No sé en qué momento los granos se convierten en pepitas. Ha de ser, supongo, cuando no estamos mirando, en una de esas horas secretas del invierno. Tal vez la transmutación se produce en ese instante de modorra que nos vence después de la comida, sentados en la solana del corredor, y que no sabríamos decir si duró un segundo o una tarde. O a lo mejor cuando ladra un perro y volvemos la cabeza, alertados y buscando las razones del ladrido que nadie más que el perro conoce. Yo solo sé de la alquimia que viene después: la que separa las pepitas y luego las convierte en polvo y el polvo en magma y el magma en dulces lingotes de boroña* que pesan en la mano como una herramienta tan bien equilibrada que casi da pena partirla. El primer bocado tiene siempre algo de deslumbramiento, como si de verdad fuera el primero. Ahí será lo más cerca que estaremos del momento aquel en que los granos se convirtieron en pepitas.
*boroña: pan de maíz.
Ooooooohhhhhh!!!!!!!!
ResponderEliminarQué tío.
¿Sabes que todos los tejanos azules que veo los miro para ver cómo demonios puedo hacer una fotografía como la tuya? Nunca en mi vida he visto una foto tan bonita como la que publiqué en mi blog. La tuya.
Y ahora pasará lo mismo con estas mazorcas.
No paro de buscar donde puedo encontrar un agujero de luz como ese que tienes y no lo encuentro.
Estoy buscando la manera de inventarlo.
Es una obsesión.
No tengas miedo, no te voy a plagiar.
Tampoco podría aunque quisiera.
Pero necesito encontrar esa luz y hacerla mía. Poseerla.
Tendré que buscar la manera de encontrarle un texto para publicarla con mis palabras.
Mi admirado XuanRata.
Fantasticas luces y texturas!!!
ResponderEliminarAdemás acompañada de un texto magnífico.
Un saludo.
José Barceló
Me encanta, Xuan. Me recuerda a esos instantes que parecen eternos y al recordarlos aparecen como susurros de un momento vivido hace mucho tiempo...
ResponderEliminarNo sé. Es la noche...
:)
Preciosa fotografía y precioso texto que se puede tocar...
Verdadeira caverna de Ali Babá, como podemos ver pelas pepitas de oiro que nos mostras.
ResponderEliminarFantástica la fotografía, con esa tenue luz iluminando las mazorcas. Maravillosa.
ResponderEliminarComo fantástico el texto que me trajo de vuelta el placer de morder la boroa (así es en mi tierra) y degustar su exquisito sabor.
Enhorabuena, una vez más.
Beso
wils image..great light and shadows! Wonderful dimentions also!
ResponderEliminarMuy interesante fotografia y texto. Te felicito, una vez más, y cuantas sean necesarias, por tu maravilloso trabajo.
ResponderEliminarQuizá haya otro oro más espeluznante que ese que tu propones.
ResponderEliminarY quizá los hórreos dejen de ser esa bella quimera (del oro) algún día.
Y digo yo: ¿no serán capaces de inventar un oro transgénico y dejar a las mazorcas fuera de la fiebre (del oro)?
Estupenda "de verdad". Esa luz-tecla- la buscamos muchos. Formidable trabajo. salud y fotos.
ResponderEliminarQué luz más bonita!!y que bien capturada en,como siempre,otro fotón.Salu2.
ResponderEliminarHay algo en esa foto que llama al silencio.
ResponderEliminarParecen oro las panojas de maiz.Cómo dices a punto de convertirse en lingotes. Aquí se llama borona al pan de maiz, en Euskadi,talo. Y qué bonito la calidez solar de las panojas delante de lo oscuro. Un saludo
ResponderEliminarQue luz tan maravillosa...
ResponderEliminarA magnificent shot!
ResponderEliminarLa transmutación o el milagro.
ResponderEliminarPan de maíz, alimento del alma.
Hay que añadir las manos amorosas.
Y las tuyas por la foto.
Cumplí una vez uno de mis deseos: pasar una noche dentro de un hórreo.
ResponderEliminarNo ví las pepitas de oro, pero sí la luz de las estrellas a través de las rendijas.
Hermosa foto, mago infinito
las espigas parece que se orean en un horreo, o algo similar.
ResponderEliminarahí, como esperando un destino, recogidas en la sombra, pero pilladas en su intimidad como a quien atisba tras la persiana.
Se me hace atractivo ese desequilibrio en el color, resbalando los colores cálidos hacia un lado, como si se hubieran colado por los agujeros transparentes que se abren en la oscuridad del resto de la foto.
me encanta!
si es que todo no lo dan hecho, algún dia dejarenmos de masticar incluso.
ResponderEliminarSi me borras y me vuelves a poner se actualiza el blog en la lista.
ResponderEliminarYa soy internacional y no restringido.
¡que rica ye la boroña!... me gustas cuando insunuas....
ResponderEliminarMe encanta la composición, y ese color ¡qué decir del color!
ResponderEliminarEsa luz que ilumina los granos aun hace más doradas y adoradas las panoyas y convierte las rendijas del corredor en acero azul-metálico o por lo menos a mi me da esa impresión.
ResponderEliminarFantástica y sorpendente.
Besos
Cuando estuve en Asturias me sorprendió ese juego entre luces y sombras, entre horizontalidades y verticalidades. Ese suspenderse un abismo para guarecer entrañables semillas para que resplandezcan sus granos como el oro, llegado el momento.
ResponderEliminarTan bello como siempre, Xuan.
Besos.
Pepitas. Como as fotos. Pedaços de chão. Do lado de dentro do chão. Arrancadas à terra. Expostas. Nascidas. Fruto mineral...
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