lunes, 19 de diciembre de 2016

Luna de diciembre



    Hace poco más de un mes los medios de comunicación quisieron lanzar la luna al estrellato: la profecía de una luna como nunca antes habíamos visto, la luna más grande jamás contada, la superluna, corrió por las redes sociales y la puso en boca de todos, tan proclives como de costumbre a considerar importante lo infrecuente.

   Como no podía ser de otro modo, el augurio se cumplió: pese a que la diferencia de tamaño con las lunas de otros años por estas mismas fechas era imperceptible para el ojo humano, todo el mundo reconoció sin dudarlo la enormidad del astro, amplificado su diámetro no tanto por la confluencia de las trayectorias cósmicas, como por la gran caja de resonancia mediática. Tal vez algunos ocultaran una secreta decepción, pero me consta que muchos veían la luna por vez primera porque era la primera vez que había que ver la luna. 

  Personalmente he de reconocer que me sentí molesto, casi indignado. Y no por la atención inusitada que se le prestó en esos días sino por la falta de atención que demostramos tener para con ella el resto de la vida. No gritar ese milagro que es la luna de diciembre cuando sale del mar amaneciendo a las seis menos cuarto de la tarde debería estar castigado con cadena perpetua de silencio.

   Hoy, pasado el boom, la luna se ha quedado trasnochada, vuelta a sus estrictos términos de poetas románticos y guiones adolescentes. La luna, ídolo de soledades. Para mí solo, de nuevo, la luna.

18 comentarios:

  1. Yo espero con pasión la luna blanca de Enero, acompañada de sus estrellas rutilantes que tan rabiosamente brillan con el frío.

    No quiero ni pensar en la contaminación lumínica.
    Por su culpa ya no se disfruta tanto como entonces.
    Cómo me gustaría volver a ser niña, ir a la misa del gallo a las doce de la noche y quedarme extasiada mirando al cielo.
    Hablar bajito a la salida para que no se rompa el hechizo, Xuan.
    Dulce dormitar de las noches de invierno.
    Hoy me has traído la luna. Qué más se puede pedir.

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  2. Que lujo de foto y de luna. Y además casi para ti solo

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  3. Pertenecemos a una clase de rebaño que se deja "des-orientar por las redes, y por quien se lo proponga. Un abrazo

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  4. Estupenda foto, y el texto. No se te resiste nada. Disfruta de tu luna esta navidad

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  5. Suscribo todo cuanto dices.
    Lo que me atrae de esta imagen es la competencia que se crea entre la plata de la Luna, su reflejo y cabeza de ese señor que la contempla.
    Un abrazo, XuanRata.

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  6. Por eso mismo, es conveniente mirarla todo lo que podamos y en soledad (como en tu foto) o en compañía de pocos. No sea que dentro de poco pongan anuncios en ella o nos cobren por mirarla...

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  7. Es pasmosa nuestra capacidad para ser manipulados. Suerte que podemos recurrir al confortable refugio de mentes lúcidas como la tuya. Así, sí da gusto ver la Luna.
    Un abrazo, amigo.

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  8. Preciosa Xuan, poco a añadir, solo el placer de contemplarla.
    Suscribo al cien por cien tus palabras.

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  9. Es una luna imponente, realmente :-O

    Por aquí la vi grande, pero ni de lejos tanto.

    Un abrazo.

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  10. ¿Una luna grande? La luna es siempre igual en tamaño en y por todos lados...
    Está bien la fotografía, pero, para qué mentirnos, entre usted y yo...podría haber puesto la luna verdadera que en nada se parece a ésa...¿Cierto?
    Por lo demás el tema es bueno, pero hay asuntos que no encajan; y usted y yo lo sabemos. Los demás no sé, pero me da que de lunas pocos saben...y de cielos y de diferencias y matices y...tantos "y"...
    Bueno, saludos

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    1. El tamaño relativo de la luna es proporcional a la longitud focal utilizada. Así de sencillo. Por otro lado, esta imagen es el resultado de dos exposiciones: una con medición de la luz para el conjunto de la escena y otra con medición puntual para la luna, fundiendo después ambas. Por desgracia mi cámara no tiene la latitud de exposición suficiente para captar las luces y sombras de esta escena en una única toma. Como no soy fotoperiodista busco la veracidad antes que la verdad, es decir, que la forma en que mi cámara en particular capta una escena se parezca a la forma en que yo siento esa escena en particular. Conseguir ese ajuste es precisamente la finalidad del procesado que sigue al momento de apretar el obturador. Gracias y otro saludo para ti.

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  11. Lo de que la luna sea más grande (y se vea más grande) es exactamente igual al azul del Danubio (que es más o menos amarronado). Pero si ha conseguido que alguno/a levante la vista del suelo para verla de algo valió.
    Feliz Navidad

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  12. La luna la tenemos a diario, como algo más en nuestra vida diaria, nadie se fija en ella, como en tantas otras cosas, vivimos como seres sin alma, la verdad, sin contemplar las cosas que nos rodean.

    Preciosa foto, Xuan, con y sin retoque, no importa. 😉

    Felices fiestas para ti y los tuyos.

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  13. El comentario de StM me ha hecho reflexionar: sustituyo la versión inicial de la foto por esta otra en la que mantengo el tamaño de la luna tal y como apareció en la toma original de la escena. Sin duda la imagen es así más coherente. Por otra parte desde el primer momento tuve claro que en esta foto el elemento clave no era la luna ni el hombre, sino ese banco vacío, o mejor aún, el vacío de ese banco, que es ahora todavía más protagonista.

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  14. astros y espejos... fieles alborotos de un mismo reflejo!!

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  15. De seguir deslizándonos por esa pendiente mediática, no doy por imposible que lancen al mercado una cámara con las fotografías ya incorporadas, evitándole así al comprador la molestia de tener que moverse, observar y apretar el disparador. Por suerte, y como bien dices, la luna sigue y seguirá atenta a todas las soledades.

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  16. lamento informarte que la luna nunca será sólo para vos. siempre (siempre?) la estaré mirando aquí, incluso cuando es un fino hilo casi invisible...

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  17. La luna siempre atrajo a los seres humanos, menos ahora, será porque somos menos humanos? Me encanta la foto, sobre todo el reflejo en el agua. Yo soy así.

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