No se requiere una gran infraestructura. Su altura guardará proporción con la distancia que os separe: si permaneces siempre cerca, tres o cuatro metros serán más que suficientes. Su mantenimiento es simple: una mano de pintura cada cierto tiempo limpia y desinfecta. No olvides, eso sí, tapar las grietas que de tarde en tarde puedan provocar las explosiones. Y rasca el óxido antes de que penetre la superficie, y cuida que los hongos no se ramifiquen. Cuando lleguen las borrascas te resguardará de la lluvia racheada y si el sol aprieta proporcionará una sombra uniforme y pulcra. Señalará la frontera de lo que no te importa, de lo que no te afecta.
Ah, por cierto, procura ahuyentar a los perros, tan proclives a perderle el respeto a las paredes. Contra los grafiteros fija unas cámaras en los puntos apropiados. Y busca un servicio de vigilancia profesional, hazme caso, vale lo que cuesta. Y ya puestos no escatimes en lo importante: contrata un buen seguro, ya sabes, siempre es mejor que si algo pasa la responsabilidad la asuman otros.
Escucha: un día alguien llegará y te dirá que lo derribes, que el mundo está del otro lado: oídos sordos, no son más que vendedores de humo. Y además, aficionados. Tú tienes tu muro y nos tienes a nosotros: ante cualquier problema no dudes en consultarnos, solo en horario de oficina. Tenemos larga experiencia y un próspero futuro por delante.
Iba a escribir "gran"...pero no, es ENORME!!!
ResponderEliminarUna fotografía con una composición envidiable...mi más sincera enhorabuena!!!
Un abrazo, amigo!!! ;)
en la ilusión de protegernos, el muro nos impide compartir lo diferente en paz...
ResponderEliminarbuenísima la imagen y tus palabras! un saludo,
Como si fuera el muro de la vergüenza, limpio, impoluto, para tapar lo sucio, lo feo, lo destructivo. Cuántos muros hay así, como el de tu foto, por todo el mundo. Demasiados.
ResponderEliminarAbrazo.
Una foto magnífica. Desde luego el conjunto de Nyemeyer, para lo pequeño que es, da un juego impresionante.
ResponderEliminarDos realidades opuestas separadas por un muro. Tremenda en su contenido, bellamente descriptiva tal como la presentas.
ResponderEliminarDar esa distancia es saber estar, claro.
ResponderEliminarQué magnífica foto de planos superpuestos y presencia humana.
Vivimos una eterna dualidad y gracias a que en esta parte del mundo tenemos ciertas libertades podemos expresarnos, la manera de hacerlo también es importante y aquí mismo, en esta entrada esta la prueba.
ResponderEliminarPor cierto a falta de árboles buena es la pared, desde luego siempre mejor que la rueda de un coche, por ejemplo y además no es el can quien elige el lugar por el que pasear. La foto no me dice nada pero ni caso ya sabes que soy de aquella manera, el título me hace pensar y el texto es un placer. Magnífico como siempre.
Un abrazo
genial tu texto!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!
ResponderEliminarEsta foto me puede decir tanto como tus palabras a cual mejor.
ResponderEliminarMantener esas paredes tan limpias e impolutas debe costar lo suyo.
Aunque no sé si se podrán proteger del humo que las amenaza desde el otro lado.
Es una foto inquietante.
Como las anteriores.
Un abrazo Xuan.
Una composicion realmente buena y atractiva visualmente, un gran trabajo visual, el texto siempre interesante, una entrada muy buena,saludos amigo.
ResponderEliminar!!!!
ResponderEliminarMadre mia!!! Menudo nivel fotográfico, esta fotos es absolutamente tremenda, todas, pero esta es perfecta, una maravilla. Parece irreal de lo buena que es. Me apunto tu blog y comienzo a seguirlo. Supongo que habrás llegado al mio a través de algún comentario en el Moncat.
ResponderEliminarMaravillosa composición!!
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