa parte esencial de la vida que es el alimento.
    Dos escenas que hablan de un tiempo tal vez olvidado. Ahora las prisas los negocios nos impiden este modo de vivir.
    Un abrazo

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  3. LA VIDA, XuanRata, LA VIDA ...
    Me ha encantado. Todo: las dos imagenes son increibles, una luz deliciosa. ¡ Qué momentos !
    Y el texto, otra maravilla ¿Quien fue primero, el texto o las imágenes?
    Enhorabuena.
    Un abrazo.

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  4. A cada gesto, a cada instante detenido en la imagen, corresponde una palabra en su justa medida. La medida del tiempo sin reloj: la existencia misma.
    Sí, una imagen vale más que mil palabras. Pero también cada palabra vale más que mil imágenes.
    Cualquier día consigues la cuadratura del círculo, amigo.

    Un abrazo.

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  5. ayer comi fuera y llegue a los postres con el espacio justo para un platano, no me gustan las tartas ni esas cosas pero si la fruta. de tus fotos de hoy tan iguales pero tan diferentes me quedo con la de los machotes no se por qué, me parece que tiene mas fuerza, mas sabor, mas mensaje, mas historia en los rostros y en la boina del abuelo. Es como contar una pelicula en un solo fotograma ¿se dice asi?

    un abrazo

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  6. Yo también quiero llegar a los postres, con esa dulce sensación de que no me dejé nada en ninguno de los platos.

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  7. Me encanta la primera fotografía. Lo bueno de llegar al final de la comida o de un largo camino es encontrar un dulce sabor, después de diferentes sabores.

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  8. Me gusta ambas dos, el amabiente, los personajes,el retrato...y el texto que le acompaña le da sentimiento. Sara!

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  9. Cuanta calidez y entraña en estas dos fotografías.
    El alma se les sale por los lados.

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  10. interesane diálogo entre las dos fotos: las caras, las mesas...aplauso....

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  11. Gustándome la comida como me gusta y siendo el que cocina en casa, sin llegar a ser cocinero, puede que no encuentre mayor placer que el de una comida parsimoniosa con comensales que se lo tomen como yo. El mayor aprecio que puedes hacer al sentarte a una mesa es saborear tranquilo cada plato, sobre todo cuando sabes que muchos de los ingredientes que ves delante han sido mimados no sólo mientras los cocinaban cariñosamente o con el reloj parado en la dilatada experiencia delante de los fogones, sino desde que fueron sembrados por las mismas manos, cuidados, transplantados, regados. Desde que el pollo llegó al corral y fué maternalmente criado mientras crecía...un tiempo infinito en comparación con el que se emplea en comerlo. Por éso le dedico yo toda mi paciencia a cada bocado y sé que mi placer es también el de quien me lo está regalando.
    Y alargar la sobremesa, alargando los minutos, olvidándose de éllos, dejando que las botellas se vacíen y los vasos se queden siempre a mano mientras la lengua se va soltando, incluso después del postre. Poco puede compararse a esos momentos.
    Me sorprenden las dos fotos, acostumbrado quizá a ver la gente más lejana en la mayoría de tus entradas. Sabes de sobra que me encantan, pero la primera es absolutamente genial. Eso sí, tengo que decir que en fotos como ésta se le desprende a uno totalmente la piel de fotógrafo que cada uno tenga y se pasa a ser solamente unos ojos que miran y un dedo que aprieta el disparador porque todo el mérito es del retratado. Un regalo que ya en el momento de sacarla nos produce una gratitud infinita al que nos mira porque es él el que la hace. Ésas son las que más me gustan, ésas en las que soy un mero espectador.
    Me quito la boina, Xuan y haces que me acuerde de mi parte favorita de la fotografía.

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  12. llegar a los postres, si, pero por las dudas no comerse todavía la cereza que lo acompaña... por las dudas, para mañana...
    me conmueve esa silla vacía, de la que se fue...

