Otoño previsible que nos seduce cada año con su versión edulcorada de la muerte, con su crujir de hojas como huesos y su acordada belleza hecha de retales con la que desmentimos la versión edulcorada de la vida que nos vendió, recuerdas, la dichosa primavera.
lunes, 9 de noviembre de 2015
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Es una foto extraña, Xuan. Como que no la acabara de entender. Pero que me inquieta.
ResponderEliminarTiene misterio.
No es más que una roca en una playa con la marea baja, sobre arena mezclada con carbón, pero no es una roca propia de la costa sino venida de otro sitio, igual que esa hoja, como si la roca no pesara más que ella. Así que sí, es una foto extraña. Yo tampoco la entiendo del todo. Seguramente por eso la he publicado. Ni siquiera es de este otoño, sino de hace unos años, y ha vuelto a mi desde allí, como la roca y la hoja.
EliminarBesos.
Importa la mirada, Xuan. Y tu estado de ánimo al verla que imprimes luego con tu cámara. Ahí es donde aparece el misterio que existe dentro de nosotros mismos, y el Arte.
EliminarEste bodegón de naturaleza muerta me atrae y a la vez que me inquieta, será la imagen o mi subconsciente, no lo se, pero consigues que mis pensamientos vayan más allá de ella.
ResponderEliminarA modo de visitante, una sorpresa que parece amaneces para que nuestra inquietud se desperece y comience un nuevo día con la mirada renovada. Una maravilla Xuan. Un fuerte abrazo y encantado de volver a tenerte a tiro .
ResponderEliminarAmazing setting.
ResponderEliminarLove the rock.
(Thanks for posting this.)
Pies sí, una extraña mezcla de elementos ubicados fuera de lugar. Pero no está mal el bodegón marino o bodegón mineral?
ResponderEliminarMás cierto, más verdad, más profundo. El otoño es tierra y certeza en la que se junta toda la vida, como en la foto.
ResponderEliminarFantástica. Un uso del color muy bueno
ResponderEliminarserá la joya perdida de un gigante marino?
ResponderEliminara mi también me descompuso los sentidos encontrar la hoja en la playa, por lo demás una edición sobresaliente.
ResponderEliminarSobre la primavera y el otoño, muy bien traído el texto como siempre, pero te diré una cosa. Sabido es que en la Villa y Corte pasamos del frio al calor sin solución de continuidad por tanto la primavera y el otoño duran un suspiro...salvo este año en el que si bien como es costumbre, apenas tuvimos primavera cuando correspondía ahora parece que ha ocupado el espacio del otoño. Es noviembre y aún no hemos bajado de los 20º salvo un par de días de lluvia. Los campos están preciosos, con tanto verde como ocre en una rara indefinición donde las hojas que se saben caducas parecen obviar lo evidente del calendario.
un abrazo
Es como una piedra que antes fue meteoro y que caída del cielo nos contempla en su nuevo hogar.
ResponderEliminarAbrazo.
No te confíes Xuan, cualquiera de las cuatro estaciones es una impostora.
ResponderEliminarConmigo nunca han sabido cumplir las promesas con las que caigo periódicamente a sus pies. Salvo una vez. Puede que para que no pierda la ilusión de que en otro momento vuelva a ocurrir.
Un abrazo.
A mi me transporto a otros espacios geográficos, a veces tenemos que bucear en los archivos del alma para encontrar lo que buscamos.
ResponderEliminarUna piedra llena de colores, como si fuera la paleta con la que la naturaleza va pintando las estaciones. Me encanta!
ResponderEliminarGracias por tus elogios Xuan, a nadie le amarga un dulce, debería ser yo el que aprendiera de ti, pues tus trabajos me encantan, ya lo sabes.
ResponderEliminarVeremos, cuando llegue el momento si no nos acercamos a tu tierra y nos vemos.
Un abrazo.