Una mañana luminosa y fría de febrero el hombre decidió deshacerse de todos los espejos. No era un gesto moral ni filosófico: tan solo estaba cansado de sostenerle la mirada cada día al mismo tipo. Pero el mundo era un territorio sembrado de espejos como minas: lavabos públicos, tiendas de ropa, vestíbulos de hoteles, lunas tintadas, plácidos estanques... Su peluquero nunca accedió de buena gana a aquella exigencia suya de darle la vuelta al sillón. Y sus amigos le reprochaban amargamente su terca reticencia a ser inmortalizado cada vez que tocaba hacerse un selfie. Sin embargo, con el tiempo aprendió a vivir de espalda a los espejos y un día en que se encontró por descuido con su propio rostro en una ventanilla del metro, no se reconoció y se tomó por un extraño. Ahora todos le dicen que por él no pasan los años. Y no sabe si darles la razón. El caso es que cada día pasa más horas hojeando los álbumes familiares, escrutando la nariz de su tío, los labios de su abuela, la frente de su padre, la barbilla de su madre. Y con todos esos rasgos reconstruye una imagen aproximada de si mismo.
jueves, 7 de marzo de 2019
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Archivo del blog
-
▼
2019
(37)
- ► septiembre (3)
-
►
2017
(34)
- ► septiembre (1)
-
►
2016
(39)
- ► septiembre (3)
-
►
2014
(42)
- ► septiembre (3)
-
►
2013
(54)
- ► septiembre (5)
-
►
2012
(73)
- ► septiembre (4)
-
►
2010
(79)
- ► septiembre (6)
-
►
2009
(97)
- ► septiembre (6)
La foto es todo un juego de simetrías especulares
ResponderEliminarÉso es lo que he buscado en esta composición, que cada elemento tenga un eco, una correspondencia, una réplica.
EliminarMe parece un texto muy, muy interesante. Es duro sostenerle la mirada cada día al mismo tipo. Un bonito juego ese de no reconocerse al cabo de un tiempo de no verse. Del mismo modo, si no estamos atentos a nuestras emociones, a nuestros sentimientos, ¿llegaríamos a no saber quienes somos?
ResponderEliminarLa foto es magnífica como es habitual en este "espacio". Un abrazo XuanRata
No podemos evitar buscar un espejo en el que escrutarnos, aunque ese espejo sea el rostro de la persona que amamos o el de nuestro más íntimo enemigo.
EliminarUn abrazo, Luis.
Darle la espalda al espejo podría interpretarse como darse la espalda a sí mismo, una huida que erróneamente se cree eficiente sólo porque no se ve.
ResponderEliminarLa fotografía me pareció un fotograma de una película de cine negro. Veo mucho suspense en ella.
Besos
Las siluetas, como las sombras, son propensas a ese suspense del que hablas: si el espejo refleja una realidad invertida, tal vez esas figuras que parecen alejarse, vayan en realidad una al encuentro de la otra.
EliminarBesos
Los espejos y los reflejos nos persiguen, no me extraña la decisión del protagonista de tu historia, es difícil abstraerse pero la memoria y la percepción que tenemos de nosotros mismos es muy volátil y errónea, al final uno no sabe quién o cómo es en realidad.
ResponderEliminarLa foto es genial, nuestro ser desconocido deambula por las calles sin identidad, como la mujer del fondo. Seres que parecen almas en pena.
Enhorabuena, José Manuel, por la foto y por el relato.
Buen fin de semana.
Efectivamente, no solo nuestra autopercepción es volátil, también nuestra identidad lo es y está compuesta de perpectivas múltiples como un cuadro cubista.
EliminarGracias, Enrique.
En una época tan narcisista como ésta en la que impera el selfie, el no mirarse en los espejos ni autorretratarse requiere de un esfuerzo muy consciente.
ResponderEliminarMe gusta cómo has buscado el ángulo en la foto.
