Tú lo conoces: es ese tiempo que parece llegar antes de tiempo y que suele terminar más tarde la cuenta. Nace delante de un espejo que pone caras, que nos hace muecas, que ensaya los rostros posibles, incluida nuestra caricatura, que indaga acerca del gesto que un día nos hará reconocibles. Un tiempo inquietante que crece de forma desigual: un día se alargan las piernas o los dedos de los pies, otro el cuello, otro se hincha la nariz, y hay que aprender otra vez a coordinar las extremidades y el volumen de la voz y la dimensión nueva del silencio. Pero es también el tiempo que empieza a bifurcarse, y en cada bifurcación se pierde un hilo de ti, y te adelgazas. Y es un tiempo que de pronto gira más deprisa, como un torno en el que tú eres el alfarero y la materia prima. Y todo se vuelve tan muelle, tan inconsistente que lo primero que buscas es un esqueleto con el cubrirte, un andamio para no caerte, un armazón con el que armarte de valor: la cáscara que un día abandonarás para continuar en otro tiempo, en otro lugar, la incesante metamorfosis.
sábado, 22 de febrero de 2014
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¿Que diría Einstein después de leerte? No es una pregunta cualquiera que tiene mucha miga. Para mi y por lo que ya sabes el tiempo va a otras velocidades, fui muy precoz en muchas cosas y tardío en otras como por ejemplo en pegar el estirón, sin embargo desde muy joven tenía bigotillo. Ni te imaginas el disgusto que le dí a mi madre cuando me lo afeité con la cuchilla de mi padre. Ya no se reirían de mí en el colegio, ahora, había pasado a ser todo un hombre que ya se afeitaba. Algo tan simple y tan estúpido me hizo diferente a los demás, Todos teníamos la misma edad, espinillas y empezábamos a tontear con el tabaco y las chicas, sin embargo el simple echo de ser el único de una clase de 40 alumnos cambió todas las percepciones que de mi tenían mis compañeros, incluso las de los matones, aquello les insultaba pues se sentían de pronto como mas niños que yo. En fin como siempre me dices, la vida, querido amigo, es la vida y nada mas. Con sus tiempos sí, pero nunca iguales ni en el mismo momento en que les ocurre a tus semejantes.
ResponderEliminarabrazos
cuando era chica el tiempo era infinito y corría lentamente, sobre todo en las largas tardes de verano. cada día que pasa se acorta inexorablemente... ya hace más de 20 años que murió mi papá?! mi hija cumplió 30 años? ayer la llevaba al colegio!
ResponderEliminary cuanto más corto se hace, siento que más cosas tengo que hacer... debe ser la conciencia de que en algún momento dejó de ser infinito!
eso no me impide que, a veces, en esas mismas tarde de verano, decida dejarlo correr, escaparse, y decido "aburrirme" como en esas eternas tardes de verano en el zaguán de la casa de mi tía bisabuela en bell ville, córdoba.
La foto es excelente y tus palabras explicando esa mirada son una tesis sobre la adolescencia.
ResponderEliminarTe felicito.
Verle, es como ver el tiempo que se escurre entre los dedos, uno nunca cree que vaya a pasar, pero pasa y no te has dado cuenta, ha pasado el suyo, pero también el nuestro, en esa incesante metamorfosis (como dices) que todo lo transforma.
ResponderEliminarExcelente el texto, y muy buena la imagen con un bonito desenfoque y con ese chico con expresión indolente, un abrazo.
ResponderEliminarimpresionante la forma en que expresaste el tiempo en nuestro cuerpo... siempre en nosotros ahí... nuestra materia prima!
ResponderEliminarun abrazo,
Buena, muy buena la foto, pero hoy me inclino y avalo ese texto.
ResponderEliminarUn tiempo por el que pasé hace mucho tiempo, nunca demasiado y que dejó heridas difíciles de restañar. Dolor de piernas y de manos, de dedos y otros dolores que el paso de los días, como los otros, curan y desarrollan otras posibilidades.
Una delicia de foto, de tiempo y de texto.
Un abrazo amigo
Menuda estampa que me hace sonreír. Esa foto no se improvisa y la visión del gesto se puede quedar con nosotros para toda la vida.
ResponderEliminarEs una fotografía encantadora. Xuan.
O teu modelo tem a perfeita expressão de quem atravessa esse tempo de mudança. Muito boa!
ResponderEliminarTexto e imagen son un fiel, directo, crudo, apasionante y hermoso retrato de un periodo tan convulso de nuestra existencia, impresionante entrada.
ResponderEliminarUn abrazo.
Un espejo que pone caras. Y la mayoría de ellas se burla de quien lo mira.
ResponderEliminarQué gran retrato.
Un gran retrato! Enhorabuena!
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ResponderEliminarHola, XuanRata.
Obras atractivas.
Usted es el excelente artista.
Doy las gracias por su apoyo habitual y abundante.
Que tengas una buena semana.
Un abrazo.
Desde Japón, ruma ❃
Genial, XuanRata !!!
ResponderEliminarLa imagen y el texto se retratan mutuamente.
Un fuerte abrazo.
Tiempos de cambio, de incertidumbre. Todo es liquido nada es sólido. un abrazo
ResponderEliminarMuy buen relato.... Un abrazo desde Murcia....
ResponderEliminarEmpezar también a desconocerse.
ResponderEliminarDe ahí el ceño fruncido y las dudas sobre nosotros mismos.
Un besote
Una imagen que refleja fielmente el "estadio" adolescente.
ResponderEliminarSaludos.
MOlt bona fotografia!, m'encanta aquest retrat personalitzat amb les teves paraules. Salut.
ResponderEliminarLos engaños del tiempo nos inducen a pensar que nada parece pasar tan rápido como la infancia de un hijo, y nada nos sorprende tanto como la llegada así, tan pocopocoderepente, de su preadolescencia, nada salvo la lejanía de la nuestra. Perfectos retratos de dos edades, Xuan: un mismo gesto de la mano en la mejilla revela dos actitudes: la sonrisa del niño frente a ese tedio que despertamos en ellos cuando están dejando de serlo.
ResponderEliminarUna metamorfosis que no para y que nos lleva a la madurez y más allá. Una gran imagen y un mejor texto. Enhorabuena
ResponderEliminarCómo ha crecido!
ResponderEliminarCómo crecemos y cambiamos y nos modelamos... la vida nos modela.
Un abrazo
Que las turbulencias de esos gestos no lleguen a agotar.
ResponderEliminarUn abrazo, Edu