Y es que hay seres que son inseparables de la tierra y viven con ella en mutua digestión. Llega uno a pensar que hasta la niebla es fruto de su aliento. Así la vaca, que empieza a convertirse en un mito de si misma. Esta vaca, sin ir más lejos, como otras muchas, existe por puro romanticismo. Pepe, el hombre que le procura los pastos, tiene otros ingresos y hace tiempo que la vaca ya no es su modo de vida. Sin embargo, forma parte todavía de su manera de vivir. La leche y la carne están en el supermercado, y a la postre uno puede alimentarse de sucedáneos condimentados con recuerdos. Pero ¿cómo medir el tiempo sin el paso lánguido de la vaca que regresa? ¿cómo sustituir su presencia protectora? ¿cómo reconocer la propia casa sin el olor acre que proporciona al hogar su densidad inconfundible?
jueves, 29 de octubre de 2009
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Archivo del blog
-
►
2019
(37)
- ► septiembre (3)
-
►
2017
(34)
- ► septiembre (1)
-
►
2016
(39)
- ► septiembre (3)
-
►
2014
(42)
- ► septiembre (3)
-
►
2013
(54)
- ► septiembre (5)
-
►
2012
(73)
- ► septiembre (4)
-
►
2010
(79)
- ► septiembre (6)
Que bonita la placidez de las vacas al aire libre,siempre pense que yo en otra vida querría ser vaca que pasta y camina con paso cansino, que se cubre con la sombra de los árboles y setos cuando aprieta el calor, que aguanta estoicamente el orbayo, como si a ellas no las mojara, que envidia sentirán las vacas trabajadoras, siendo explotadas en esas naves industriales donde a hora se fabrica la leche y la carne, que leche tan distinta.
ResponderEliminarQue vida tan distinta.
Yo he pasado la frontera. Formo parte de los que solo conocen el mundo rural por fugaces visitas, documentales y algún nostálgico recuerdo como el que nos propones. Probablmente no me gustara el olor de la vaca y seguro que mi médico me prohibiría su exquisita leche rica en colesterol, que sustituyo por un preparado lácteo rico en ácidos grasos insaturados.
ResponderEliminarSí, otra vida, otra velocidad, otra densidad, otra forma de apreciar la existencia.
¿Hemos perdido el rumbo?
Juan, muchas gracias por tu comentario, y perdona que no te visite con la frecuencia que debiera, pero aparte de tener poco tiempo, no tengo por ahora ordenador...se rompio y entre wiindows 7 y nuevos procesadores de intel, esta el mercado de capa caida...
ResponderEliminarun abrazo y gracias
Que bien que esta!!! vive como una reina.
ResponderEliminarEsta foto me trae recuerdos de la infancia.
Besos
Es una visión diferente: la vaca como animal de compañía.
ResponderEliminarLa lectura de tu post me ha dejado una sensación de calma, de placidez (con lo que eso escasea. Casi la misma placidez que que parece sentir nuestra protagonista.
Saludos.
escondida y camuflada, dispuesta para asustar quizás a algún despistado, recuerdo andar por tus tierras y realizar esos obligatorios parones con el coche para dejar que la vaca decida si se aparta o no, despues de largo rato reanudamos el camino detenido por la paciencia hecha vaca. Gratos recuerdos, me ha gustado lo de la niebla, no sabía que la fabricaran ellas, jajaja, saludos
ResponderEliminarAlgunos detalles son tan únicos que más vale no hacernos muchas preguntas, no sé que uno no encuentre la respuesta adecuada y decida ir por el camino del medio. O sea... matadero.
ResponderEliminarUn gran análisis. Una gran imagen.
Un abrazo
Muy buena entrada.
ResponderEliminarEl tiempo ya no se mide excepto con el reloj.
Lástima de mundo.
