Ya sabes, tienes que sujetar con firmeza y estar dispuesto a soltar tan pronto como sientas el empuje irrefrenable de la pólvora, ese mismo alegre temblor que notas en la mano de la niña justo cuando va a salir como un relámpago en busca de la vara chamuscada por el trueno. Solo así tendrá el fragor la altura necesaria para salir del valle y alcanzar incluso aquellas casas donde ya no creíamos que pudiera vivir nadie.
Taramundi, Asturias
Los cohetes siempre anuncian fiesta y alegria. Tú lo has representado muy bien con la segunda fotografía. Un saludo
ResponderEliminarSoy de los que, como bien dices, notaba esta fuerza que la pólvora, pedía a gritos soltar el cohete, felices días.
ResponderEliminarLa primera imagen es sensacional, justo en el momento donde toda la escena se equilibra, y a la vez divide dos vivencias propias y que a la vez se confunden en un todo.
Saludos.
Love this pic.
ResponderEliminarYay.
La importancia de una fiesta reside en el cariño que se pone en organizarla, sobretodo cuando son poca gente como en este pueblo. Se merecen esta foto y muchas más.
ResponderEliminarCómo me gustaban allá en el pueblo cuando los tiraban por fiestas. Y un año me dejaron tirar uno ¡qué emoción!
ResponderEliminarSalu2
yo lo veo como el tiempo muerto en los partidos de baloncesto donde se dan instrucciones y siempre hay un antes, durante y despues. Es lo primero que me sugirio la primera foto. Ademas de lo que tu dices que debe ser muy real pq yo nunca he tirado uno.
ResponderEliminarun abrazo
Genial, siempre que llegaba la fiesta de mi pueblo, sentía la necesidad de poder hacer eso, de ser el que sujetaba los cohetes y los lanzaba, siempre era el mas echado para "alante", el tío mas chulo del pueblo y el mas admirado; pero luego la realidad era otra, cuando te dabas cuenta de la verdad que nos rodea, no era así, siempre los lanzaba el el solteron, el que siempre estaba ahí para ello, y el mismo se creía lo que de niños nos creíamos los demás que era el.
ResponderEliminarQue si alguna vez los lance? si en la boda de un primo tuve el placer. Si se disfruta, pero para que correr riesgos pudiendo estar entre los que los ven lanzar y explotar. Un saludo.
Joer, qué bien has captado ese instante y con la pareja viendo el lanzamiento.
ResponderEliminarEnhorabuena.
Abrazos.
Dos instantes que forman parte del mismo acontecimiento.
ResponderEliminarCuando era niño el que cogía la "varilla" era un chico con suerte y la disfrutaba, como esta niña: se puede notar su alegría.
Un abrazo, XuanRata.
Estas fotografías hablan solas Xuan. Un beso.
ResponderEliminarLa felicidad en la infancia depende de muy poco y el brillo de la pólvora siempre ha sido cautivador.
ResponderEliminarBesos, maravilla.
¿Hablas del amor o de lo que lo enmarca, la vida? Tal vez de lo que hablas es de la extraña y precisa belleza de lo inevitable. Salir zumbando hacia cualquier cielo....por favor, que nadie me salve!!!!!!
ResponderEliminarLo tuyo, como suele ser habitual, se agradece.
Uf, para expresar lo mismo yo necesitaría 100 fotos y aún me faltarían. Y además me traes el recuerdo del muy querido Taramundi, justo hoy, cuando el recuerdo me había llegado ya al levantarme... Creo que tu cámara ha metido un virus en mi memoria.
ResponderEliminareuforia em tons de fragor rosa, como só a infância sabe fazer...
ResponderEliminar