viernes, 29 de noviembre de 2019

Encuentro en la sierra




   Sin otra referencia que el frío que cubre la mañana como una lona bien ajustada, se ha dejado llevar por las pistas ganaderas que recorren los pastizales de la sierra. Sin más señal que la voz cascada de los cuervos y el perfil uniforme de los montes que parecen haber tocado techo, abandona el viejo land rover y echa a andar sobre la hondura que la nieve tejió. Y sin otro indicador que el aire envuelto en una luz huérfana, vestigio de un sol venido a menos, termina por encontrarse con él, frente a frente, como en un western de serie b, y no sabe si ese tipo allí plantado es el último de un ejército en retirada o la avanzadilla de otro que ya viene tomando posiciones, si su desafío es fruto de la confianza o de la desesperación. 

  Recuerda entonces y comprende aquel juego de la infancia: el primero que se mueva pierde, el primero en cerrar los ojos paga. Así que contiene la respiración, conjura el frío, presiente los síntomas irreprimibles del estornudo.



viernes, 22 de noviembre de 2019

La estancia



   Talar, desbrozar, arrancar. Una vida en guerra contra la jungla sempiterna, manteniendo a raya a todo ese regimiento de raíces, brotes y malas hierbas que cercaban la parcela ganada al bosque y acechaban la casa que primero fue de tablones y más tarde del mejor granito traído de las tierras altas. Toda una vida convertida en azote de la exuberancia, una existencia de machete y herbicida, una estancia levantada y defendida con la fibra de sus brazos, con sus manos nudosas bajo la áspera corteza de una piel madurada en la estación seca, macerada en la lluviosa, fermentada en esa sopa frondosa de aullidos y mosquitos que es la noche. Y todo ese empeño y esa gesta laureada al final de sus días con el triunfo del césped y un patio interior donde ahora cultiva con esmero las variedades botánicas más hermosas de la selva. 


viernes, 15 de noviembre de 2019

Como pez en el agua




          Errado el augurio 

          de un día radiante,

          sobre el templo de Delfos

          el aguacero descarga:

          los turistas huyen 

          hacia los autobuses, 

          canta la lluvia

          con ecos antiguos,
          
          de la tierra fluye 

          la dormida simiente, 

          una cigarra tiembla

          bajo la encina callada,

          entre las ruinas espero 

          como pez en el agua.



jueves, 7 de noviembre de 2019

Comunicación no verbal



   Del mismo modo que otras especies de este planeta, como insectos, arácnidos o crustáceos, están dotados de un exoesqueleto que les procura una adecuada protección de sus órganos internos, también el ser humano ha logrado desarrollar una red neuronal externa mediante la cual ha trasladado fuera de su cerebro todas sus funciones superiores, incluidas memoria, razonamiento y planificación, además de un incipiente control de las emociones. Gracias a esta notable mejora, los humanos pueden acceder de manera instantánea a todo el conocimiento almacenado por su especie, prescindiendo así del costoso e imperfecto proceso de aprendizaje, así como comunicarse con otros individuos sin necesidad de emitir señales físicas, de tal manera que la superación de la palabra ya es considerada como un salto evolutivo solo equiparable al de su aparición. Se calcula que una simple mirada puede transportar tanta información como cientos de horas lectivas o interminables conversaciones y debates, con el consiguiente ahorro en tiempo, salarios y malentendidos. El provecho que la especie puede extraer de todo ese excedente aún está por determinar, por lo que se estima conveniente continuar el estudio y seguimiento de estos curiosos seres.


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