De las muchas suposiciones erróneas en las que se
sustentan nuestra vida y costumbres, una de las más absurdas es aquella según
la cual todos los años, entre el veinte y el veintiuno de marzo ha de
comparecer la primavera, otorgando al calendario poco menos que la fuerza
coercitiva de un exhorto judicial. Yo no sé cómo será en otros lugares, pero
aquí en el norte, así como el verano es una cuestión de fe, la primavera es
principalmente un acto de rebeldía y el invierno no termina hasta que no
adoptamos la firme decisión de abolir de una vez por todas ese insidioso
mandamiento del paraguas y desafiamos al cielo a cabeza descubierta, porque
esta es la estación de los herejes o no será la primavera.
sábado, 23 de marzo de 2013
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en la villa y corte tambien es rara la primavera, aquí que ya sabes somos mas chulos que un ocho pasamos del invierno y los abrigos a los pantalones cortos sin solucion de continuidad, bueno vale, a veces sale un dia primaveral pero no es lo normal. termina el invierno y aprieta la calor.
ResponderEliminarluego viene lo peor, el verano, que ese sí que se deja notar y bien aquí en el centro la peninsula.
muy buen texto.
abrazos
eu, agora, estou no sul, no subtropical Algarve, e chove e sopra um vento insidioso e arruaceiro...
ResponderEliminaralguém se esqueceu de avisar o calendário...
(a luz dessa foto - a luz das tuas fotos - são como uma assinatura, um selo de garantia)
abrazo señor don amigo
este año aqui, en cambio, es el otoño el que a venido antes de la cita... el verano decidió mudarse a otro lado bastante antes de lo esperado, lo que a mi no me molesta en absoluto. odio las tórridas tardes del verano porteño, sin duda prefiero las luces del otoño
ResponderEliminarAquí, este año, tenemos un sur que parece un norte,
ResponderEliminarMe encanta la foto y la chica en primer plano.
Love this photo.
ResponderEliminarNicely done.
La primavera es como el segundero, más o menos un invento convencional que nos hemos otorgado por aquello de situarnos todos en el mismo lugar pero, en realidad esto funciona según otras leyes y nada tiene que ver con nuestros deseos.
ResponderEliminarUna foto que habla por si sola.
Un abrazo
Imprescindible y contundente herejía tendrá que ser la primavera que nos saque de semejante invierno; interminable y crudo invierno en el que a pesar de cubrirnos la cabeza con nuestros desbaratados paraguas, han conseguido dejarnos con el culo al aire (de todas formas ya nos está bien, por crédulos, miedosos, beatos y burriciegos...).
ResponderEliminar¿Es necesario que te diga que esa "expresión" que has cazado me encanta?
Un abrazo, Xuan.
Pd. Desde hace algún tiempo mantengo, en paralelo con la Cua del diable, un blog sólo de fotografía (josepvilaplana.blogspot.com) al que me gustaría, si te apetece, que le hecharas un vistazo (admiro sinceramente tu trabajo, por lo que me haría ilusión saber tu opinión y compartir contigo algunas fotografía. Espero que que sepas perdonar semejante "grosería".
Leyendo los comentarios anteriores, por un momento pensé que estaba ante un anexo de la página de la aemet ;-)
ResponderEliminarPor aquí, por Extremadura alardeamos de cambiar de estación de un día para otro, a día de hoy seguidamos en pleno invierno, obstinado y lluvioso invierno.
La primavera es una esperanza contínua.
Otra cosa, XuanRata.- me encanta como escribes.
Otra cosa más, XuanRata.- me encanta como fotografías.
Enhorabuena por todo.
Un abrazo.
Excelente imagen de fotografia de calle. Me gusta el detalle del acompasamiento de los pies en las figuras. Me estorba el sujeto detrás de las figuras del paraguas. Un saludo
ResponderEliminarUna mirada escrutadora intentando descifrar los designios del tiempo, quizás y seguramente reflejando un anhelo de despojarse de los atuendos y complementos de una fría estación.
ResponderEliminarLa playa de fondo sugiere que su anhelo se verá cumplido más tarde o más temprano y finalmente su mirada se dirigirá a ella.
Muy bien captada la atmósfera de una tierra en una imagen perfectamente ejecutada.
Un abrazo y enhorabuena.
Consuélate pensando que por mucho que llueva, la hierba, siempre olerá a hierba. Y los rosales si es que florecen, también lo han de hacer en primavera.
ResponderEliminarY los paraguas, pues parece como que tengan otros colores más vivos.
Y si aún no te resulta, vente pa Andalucía, a Sierra Mágina. Allí tendrás una casa y después, ya verás qué fotos, Xuan.
me ha recordado a una viñeta que leí en irlanda. eran dos amigos que andaban bajo un tormentazo, y uno le preguntaba a otro -¿como es esa palabra tan británica que sirve para definir este tiempo? -verano
ResponderEliminarMe gusta mucho esta imagen donde la mirada parece inquirir al cielo sobre cuándo llegará la primavera... Sobre el texto, me gusta aprender sobre cómo os sentís en el norte con tanta lluvia.
ResponderEliminarUn abrazo.
eres un cazador de instantes!!! me gusta tu mirada... un saludo!
ResponderEliminarVamos, que me has definido la primavera tal y como yo la siento aquí, a unos pocos kmts. al Este, cerquita de Francia....Tienes idea de las ganas furiosas que me entran siempre al llegar estas fechas de darle un descomunal corte de mangas al pesado del invierno? Sí, lo hago, a veces de intención y a veces, de facto, y este año al menos ha comenzado con buen pié, nos ha regalado 18º y un solecito rico,rico,rico, con fundamento, como diría Argiñano, je,je,je.
ResponderEliminarPreciosa instantánea, preciosos instantes capturados por tu ojo mágico, que la cámara no es más que el instrumento para darle valor a tu visión especial del momento.
Un fuerte abrazo, Xuan.
Creo que la figura de la derecha es la más equilibrada, ya que tiene cierta armonía en el gesto, expresividad en su actitud y colorido en su vestido y en el paraguas. Las demás más bien acompañan. Pero todo está bien, creo.
ResponderEliminarUn abrazo
Quien lo diría, ni siquiera los lugareños se fían de fechas y anuncios pomposos, prefieren mirar al cielo como siempre se ha hecho y ver la luz, luz, luz ...
ResponderEliminarUn abrazo
Esa misma mirada escrutadora es la que muchos le echamos al cielo nada más que salimos de casa, intentando descubrir un resquicio por el que pueda colarse un rayito de sol, pero la certera realidad hunde de nuevo nuestras cabezas bajo el paraguas. Como dicen en mi pueblo nunca llovió que no escampara.
ResponderEliminarQué reportajes nos traes!!!
ResponderEliminarEs, de verdad, una delicia venir. Tengo gran curiosidad por estar algún día un tiempo en ese paseo, seguro que no vería la décima parte de lo que tú ves y sientes ¡ah!