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sábado, 23 de enero de 2021

La charca

 

   Como esta charca que ofrecen las manos prestidigitadoras del invierno, como esta luz cuyo ensalmo obra en la última página del diario, como estos ojos que contemplan desde la orilla de los años, así la belleza funda sus razones eternas en el imperio de lo pasajero.


sábado, 23 de marzo de 2019

Abrevadero


   
Seré breve, abrevaré 
en la fuente de la edad, sorberé con ruido.

Sére conciso, concitaré 
una compacta y sedienta nube de mosquitos. 

Seré parco, aparcaré 
tan lejos como pueda, id llamando a la grúa. 

Seré franco, franquearé 
la noche con sellos de postal, os mandaré recuerdos.

Seré directo, dirigiré 
con mi linterna un coro de luciérnagas.

Seré preciso, precisaré 
un poco de esto y de aquello, de lo demás menos y nada del todo.

Seré sincero, cincelaré 
mi rostro y mis rodillas entre los riscos. 

Seré claro, 
no diré mas. 

miércoles, 6 de febrero de 2019

Durmiente



   Primero le tomé el pulso y comprobé la presión arterial. Después su ritmo cardiaco y los ecos apenas perceptibles que resonaban en sus cavidades más profundas. Finalmente iluminé sus pupilas y me vi temblando en el fondo de sus ojos. Guardé en mi maletín el tensiómetro, el estetoscopio y la linterna. Todo era normal. Comuniqué a sus familiares que no había cambios en su estado. Seguía sumida en un sueño profundo y apacible. Me despedí hasta mi próxima visita y empecé a contar los días que faltaban como un niño. Ella estaba cada vez más hermosa y se diría que solo en apariencia dormía, que solo en apariencia respiraba. Impartí las instrucciones necesarias para preservar su descanso de inoportunos visitantes. Yo era el médico paciente y amable que mantenía viva la esperanza de que no despertara jamás.


domingo, 23 de diciembre de 2018

Camino de vuelta


   

     Nadie diría que estos árboles encendidos son los que esta mañana nos prestaron su dosel frío y azul mientras ascendíamos por este mismo camino que ahora nos trae de vuelta a favor de la pendiente sin más que dejarnos deslizar sobre esas sombras que como raíles se van tendiendo ante nosotros siguiendo la geometría que en estos días de finales de diciembre muestra la forma inapelable de un embudo por el que convergemos hacia el centro del torbellino en busca del cálido colapso en el que nos acabaremos reencontrando cada vez más y más apretados hasta la extenuación o hasta el abrazo. 



(Desconozco si esta breve descripción encierra algún significado oculto, alguna revelación, cierta parábola. He de reconocer que a estas alturas del relato solo aspiro a entender la mecánica elemental de las cosas. Y aun esta se me antoja una tarea excesiva.) 
   

Ojalá en estas fiestas todos encontremos un feliz punto de encuentro.


lunes, 22 de octubre de 2018

La máquina del tiempo



   Abro con gran esfuerzo la escotilla y un polvo anaranjado y ocre impregna mis dedos. Estornudo. No puedo creerlo: como un polen inverso el óxido cubre cada tornillo, cada remache de mi querido trasto. Algo ha salido mal. Temiendo lo peor llevo la mano a mi rostro y encuentro una barba densa y enraizada como la yedra. Cuántos meses, cuántos años han pasado por cada segundo que marcaba el reloj de a bordo. Un error de cálculo. Nunca debí haber redondeado antes del trigésimo segundo decimal. Nunca debí alargar el verano más allá de principios de septiembre. El tiempo ha viajado a través de mi y ahora estoy solo. Nadie me espera ya en el lugar de donde vengo. Pero tal vez hayan salido en mi busca. Tal vez alguien haya encontrado un atajo y aguarda mi llegada en algún rincón oculto de esta selva infinita. Tal vez haya descubierto cómo se detiene la máquina del tiempo.

martes, 27 de febrero de 2018

Todo incluido




Su baño está listo, señor. 