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  13. Una vuelta de tuerca más a tu incomparable manejo de la cámara, ésta vez dedicado a las personas, al mundo que nos rodea, al instante íntimo, al compartir de unos amigos, unos familiares, qué más da, en definitiva creo que es una inmejorable definición del desarrollo de nuestra existencia, ó mejor, del ocaso de la misma, en que se saborean cada uno de los instantes que en ella se nos regala.
    Es el "simple regalo" de un menú del día con un@s amig@s, paladeando cada porción de comida que nos llevamos a la boca, envuelta en esa íntima sensación de felicidad de mesa compartida con alguien a quien aprecias, quieres, estimas, consciente de que acabas de robarle un ratito más a la vida, que mañana....¡Dios dirá! Así que, como muy bien dices, el postre, el café, el licor se alargan un poco más en un intento de darle un corte de mangas a ese avance inexorable de la edad, con el sabor tan dulce de haber disfrutado un día más de vida.
    En ello es cómplice inexcusable l@s amig@s que hemos conseguido mantener mimando la AMISTAD que nos unía, robándoselos a Doña Partida Final...y llegando así a la conclusión de que merece muy mucho seguir dando guerra.
    No sé si es lo querías decir con tu fotografía, con tu texto, magnífico por cierto, pero a mí me ha traído ésto a mi ánimo, a mi sentir.
    Gracias, Xuan, por estos contínuos obsequios, tan mimados, tan exquisitos, tan cercanos, se mire por donde se mire.

    Un gran abrazo.

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  14. Excelentes las dos. Un procesado que no podría ser mejor. Un reflejo de la cotidianidad rural. Me quedo con la segunda: ese diálogo entre mujeres,esa mesa desierta, esa silla vacía...
    Un abrazo

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  15. Gracias por estos dos regalos inesperados, para mí son el reflejo de lo que fue, mesas llenas de gente, preparativos de comidas familiares, tardes de partidas de cartas, humo de puros, licores y conversaciones, personas que ya no vivían, a las que yo no llegue a conocer, pero que a través de mis mayores para mí se hicieron presentes, ellos y sus vicisitudes en la vida, esas historias imborrables, la pena es esa mesa cada vez más vacía, esas ausencias que crecen.
    Como siempre no se que me gusta más si las fotos o el texto, creo que el conjunto.
    Gracias y besos.

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  16. Que dos grandes fotografías...y que bien transmite cuanto has expresado en tu texto.
    Un abrazo.
    Ramón

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  17. Lamento comunicarte, amigo Xuan, que tú no sabes nada de fotografía; me complace informarte que, según mi poco entender y mucho observar, eres un genial escritor de luz. El preciso encuadre, la luz y sombra,de lo que escribes, se confunde con el texto que desde el obturador de tu máquina nos propones. Para decirlo sin tirabuzones: un placer.

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  18. Las fotos enmarcan perfectamente el texto... ¿o es al revés?
    Salu2

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  19. Me gustan las dos, una con solo hombres y la otra con solo mujeres. No parecen posados, sino tomadas sin mucha preparación, de ahí su naturalidad. Las ropas, las miradas, las actitudes, la comida, los colores, la bebida, el mantel, las sillas, el collar, las gafas de ver, la luz... son algo familiar para muchos de nosotros. Los hombres comen, las mujeres hablan, en estas fotos. Tu texto intenta fijar un sentido, el tuyo, pero ya ves que los comentaristas intentamos fijar otros muchos más.

    Un abrazo

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    Respuestas
    1. Ahí esta la gracia del asunto, José Luis: con cada mirada vuelve a sonar el obturador.

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  20. Texto y fotografías describen perfectamente la importancia de compartir una mesa.

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  21. Unas escenas costumbristas geniales, la calma, la sobremesa, lo mejor de una buena comida, ya lo dices tú.

    (Aplausos)

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  22. Me encanta el paralelismo que quiero ver entre el postre y la vejez. Las fotos, además, así me lo ilustran: postre más tertulia.
    Excelente, Xuan.

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