Seré breve, abrevaré
en la fuente de la edad, sorberé con ruido.
Sére conciso, concitaré
una compacta y sedienta nube de mosquitos.
Seré parco, aparcaré
tan lejos como pueda, id llamando a la grúa.
Seré franco, franquearé
la noche con sellos de postal, os mandaré recuerdos.
Seré directo, dirigiré
con mi linterna un coro de luciérnagas.
Seré preciso, precisaré
un poco de esto y de aquello, de lo demás menos y nada del todo.
Seré sincero, cincelaré
mi rostro y mis rodillas entre los riscos.
Seré claro,
no diré mas.
Seré constante, constataré la calidad de tu estrada, basada en la iluminación y el encuadre.
ResponderEliminarQuizás sea un lugar de ganado vip con derecho a placentero baño en plena naturaleza.
Un abrazo.
Bañeras bañadas de blanco, espejismos que salpican el bosque, que contienen agua o luz o lo que uno quiera ponerles. Además de ejemplo perfecto de esa inteligencia práctica de la gente del campo que sin quererlo es también inteligencia poética.
EliminarLa imagen es todo un alarde por las dificultades que tienen a la hora de dar detalle a las distintas zonas iluminadas y ademá por ese desamparo, esa orfandad que transmite en su soledad. El texto me encanta. Un abrazo XuabRata
ResponderEliminarProbablemente el desamparo lo dan también esas ramas desnudas pero que empiezan a despertar ya con estos primeros fulgores de la primavera.
EliminarMalabarista de las letras y domador de la luz.
ResponderEliminarCuando se juntan esos dos dones, ahí está el resultado.
Un abrazo Xuan.
Tienes razón, Manel, hay algo de circo en todo esto, solo que en lugar del “más difícil todavía”, uno ya se conforma con el “todavía sin más, y qué difícil”.
EliminarAplaudo.
ResponderEliminarNo recuerdo haber leído antes un poema tuyo y te diré que me gusta mucho. Me encanta ese juego de palabras que haces en él. Y viendo la fotografía me hace todo el sentido que lo acompañes con poesía, porque ella también lo es.
Besos
Gracias, Alís, cuando escribo me cuesta distinguir entre prosa y poesía, si acaso, como dices, en esta última a las palabras se las oye más cuando juegan.
EliminarExcelente imagen... Muy buena captura, amigo
ResponderEliminarUn abrazo
Gracias, compañero. Cuando la luz te capta, la captura es poco más que un acto reflejo.
EliminarSeré justo, ajusticiaré
ResponderEliminarel instante que era nada, para acomodar en él tus palabras.
Pues ojalá caigan en saco roto y se esparzan. Gracias, Josep.
EliminarMe encanta la imagen. El blanco de la banyera sobresale al resto de la oscuridad e invita a darse un bañito. Las palabras acaban de dar el toque final.
ResponderEliminarUn abrazo, Xuan.
Yo también creo que hay una invitación en esa imagen. Y una oportunidad para calmar la sed.
EliminarMe gusta tu abreviada narración que juega con las palabras y su rima y doble significado. Me has hecho sonreir, jeje.
ResponderEliminarLa foto tiene un aire casi trágico debido a la luz que incide en esos ramales junto al pobre abrevadero.
Buen trabajo, José Manuel.
Un abrazo.
Tragicomedia, o sea, realismo puro.
EliminarUn abrazo
Me encanta ese rinconcito, darse un baño al aire libre, debe ser un lujo, como tú juego de palabras que encargadas unas en otras le dan sentido a todo.
ResponderEliminarBaño de luz en este caso, templada y afilada. También un lujo.
EliminarBesos
Son geniales estos abrevaderos artificiales que los ganaderos crean en nuestras montañas. Por el Pirineo he visto alguna. Que maravilla como te desenvuelves en la poesía también, que envidia.
ResponderEliminarTengo un montón de fotos de estas bañeras desubicadas. Es otra de esas series de largo alcance.
EliminarOooooohhhhhh!!!
ResponderEliminarGracias, Virgi. Que sepas que sigo tu blog fielmente y sigo disfrutándolo como un viaje a un lugar que también es el mío.
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