martes, 22 de noviembre de 2016

A la puerta de la pastelería



    
     Y el oráculo dijo así: 

   Sea cual sea la ciudad de tu destino únicamente te estará permitido el acceso a la ciudad que viaja contigo, esa que hallarás siempre donde quiera que vayas. Si alguna vez pensaste en ganarte la vida como fotógrafo de viajes, pierde toda esperanza. A cambio puede que te encuentres solo pero nunca te sentirás extranjero y cuando mires a los ojos de los niños, ellos reconocerán en ti a un pariente cercano.


miércoles, 16 de noviembre de 2016

Sueño a medida



    El sueño de un futuro mejor. El sueño de todos. El de cualquiera. Un sueño que se alza como una hermosa torre protegida por cien policías en su base. Sueño hecho de distancia pues solo la distancia lo hace nuestro, solo así cabe en la palma de la mano, en el bolsillo, sueño portable, souvenir de las noches insomnes. Si te acercas demasiado el sueño se vuelve inmanejable, desborda la mirada, su complejidad nos aplasta, lo perdemos de vista. Únicamente en su lejanía se cumple el sueño aquí y ahora. 

    En lo alto del Arco del Triunfo la gente guarda cola para subirse a una pequeña plataforma desde la cual niños y mayores se hacen fotos sosteniendo una porción de aire en cuyo interior procuran encajar la torre Eiffel. Mientras, otros suben a la torre Eiffel y desde allí fotografían el Arco del Triunfo.

miércoles, 9 de noviembre de 2016

Estatuas de sal



    A decir verdad, salimos del museo un tanto mareados. Habíamos estado recorriendo las diferentes épocas y estilos como si se trataran de las cubiertas sucesivas de un transatlántico y pronto nos resignamos al hecho de estar ante un espacio inabarcable: no solo se expandía ramificándose en innumerables salas atestadas como camarotes, sino también a través de algunas pinturas que parecían conducir al interior de mundos abisales tan prolijos como desconocidos. Conscientes de nuestra limitación nos aplicamos a la labor de picotear pinceladas, luces, fechas, nombres, rostros, sin concedernos el menor respiro, cada vez más pesados y abotargados por una indigestión en ciernes. 

    Sin embargo, tampoco fuera del museo encontramos alivio: solo esa desorientación que se sufre a veces en los espacios abiertos, mientras buscábamos sin éxito una razón para abandonar el barco, un pretexto para arrojarnos por la borda y confraternizar con los tiburones que necesitan estar siempre en movimiento para no morir asfixiados. Todavía bajo el aturdimiento provocado por las altas dosis de arte consumido, alguien observó que allí donde pisábamos brotaba un pedestal. Fue entonces cuando comprendimos que toda la visita había sido un simulacro: que ahora y solo ahora estábamos accediendo a las verdaderas estancias del museo.


miércoles, 2 de noviembre de 2016

Regreso a la tierra




Día de difuntos. 
Regreso a la tierra 
de donde vengo, 
silencioso viajero 
de una cinta sin fin 
ni comienzo.


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