Cada día
seguía a muerte a un equipo de fútbol diferente
rezaba a un dios distinto
prefería otra marca de cerveza
frecuentaba un café donde nunca había estado antes
se enganchaba a una serie
apoyaba sin fisuras a un nuevo partido
cambiaba de desodorante y de opinión
como de amigos
cada noche (tal vez no tanto)
juraba amores eternos
y de vez en cuando a todo esto hacía una excepción.
Lejos de reinventarse pretendía
ser únicamente
fiel a sí mismo.
seguía a muerte a un equipo de fútbol diferente
rezaba a un dios distinto
prefería otra marca de cerveza
frecuentaba un café donde nunca había estado antes
se enganchaba a una serie
apoyaba sin fisuras a un nuevo partido
cambiaba de desodorante y de opinión
como de amigos
cada noche (tal vez no tanto)
juraba amores eternos
y de vez en cuando a todo esto hacía una excepción.
Lejos de reinventarse pretendía
ser únicamente
fiel a sí mismo.
Y será esa misma unión la mejor de las decisiones: acariciarse la piel uno mismo y herirla hasta comprender la sutura como nadie jamás lo hará de la misma forma.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo!
No veo que fuera fiel a sí mismo a menos que ser fiel a sí mismo consista en no ser fiel a sí mismo y viceversa.
ResponderEliminarTiemblo cuando me dicen que sea fiel a mí misma cuando no tengo ni la más remota idea de saber quien soy yo.
Qué difícil se me hace todo.
– ¿Eres tu?
–No, qué va soy otro.
–Entonces qué haces aquí?
–Mira, buscándome.
Si no es fiel a nada y esto lo convierte en un principio al que ser fiel pero con excepciones, esta obedeciendo solo a la propia voluntad, algo bastante complicado, sin duda.
EliminarAsí he pretendido expresarlo, Xuán. No sé si he acertado. Me ha quedado con el escozor.
EliminarTe tengo en alta estima.
ResponderEliminarSi la foto es magnifica el texto no digamos. Una buena manera de ponernos en el abismo de la reflexión. Un abrazo
ResponderEliminarMíralo el, más chulo que un pincho!!! Supongo que tu poema, je, je, quería decir lo mismo, pero con talento literario. La verdad es que es una foto muy bien construida, me gustan las líneas, y el personaje desde luego destila seguridad en si mismo y elegancia a raudales. Todo un personaje, tiene aire de Francés y ya veo que la foto se realizo en Luxenburgo, bueno, ya es eso. Enhorabuena.
ResponderEliminarSensacional retrato urbano.
ResponderEliminar¿ Posaba o lo robaste ?
Un abrazo, XuanRata
No posaba, pero aún así puede que haya algo de pose en ese gesto espontáneo.
EliminarFoto y texto muy bueno y muy acorde con la postura del chico.
ResponderEliminarMe gusta la sobriedad visual del color, nada llamativo pero muy harmónico, en cuanto al monsieur, seguridad en si mismo no parece faltarle, aunque puede que sea simplemente una pose.
ResponderEliminarLa actitud.
ResponderEliminarLa vida es en gran medida eso, actitud.
A mi me parece un personaje a temporal, le vistes con ropa de época y pelucon Luis XIV y queda perfecto, pocos hay fieles a si mismos, las modas hacen de la fidelidad una cosa efímera, genial foto y texto.
ResponderEliminar¡Todo tan efímero, tan inestable! Dadme un punto de apoyo y no es que moveré el mundo, sino que haré ver que no me caigo. Si el pobre Arquímedes levantara la cabeza y viera en lo que nos solemos apoyar hoy en día....
ResponderEliminarExcelente propuesta, Xuan
La gente parece que vive ligada a sangre y fuego a un equipo de fútbol, a ciertas ideas -políticas, sociales, religiosas (o no), a unas ciertas percepciones (o consignas) y esto es lo que llamamos personalidad. Tengo ex alumnos que a los cuarenta años me dicen que no han cambiado nada desde que tenían quince. Siguen con las mismas ideas, con las mismas frases, con la misma estética... Supongo que a esto se le llama haber alcanzado la perfección a una temprana edad y fidelidad es seguir leal a ese modelo encontrado en la adolescencia ¿quién sabe si en la niñez? Yo me asombro. Ser del Barça hasta la muerte, o del Madrid, o del Betis. Tener en los genes la bandera, la Patria, a Dios... Así hay muchos... pero a mí me atraen más gente como Unamuno que se contradecía continuamente, que a veces decía una cosa y poco tiempo después la criticaba. A eso creo que se le llama evolución, contraste, culto a la contradicción.
ResponderEliminarTu personaje parece encantado de haberse conocido. Supongo que a esa imagen -no sé si robada- le añades tu la leyenda y proyectas sobre él tus reflexiones sobre la identidad. A mí personalmente me aburren las personas con identidades monolíticas, los fans, los hinchas de un equipo de una nación, de una idea, de algo. Los que saben todo desde los quince años y todo lo que aprenden despues es para subrayar aquello que ya sabían por inspiración.
Personalmente, a pesar de la calidad de la foto, este sujeto no me ofrece mucha confianza.
Era una esquina (con café, por supuesto, estamos en París) por donde pasaban personajes de lo más variopinto y no todos ellos eran amistades recomendables. Este era uno de ellos. Desde mi mesa yo era un observador privilegiado sin llamar la atención. En cuanto a lo demás, querido amigo, en una sociedad como la nuestra que no provee de sentidos a la existencia es necesario dotarla de identidades, o de lo contrario tomarse el trabajo de buscar ese sentido o de renunciar a él.
EliminarUn abrazo
Que buena entrada amigo, el texto como siempre inmejorable, la imagen no le va a la zaga, que buen posado, la cara de felicidad del sujeto no tiene precio, muy buena composicion y trabajo,saludos y feliz semana.
ResponderEliminarUn momento de felicidad muy bien captado.
ResponderEliminarEnhorabuena, Xuan.
Abrazo.