Salu2
Podríamos decir que nuestra propia imagen nos persigue. Pero supongo que un aficionado a la fotografía no debería renegar nunca de las imágenes, ni de la suya propia.
EliminarUna foto...una historia muy bien relatada.
ResponderEliminarLos espejos no ofrecen nada más que una superficie de la persona.
Besos
Ir más allá del espejo, Alicia lo tuvo claro.
EliminarQué foto tan interesante!! y también el relato que la acompaña!
ResponderEliminarUn gusto, como siempre!!
Besos
Gracias, Laura, me alegra verte de nuevo por aquí.
EliminarBesos.
Me encanta la foto, la proporción de luces y sombras es precisa, las luces crea una especie de S que de alguna forma unen a la mujer y el hombre, esa coincidencia de personajes es genial. En este caso te veo fotografiando al estilo de Moncat, esperando acechado a las víctimas parado antes los reflejos que habías imaginado previamente en tu mente. Y seguramente agachado al acecho!!! Y ese marco!!! Me encanta, en fin, buena entrada como siempre. Un abrazo.
ResponderEliminarLa idea es que no solo el espejo sea el motivo central de la foto sino también lo especular como concepto compositivo. Y que los ángulos y las curvas entablen un pequeño juego entre ellas.
EliminarYa me gustaría que se me pegara algo del estilo y el acierto de Moncat: es uno de los espejos en que me miro.
Un abrazo
La imagen me parece muy meritoria en su aspecto técnico, pero especialmente por tu habilidad para verla y mostrarla tal como lo has hecho.
ResponderEliminarMuy sugerente y potente visualmente para mi, invita a reflexionar sobre su contenido, y no poco.
Enhorabuena y un abrazo, Xuan.
Era imposible pasar delante de ese espejo y no aprovecharlo de algún modo: darle, por así decirlo, una muerte digna.
EliminarUn abrazo.
No sé que es mayor, si la suerte de llegar a intuir un momento así con lo aleatorio del suceder de las cosas, o la increíble coordinación para llegar a hacer la toma. Ambas suman y el momento resulta más que perfecto.
ResponderEliminarEl azar es el fruto maduro del tiempo. La foto la llevamos con nosotros, como una carta que llevamos a su destinatario.
EliminarMuy buena imagen... Es cierto, hay dias que no nos reconocemos...
ResponderEliminarUn abrazo
Es señal de que estamos vivos.
EliminarUn abrazo
La foto es como un puzle de sombras y luces, o mejor aún como un espejo que se hubiese roto en varios trozos distorsionando la realidad.
ResponderEliminarNo me extraña que el personaje de tu historia haya querido apartarlos de su vida.
Un abrazo, XuanRata.
Me gusta esa idea del espejo roto, pero no se si distorsiona la realidad o multiplica las perspectivas.
EliminarMe gusta mucho tu calendario, Xuan. Si no te importa, me quedo por aquí.
ResponderEliminarUn abrazo desde Blanes (Girona).
Todo el tiempo que quieras, Jordi. Otro abrazo para ti desde Asturias.
EliminarMe he pasado hoy por tu blog y he visto todas las entradas que has hecho últimamente, solo tengo que decir que son para aplaudir, me han encantado. Perdón que no pase tan a menudo como quisiera.
ResponderEliminarSe nos multiplican los espacios y los trabajos. No te preocupes, aquí abrimos las 24 horas.
EliminarMaravillosas fotos he visto por aquí. Te añado a mi lista de frecuentes para no perderme ni una más. Saludos.
ResponderEliminarGracias por tu visita, Laura. Nos frecuentaremos.
EliminarDecir cualquier cosa de esta fotografía viene a ser como coger un negativo con las manos aceitosas. Aplauso admirado con su correspondiente taconeo.
ResponderEliminarEs cierto, ahora que lo mencionas la foto parece un negativo. Recuerdo que a veces un negativo podía gustarme más que la propia foto positivada.
Eliminar