Espero que encuentre todo a su gusto: 

la temperatura del agua, 

las sales de baño, el pH neutro, 

el azul del cielo, la transparencia del aire, 

la moqueta de nieve, los acabados en hielo, 

la música del arroyo, la letra del mirlo, 

las mandarinas frías, el chocolate negro, 

la perspectiva del valle, la proporción de los montes, 

el sol, detenido en el centro, 

la mujer de su vida, el vapor de su aliento 

sobre su espalda, señor, 

sobre su pecho. 

Y si necesita algo más, no dude en llamarme: 

todo está 

incluido en el precio.


viernes, 22 de diciembre de 2017

Solsticio de invierno




Ahora que la geometría cóncava del tiempo 

apura el eco de los días. 

Ahora que se aproxima la caducidad

de los deseos y las fechas 

aconsejan su consumo preferente.

Ahora que las tardes son tan cortas

y cotiza al alza el precio de la luz

fundida en élitros dorados.

Ahora que se abre paso una grieta de tristeza

por donde respira la alegría.

Ahora abro mi casa para que el ruido encubra

nuestra compartida soledad

y la conserve.


jueves, 30 de noviembre de 2017

Intervención



   Detectaron respiración arrítmica con episodios de hiperventilación, aunque yo solo observaba alguna que otra ráfaga de viento. Afirmaron que tenía los pulmones encharcados, lo cual, después de las últimas lluvias, tampoco resultaba tan raro. Aseguraron que su piel presentaba descamación y enrojecimiento, como si esto no fuera otra consecuencia del otoño. Dictaminaron, en fin, que su situación era crítica y que no había más remedio que entubarlo. Así que, tan pronto como introdujeron en su cuerpo aquellas inmensas cánulas de acero y hormigón, comenzaron a extraerle agua y a suministrarle todo tipo de nutrientes. 

    Para mantener en funcionamiento la compleja instalación fue necesario construir una carretera, un helipuerto, un pantano y una moderna planta química. A tal efecto hubo de ser amputada buena parte de su superficie, siempre en su propio beneficio, hasta quedar reducida a un par de hectáreas sometidas a un estricto control fitosanitario. 

   Por el momento no se observan síntomas de mejoría. Lo atribuyen, esto sí, a la llegada del invierno. Pero aún hay margen para intensificar la intervención, antes de que su estado deje de ser compatible con la vida, declaran.


martes, 31 de octubre de 2017

Invitación



    El bosque está hecho de geometrías superpuestas y tan concentradas que se nos vuelve pura maraña. Se entrecruzan sus tramas múltiples hasta crear un argumento que solo consta de nudo y donde todo son personajes secundarios cuyos nombres no acertamos a recordar. El bosque se camufla en si mismo. Pero hoy ha dejado un rastro de hojas bien visible. Síguelo antes de que las desordene el viento, antes de que la nieve las oculte. Serás el extra que estábamos esperando.


martes, 10 de enero de 2017

Historia botánica



    Los primeros que fueron plantados eran obras maestras de ingeniería: esbeltas cortezas sintéticas se alzaban como columnas al cielo, envolviendo una intrincada red de conductos en cuyo interior un fluido energético ascendía por capilaridad hasta lo más alto y se ramificaba y distribuía. Se dice que la gama de verdes y ocres de sus hojas superaba la paleta del mejor pintor: llegado el momento programado para la entrada del otoño pocos placeres se igualaban al de verlas caer con el ritmo exacto de un metrónomo. 

   Sin embargo, con el tiempo aquellos ejemplares pioneros, construidos de forma casi artesanal, fueron dejando paso a otros de manufactura más basta, pues las autoridades afirmaban que solo abaratando costes sería posible concluir la repoblación. El resultado es esa maraña informe que hoy nos hemos acostumbrado a llamar bosque. 

