miércoles, 30 de octubre de 2019

Temblor en Meteora



   Lentamente se abre paso a través de la tierra y de los siglos la mano crispada de un cíclope que yace bajo la llanura de Tesalia. Con el corazón acelerado correteamos entre sus dedos los ratones y creyéndolos montañas de arenisca admiramos sin saberlo la filigrana de sus huellas dactilares, los delicados pliegues que articulan sus falanges, las líneas de la palma de su mano que tomamos por senderos hacia otras regiones más felices, cuando en realidad todo ese ondear de estratos y de simas no es más que el troquelado por donde, sin previo aviso, quebrará sobre nosotros sus dedos el gigante.


sábado, 19 de octubre de 2019

Mediodía de azoteas




Aguarda a que ascienda la soga 

impar del mediodía, 

deja que trace el sol sobre tu nuca 

una perfecta bisectriz. 

Solo entonces se fundirán las sombras 

y resolveremos al fin el laberinto.




jueves, 10 de octubre de 2019

La puerta



   Una vez sofocadas las últimas revueltas, el tirano quiso levantar un templo digno de su poder, un templo capaz de honrar a los dioses y sobrecoger a los hombres por igual. Contrató para ello al más afamado de los arquitectos del momento, el cual aceptó el encargo a condición de gozar de entera libertad en el proyecto y de que permanecieran en secreto todos sus detalles. Aunque el tirano no estaba acostumbrado a negociar condición alguna, era tal su deseo de notoriedad que cedió a sus exigencias. El arquitecto ordenó entonces levantar una puerta fastuosa de más de ocho metros de altura y veinte toneladas del mejor mármol de las canteras de la isla. Imaginar las restantes dimensiones del edificio a partir de aquella puerta descomunal se convirtió en uno de los pasatiempos predilectos de nobles y curiosos. 

  Pronto los rumores acerca de la portentosa construcción comenzaron a circular de boca en boca y de isla en isla hasta alcanzar los últimos rincones del Mediterráneo y aunque ni tan siquiera se habían llegado a colocar los basamentos, ya se hablaba del diámetro de sus columnas innumerables que diez hombres no serían capaces de abarcar, del brillo cegador de sus escalinatas al amanecer, de la riqueza de sus frisos, tan vivos en la representación de la vida y la muerte que hacían llorar a quienes los veían por primera vez. A medida que las noticias del templo se propagaban por los reinos más apartados, cada detalle suyo ganaba en admiración y maravilla. 

   Cuando tales rumores llegaron a oídos del tirano, quiso saber si en efecto el templo llegaría a ser tan prodigioso como se decía, a lo que el arquitecto contestó que podía comprobarlo cuando quisiera ya que con aquella espléndida puerta daba el templo por concluido: no sería él quien pusiera en riesgo su propia reputación como arquitecto ni la gloria y autoridad de su señor añadiendo una piedra más, que por otro lado resultaría a todas luces superflua.


viernes, 4 de octubre de 2019

Transitiva



   Franqueo con limpieza el arco de metales, me giro y me despido de mí, al otro lado, con un gesto apenas perceptible de la mano y de las cejas. Los dos sabemos que jamás volveremos a vernos, pero disimulamos. 

  Pronto las islas, los olivares, los puertos, las ciudades devienen mapa, una superficie desvaída de verde, ocre y azul punteada por las nubes. 

  Más allá de la tarde y de la cinta de equipajes me aguardo. Entre la riada de viajeros que llegan busco mi rostro hasta reconocerme. Cortésmente me ofrezco a llevarme la maleta. Accedo y con las manos vacías contemplo cómo me alejo por los pulidos bulevares de la terminal.


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