Cuando el dragón despertó, yo todavía estaba allí. Un ligero temblor de sus alas bastó para que la bruma de su aliento condensado a lo largo de la noche comenzara a disiparse. Aterrado contuve la respiración queriendo pasar inadvertido. Nunca una esperanza fue tan breve ni tan vana. Parpadeó una vez y otra más, como si quisiera cerciorarse de que mi triste figura no era un subproducto de alguno de sus sueños. Mientras giraba hacia mí el engranaje de su cuello, comenzaron a ensanchársele las aletas de la nariz y exhaló un suspiro largo y profundo como el exceso de vapor de una locomotora cansada. No tuve tiempo de determinar si era aquel un bufido de ira, de hastío, de lamento o de anticipado placer. Pero sí puedo decir que antes de ser desintegrado alcancé a reconocer, bajo toda su parafernalia, al viejo y maldito dinosaurio.
miércoles, 27 de febrero de 2019
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Es tiempo de dragones que van asolando y arrasándolo todo a su paso...
ResponderEliminarLas mismas pieles agrietadas, el mismo fuego por la boca, la misma desolación a través de los Tiempos.
Besos, Xuan.
Los dinosaurios usan las leyendas para darse prestigio y al mismo tiempo van cambiando de collar para no parecer los mismos. Por eso es tan importante reconocerlos a tiempo y no quedarse dormidos.
EliminarBesos
Qué imaginación, le has dado la vuelta al relato más corto del mundo mundial, ¡Qué bueno!Te felicito
ResponderEliminarEl relato más corto es también el más fructífero. Cientos de versiones se han hecho ya sobre el dinosaurio de Monterroso, y las que quedan...Yo, con ésta ya llevo dos.
EliminarLa foto me parece una genialidad, por esa diagonal que separa la parte inferior oscura, que parece haya sido arrasada por el dragón, de la parte superior clara,algo neblinosa (la bruma del aliento del dragón tal vez) a la que se dirige la bestia para continuar sembrando la desolación
ResponderEliminarEsa parte arrasada por el dragón son nada más y nada menos que las ruinas de la muralla romana de la ciudad de Gigia (actual Gijón). Al dragón su afición le viene de lejos.
EliminarXuan, veo que me he perdido algunas entradas y es que he andado un poco despistado, pero recorreré las propuestas pasadas.
ResponderEliminarEn cuanto a esta solo puedo decirte que el texto es magnífico y que la imagen es todo un alegato al mundo de los sueños, de aquellos que tanto y tanto pánico me producían, pero que al mismo tiempo eran toda una aventura vivida con la mayor intensidad. Un abrazo
Aquellas historias con las que aprendimos las cualidades del héroe, las buenas y las no tan buenas. Y como bien dices, el gusto por la intensidad. Si en esta imagen hay un poco de aquella incertidumbre me doy por más que satisfecho.
EliminarUn relato lleno de fantasía, me a gustado leerte.....saludos
ResponderEliminarEs solo una pequeña vuelta de tuerca a ciertos símbolos a los que seguimos dándoles vueltas y más vueltas.
EliminarSuspense, fantasía, miedo, homenaje, estilo... cuánto reúnes en tan pocas líneas.
ResponderEliminarComo siempre un gusto leer y observar. ¿Dónde has encontrado ese dragón?
Besos
Ese dragón vigila la entrada del barrio antiguo de Gijón. Llegó una noche blanca y anidó en las viejas murallas Y poco a poco también en nuestras mentes.
EliminarBesos
Y renació para ocupar el trono momentáneamente perdido durante unos pocos millones de años. Me quedo pasmado sobre todo de que hayas sabido ver tanto en esta escena y mostrarlo de manera tan formidable.
ResponderEliminarUn abrazo.
Era una mañana de niebla, de las que no abundan por aquí. Me fue llevando por las calles medio vacías a dónde ella quiso. No hice más que seguirla.