   Cuando la fortuna nos sonríe y logramos dar con el esqueleto oxidado de alguno de aquellos árboles primigenios, un estremecimiento nos recorre. Nos acercamos con precaución, con respeto rozamos apenas su tacto acerado y frío, su estructura perfecta como una ley natural: sentimos de nuevo la emoción de lo auténtico.


martes, 4 de octubre de 2016

El bosque de Sísifo


    
    Sobre el hombro izquierdo llevo hacha y azadón. En la otra mano la hoz y unas tijeras. Como cada mañana me dispongo a destruir el trabajo de la noche. Escalón tras escalón corto ramas, brotes, raíces, extirpo sin piedad todo rastro de vida para defender la mía. Esta tarea me ocupa toda la jornada. No imagináis la energía de estos bosques. Apenas tengo tiempo para otra cosa y en ocasiones, exhausto, he de abandonar la poda antes de alcanzar los últimos peldaños, que van quedando ocultos entre la maleza. Poco a poco se va reduciendo así la longitud de la escalera pero también, debilitado como estoy, mi capacidad para llegar a su final, de modo que nunca termino mi labor y nunca tengo un momento de descanso. 

     Últimamente observo que los días son más cortos y me resigno a desbrozar apenas unos cuantos metros. No me preocupo sin embargo, porque esto es señal de que pronto llegará el invierno con su pausa gris y su sosiego. Entonces podremos perder cuidado y dormir el día entero. Si todo transcurre como espero, la próxima primavera, con las fuerzas renovadas, recuperaré el terreno perdido y tal vez pueda salir al fin de este bosque infinito.

sábado, 25 de junio de 2016

Estación de bombeo



    Nos dijeron que lo mejor era un corazón artificial. Que los donantes escaseaban cada vez más y la tecnología había avanzado mucho. No fue de todos modos una decisión fácil: llevar un corazón de plástico, cables que salen del ombligo, baterías que se agotan, tu vida enganchada a la red de suministro eléctrico...pero tampoco había demasiadas opciones y, al fin y al cabo, era un tipo de dependencia que no nos resultaba tan extraña. La operación fue un éxito. El bombeo es fluido y constante, eficaz como la prosa de un decreto que ordena el cuerpo hasta en sus más mínimos detalles. Emite un sordo zumbido que solo yo percibo cuando logro encontrar el silencio necesario. No tengo pulso, apenas una vibración, un temblor adentro. Estoy vivo, aunque ya no atiendo al canto de los pájaros ni sé bailar. Dicen que me falta ritmo.


viernes, 31 de octubre de 2014

Paisaje con bañera


                                                                                                                                                                                                             Sobrescobio, Asturias                                                                                                                                    

Viene a ser un instinto parecido al del bañista: buscar ese punto donde lo abrupto de la costa cede a su deseo y sumirse en el mar, sumarse. 

Así también el caminante encuentra a veces la manera de colarse en el paisaje, de beber en él hasta vaciarse.



viernes, 7 de diciembre de 2012

Remolino

                                                                                                                                                        Pozo Mouro, Villayón - Asturias


Yo no sé si es cierto todavía eso que dicen de que el roce hace el cariño, pero cuando murió el molinero y volvió a su cauce la corriente abandonando a su suerte las entrañas del molino, qué poco tardaron en quebrar sus engranajes y exiliarse cada una de sus piezas para que pudiera la piedra regresar al río y el agua bailar la danza que la forma de la piedra encierra. Desde entonces en el Pozo Mouro una humedad pulverizada cubre cada poro como el polvo de la harina bañaba las paredes del molino. Y nos preguntamos qué ignorado cereal es el que aquí y ahora se tritura y qué hacer con todo este frío en que se nos han ido convirtiendo los minutos. 

martes, 22 de mayo de 2012

Prueba de resistencia

Río Turia, Taramundi - Asturias

El camino y el río, tránsitos paralelos por donde circula el tiempo sin un sentido definido, hilvanados de puentes que parecen hechos más que para cruzar, para jugar a adivinar cuánto puede uno detenerse sin quebrar la sutil intermitencia del presente.

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