Es posible que sea ya casi una especie en extinción, a no ser en una vacafactoría, ó establo industrial, aún pueden verse algunas pastando pláaaacidameeenteee, pero cada vez son menos, como los caseríos, que van desapareciendo por jubilarse sus dueños..pena...pero es al vida, la vida moderna fagocita la "de siempre", son otros tiempos dicen...pero no, son otras necesidades, que nosotros mismos hemos creado.
ResponderEliminarDe cualquier modo, mientras existan fotógrafos como un tal Xuanrata, con su inteligencia fotógrafa, su ojo artístico y su palabra tan ricamente versada, no echaremos de menos nada, que nos será dado en esta su blanca plana.
Xuan...¡¡Preciosa foto!!
Un gran abrazo.
Enrique.
Es otro mundo lejos del estrés, las prisas, el asfalto...como volver a los orígenes, a lo natural.
ResponderEliminarGracias por compartir ese retazo de vida elemental, que está casi en estado de extinción, y por la placidez y calma que ha conseguido captar tu ojo.
Un abrazo, y buen fin de semana.
Curioso encuadre que parece dejar la cabeza de la vaca a solas sin el cuerpo, quizás como se quedaría Pepe sin su vaca...
ResponderEliminarVamos camino abajo, en picado, a un mundo de artificios, precocinados y sucedáneos ... vete tu a saber de que serán los filetes mañana!!!!
ResponderEliminarUna foto genial
Un abrazo
Aún recuerdo el calor del establo y el olor penetrante. Una delicia en invierno.
ResponderEliminarHoy hasta los pastores son eléctricos.
Preciosa y exquisita foto, Xuan, después de leerte la vaca casi me parece un Dios o, al menos, un ejemplo a seguir por sus virtudes. Pero sobre todo por ese metrónomo al compás de sus andares que marca los de Pepe. Qué envidia. Qué razón tienes, cómo medir el tiempo sin el paso lánguido de la vaca de vuelta al establo, cómo ha sido que no podemos bajar el ritmo, escuchar y acompasarnos con la sabia naturaleza.
ResponderEliminarhe pasado por aki varias veces y siempre me quedo igual, no entiendo esta foto, yo veo una cabeza descuartizada tirada en mitad del campo pero seguro que algo se me escapa, la mayor parte de la vaca que está como ausente o escondida pq de lo contrario seria una foto horripilante. la proxima vez vendré con las gafas puestas a ver si me aclaro mejor. abrazos
ResponderEliminarPertenece la vaca a esa especie inestimable a la que estamos dispuestos a tolerar sus cencerradas, se llame Milka, se llame Tudanca, se llame Palmera.
ResponderEliminarSi no lo has leído te lo recomiendo con todo el fervor:
'PUERCA TIERRA' de Jhon Berger, donde la vaca tiene una preponderancia absoluta en los campesinos de la Alta Saboya. Léelo.
Eu não tenho essas tuas recordações. Na minha terra só havia ovelhas e uma quantas cabras e porcos, mas a foto continua, como as 2 anteriores, vestida de... como dizer... tem um halo mágico, de qualquer coisas que sai da terra e lhe pertence... misticismo ou... não sei.
ResponderEliminarMas a foto é magnífica.
Tu texto tiene la misma cadencia que el pacer de una vaca. Dicho sea esto como elogio. Soy hombre de campo y entiendo a Pepe perfectamente. Sabio el romanticismo para quien lo lleva a cabo. En este caso de su vaca, Pepe lo lleva de cabo a rabo. Planteas las preguntas casi se diría que a modo de juego, pero no. Entrañan la lógica esencia del ser humano: su relación con la tierra.
ResponderEliminarLa recomendación de Sofía es espléndida. Conozco bien la obra de Berger.
La veo cómo disfruta entre esos montículos de hierba y recuerdo una foto tuya de señoras en un paseo marítimo con un cartel de vacas a un lado.
ResponderEliminar¡Qué vacas tan diferentes y siempre captadas en momentos especiales!