EliminarUn abrazo
Como si de un fotograma de una película de ciencia ficción se tratara, nos trasladas a un escenario fantástico invitándonos a vivir una aventura épica.
ResponderEliminarGracias por abrirnos las puertas a la imaginación con tu fabulosa captura.
Un abrazo Xuan.
Cine, tronos, juegos, elementos que renacen y llegan de un pasado que nunca existió, y que por eso nunca pasará del todo.
EliminarLos mundos de leyendas se unen al nuestro y cobran vida, aunque resulta llamativo, extraño. Seguro que ese dragón se pregunta qué hace aquí.
ResponderEliminarUna foto fascinante, José Manuel.
Buen finde.
Esa extrañeza es la que motiva la foto y la sostiene.
EliminarAdoptar el punto de vista del dragón daría para otra pequeña historia. como King Kong en Nueva York, tal vez el dragón produciría temor y compasión al mismo tiempo.
Una imagen muy bella... Buen trabajo. Magnifico como emerge el dragon
ResponderEliminarUn abrazo, amigo
El dragón emerge de nuestras propias nieblas.
EliminarNo se que admirar más, tu historia o tu foto.
ResponderEliminarDa gusto pasar por aquí y sumergirse en ese mundo imaginativo reservado a unos pocos privilegiados.
Besos
La imaginación es el Lago Ness donde habitan nuestros monstruos más entrañables. Nadie podrá convencernos de que no existen.
EliminarMagnífica la foto y las palabras también.
ResponderEliminarSalu2
Gracias, Juan Carlos. Otro saludo de vuelta.
EliminarXuan, que te voy a decir de esta foto, supongo que ya lo sabes, esta foto me parece de 10, vaya de ganar un concurso internacional, te lo digo en serio. La escena de por sí, incluso sin el dragón me parece increíble, compuesta magistralmente y con una neblina extraña que le da un toque fantástico. Pero es que luego hay un dragón, en tu foto hay un dragón que a exterminado el mundo y lo ha convertido en ruinas, esta clarísimo, los cascotes en el suelo lo demuestran, el Dragón ha destruido lo que quedaba de nuestro mundo. Así me ha dejado tu foto, tumbado, la foto es de las que da mucha envidia de no haberlas hecho. AUnque yo no la habría rematado así, seguro. Un abrazo.
ResponderEliminarComo apuntaba Joaquín en su comentario, la diagonal probablemente sea la clave de la composición al dividir la imagen en dos planos bien diferenciados: el más cercano con las ruinas pasadas y el más lejano con la niebla y ese edificio de ventanas uniformes y persianas cerradas donde aún duermen los habitantes de la ciudad, ajenos a la amenenaza que tal vez se cierne sobre su futuro más inmediato. No sabemos hasta que punto el dragón acecha sus sueños o es el resultado de ellos.
EliminarGracias como siempre por tu entusiasmo.
Yo me he quedado sorprendida al ver el dragón ahí, la tuve que mirar varias veces para ver si era un montaje, pero me convencí de que no lo era, y al leer la explicación ya todo queda claro, el relato genial también. Cuanta vista e imaginación tienes.A seguir sorprendiendo.
ResponderEliminarEs un buen ejercicio ese de cuestionar la veracidad de la imagen. A los troyanos les colaron un dragón de cartón piedra y todavía se están lamentando.
EliminarGenial!! qué valiente, caballero, al detenerse y tomarle la fotografía!! Fantástica!!
ResponderEliminarNo tenía más remedio que hacerlo. De lo contrario nunca me hubierais creido.
Eliminar"Y al despertar, el dinosaurio seguía allí". Tras esas ventanas cerradas, los sueños se van confundiendo despacio con el dragón realidad. Una imagen onírica que no se deja atrapar. Sin duda un placer que se puede mirar.
ResponderEliminarEl dragón es pertinaz como las sequías aquellas, y las que vendrán.
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