Perlora, Asturias
- Escucha, ¿no lo oyes? Presta
atención: igual que las campanas, también las olas rompen por nosotros.
- ¿Y ese crujir, como de caparazones
rotos?
- Son los peldaños que te trajeron
hasta aquí. Cada uno de tus pasos fue su golpe de gracia.