(no se me ocurrió pensar en J. Berger, pero al leer el comentario de Tempero, también recordé esa lúcida trilogía)
Bueh! No se guardó mi mensaje. ¿Qué le pasa a blogger, está dando lata no?
ResponderEliminarTe decía yo, que como Odiseo, también he pasado a formar parte para bien ó para mal, de los urbanitas que se tapan la nariz cuando pasan por un campo recién abonado. ¿Qué tal tus vacaciones en Holanda? -le preguntas a la amiga- Bien, genial, preciosa, pero huele fatal...
Así y todo pienso ir a Holanda en cuanto tenga oportunidad, aunque sea con una pinza en el bolsillo :)
Muy lograda la frase con la imagen"...inseparables de la tierra y viven con ella en mutua digestión" ja
Besitos
Muuu!
ResponderEliminarFantástica. Qué decir. El minutero más hermoso que se haya visto. Tengo señaldá de las vacas que regresan.
¿Y si las vacas nacieran de la tierra?
ResponderEliminarSe funde con el aliento del pasto, con la sórdida dejadez de lo que ya no es digesto para el bolsillo.
ResponderEliminarExcelente fotografía Xuan.
Besos.
Buenas noches, XUANRATA:
ResponderEliminarTe diré que me ocurre lo mismo que a Ripley, esta vaca tuya me asusta. Parece una pobre vaca semienterrada de aquellas de la enfermedad de su homónimo más el calificativo de loca, ¿recuerdas? aquello de la encelopatía espongiforme bovina, causada por priones, etc. etc.?)...
Estos días, he estado conociendo vacas felices, Estrella, Alba, en el libro de Andrés A. Rodríguez: "Espacios personales", y casi he logrado entender sus miradas, vamos que las veo de otra forma. Ahora capto la sonrisa artificial de la Vache qui rit, la pose retocada con photoshop de "las modelos" de los anuncios de leche de las vallas publicitarias, y hasta las reproducciones en plástico y en imágenes de todo tipo.
Y a esta tuya, ¡que no!, y con la fecha de hoy, he intentado hacerle una visita obligada, pero estoy en las mismas.
Saludos, y quítala pronto. Me hace sufrir. Gelu
Que seria la vida sin romanticos Xuan.
ResponderEliminarmuy buena, me recuerda a aquella película española que salían los hombres de la huerta. subrrealista
ResponderEliminarjoer a mi o me lo explicas o no lo entiendo
ResponderEliminar¿no entiendo l a foto joer'
no se mirare y miraré
saludos
Una foto que causa, al parecer, sensaciones extrañas. En Asturias los praos tienen a veces estos caprichos: una pequeña hondonada que tal vez alguien excavó para que pudiera pasar el carro, y el montón de tierra que con el paso de los meses fue encampando, conforman este "nido" tan bueno para rumiar y pasar las horas muertas. Si la foto no se entiende la culpa es siempre del fotógrafo, pero hay imágenes que pican como piojos y no hay más remedio que ponerlas así, tal cual. O casi.
ResponderEliminarOtra prueba irrefutable de la vaca como tótem, como animal originario que procede de la tierra a ella se siente unido. Y nostros con ella. Un abrazo, después de unos días sin aceracrme por aqui
ResponderEliminarNo sé si verás este comentario, pero en cualquier caso siento la necesidad de escribirlo:
ResponderEliminarme ha conmovido la foto, pero también el texto.
Tu blog es para venir con la taza de te caliente y lentamente pasearse por las imágenes y las palabras. Llegué a él a través de algún otro blog de fotografía que también me gustó y que tiene este blog enlazado. No he ido a mirar tu perfil, ni sé si eres joven, o mayor, mujer u hombre, ni de qué parte del planeta.
Sé que hablamos el mismo idioma, y no me refiero al castellano.
Felicidades por el blog.
Volveré a visitarte.