Gijón
Ya no queda
nadie de los que un día oyeron hablar de alguien que alcanzó a distinguir el
inconfundible temblor de la piel de las ballenas. Hace tiempo también que los
delfines decidieron cambiar de itinerario y solo de vez en cuando llegan los
enfermos, los solitarios y los locos. Sin embargo, hay frente al mar una torre
perfecta y un vigía ignorante de todo que reconocerá el temblor cuando lo vea.
Me gusta como has elegido esta fotografía. Un joven contemplando el mar, quizás reflexionando las mismas palabras que tu has escrito. Buena foto amigo. Un saludo.
ResponderEliminarCuando ya no se sabe donde caminar, solo queda la contemplación. Saludos
ResponderEliminarQue maravillosa composición, acompañada de una palabras que invitan
ResponderEliminara la reflexión....Gracias por compartir ambas cosas.
Un abrazo enorme.
Unos tonos preciosos, muy acordes con el texto
ResponderEliminarLa soledad toma cuerpo en esta foto pero, la esperanza queda ahí, en esa mirada vigía que reconocerá aquello que en otro tiempo fue la vida.
ResponderEliminarUn abrazo
Yo sería una de las locas que irían allí.
ResponderEliminarEl mar nos ofrece susurros,deslizamientos sobre la arena que suenan a besos al aire,bramidos furiosos para demostrar su fuerza incontrolable, sonidos que no dejan indiferentes a nadie...su atracción es irresistible, algo plenamente palpable en esta instantánea llena de belleza que nos ofreces.
ResponderEliminar¡Gracias, Xuan!
Un fuerte abrazo.
Me gusta la composición y la melancolía de esa mirada al mar, muy bien reflejada por ese escrito.
ResponderEliminarUun abrazo.
los enfermos, los solitarios y los locos. que bueno.
ResponderEliminaryo de joven iba en bici a todas partes, incluso al trabajo, de hecho tenía planificado el camino de santiago junto a un grupo de ciclistas a lo que mi madre se negó con toda rotundidad y ahora con los años es una de aquellas cosas que dejas de hacer y sabes que ya pasó la oportunidad. en fin que muy bonita la foto, todo esta en su sitio y ademas es de las que gusta ver siempre guiado por tus palabras.
un abrazo
Una torre, de repente dotada de gran autoridad, que también puede ser faro de quienes ansían ser reconocidos en su temblor. Mucha delicadeza es lo que hay en esta imágen.
ResponderEliminarUn abrazo.
Nuestra mirada penetra en la fotografía y usurpa la del extasiado ciclista para ganarle al espacio y al tiempo congelados la partida. Ahora, ante nosotros, ¡el mar!
ResponderEliminarNo hay merma en mi admiración ni por mi silencio ni por el tiempo transcurrido.
Un abrazo.
El toque humano da dimensión, profundidad y sentido a ese ambiente, Que bien le sienta el formato cuadrado
ResponderEliminarUn abrazo Xuan
buena la toma,genial encuadre y regla de los tercios,excelente¡¡
ResponderEliminarSaludos.
preciosa foto. me gustan los tonos y la composición!
ResponderEliminarun abrazo
Lo primero que me llamo la atención fue el formato cuadrado como de una polaroid, un instante robado, y luego la mirada larga que le eche a ese mar, acechando, queriendo ser también vigía, testigo de acontecimientos sorprendentes que vendrán de "allen de los mares". Aquí sigo, oteando el horizonte.
ResponderEliminarQué espera o quizás algo se aleja, para siempre, quién sabe.
ResponderEliminarUna foto muy fina.
Abrazos.
El mar observa a ese vigía felizmente ignorante y deposita en él algo muy parecido a la esperanza (los enfermos, los solitarios y los locos son en realidad sus más queridos emisarios).
ResponderEliminar¿Este blog? al principio curiosidad y expectación, ahora enorme vicio.
MUY BUENA COMPOSICIÓN Y EDICIÓN
ResponderEliminarSALU2
Pero menos mal que queda gente que sabe contar aquello que imaginó o que oyó a alguien que a su vez había oído o imaginado...
ResponderEliminarHay algo misterioso en ese equilibrio...
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