¿Recuerdas las crines al viento de los briosos corceles a cuya grupa cruzamos la estepa? ¿Recuerdas la quilla del corsario hendiendo el océano a la par de los delfines? ¿Y las lenguas de helio incandescente en torno al fuselaje a cien mil kilómetros por hora? ¿Recuerdas? Yo tampoco. Tal vez nada de eso que cuentan haya sucedido y solo exista esta humilde tarde en la que el mar, el viento y los últimos rayos del ocaso urden para nosotros un escenario en el que podemos llegar a creernos héroes e inmortales.
martes, 28 de enero de 2020
sábado, 18 de enero de 2020
Mar, autorretrato
Y qué me dices de ese sentimiento que te asalta cuando acudes a la playa en medio del invierno y no sabes dónde ni cómo colocar los pies para recorrerla sin dejar huella.
Crees ingenuamente que caminando más despacio serás capaz de no pisar la arena.
Crees ingenuamente que caminando más despacio serás capaz de no pisar la arena.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)
Archivo del blog
-
►
2019
(37)
- ► septiembre (3)
-
►
2017
(34)
- ► septiembre (1)
-
►
2016
(39)
- ► septiembre (3)
-
►
2014
(42)
- ► septiembre (3)
-
►
2013
(54)
- ► septiembre (5)
-
►
2012
(73)
- ► septiembre (4)
-
►
2010
(79)
- ► septiembre (6)
-
►
2009
(97)
- ► septiembre (6)