Me dices, muy seria, que las ortigas no pican si al tocarlas contienes la respiración. Menuda tontería, te digo, de dónde lo has sacado. Que lo has oído desde niña, me contestas, que por fuerza tiene que ser cierto. Si tan segura estás, por qué no haces la prueba, te reto señalando un mato que crece al borde del camino. Dudas un instante, acercas la mano, te detienes, tomas aire y sin más agarras un buen manojo...un grito agudo como una aguja traspasa el aire al tiempo que sueltas las ortigas y las miras incrédula, dolida, avergonzada. Yo evito cualquier comentario y soplo suavemente la palma de tu mano. En el fondo sé que esta victoria no se la debo a la razón sino a mi cobardía.
viernes, 31 de marzo de 2017
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Hola Xuan, estupendo acercamiento, sorprendentes diseños nos ofrece la naturaleza al aproximar lo suficiente el ojo curioso y sin cobardía, tal como muestra tu imagen.
ResponderEliminarUn microcosmos fascinante.
Un abrazo.
Me fascina el microcosmos, Minimal.
EliminarQué buena foto, Xuan. Yo a las ortigas las miro de lejos.
ResponderEliminar¿Y cómo lo harán para cocinarlas en tortilla?
Solo de pensarlo me escuece el aliento.
Ganas tenía yo de que aparecieras.
Un abrazo.
muy interesante el acercamiento.
ResponderEliminarElla fue valiente o cabezona.
ResponderEliminarBuen acercamiento, magnífico el procesado y los contrastes.
ResponderEliminarUn abrazo
Aunque la hayas "instrumentalizado" un poco, seguro que ella dará por buena la experiencia después de contemplar esta excelente toma de aproximación.
ResponderEliminarUn abrazo.
Al leerte he pensado en la muerte; esa ortiga que algunas insisten en afirmar -cuando no en imponer- que no pica. Por suerte cualquier variante de la ternura, ese "soplar suavemente la palma de tu mano" alivia de esta inmensa derrota sin vencedor conocido.
ResponderEliminarYo también lo he oído. También que con las ortigas se hace una buena sopa.
ResponderEliminarTodavía estoy por investigarlo.
Si aíslas cualquier polígono de la hoja grande verás otro de los mundos posibles, tan lleno de estrellas como el nuestro.
ResponderEliminarComo tú, también pienso que la cobardía no es más que una combinación entre ceguera y sordera.
Gusto da venir aquí a aprender.
si no le decís, "te lo dije", podrá perdonarte tu cobardía
ResponderEliminarMe gusta mucho la foto, me encanta el tratamiento que le has dado, ese blanco tan blanco y ese negro tan negro en este caso da como resultado constelaciones. Las zonas internas de las hojas me recuerdan el cielo profundo cargado de estrellas. De las ortigas alguien que entendía, o eso creo yo, que cuando las tocas y te pican casi siempre cerca hay otro tipo de planta que si la tocas te quita el dolor contrarrestando. A lo mejor me tomó el pelo. Podría ser.
ResponderEliminarLa composición y el ByN son exquisitos, ... y el relato magistral, jeje.
ResponderEliminarUn abrazo, XuanRata.
Nos muestras un acercamiento genial a otros mundos tan fascinantes como desconocidos.
ResponderEliminarLa prudencia, también es una virtud ;-)
Feliz semana, Xuan.
excelente imaen y composicion ademas de una gran edicion, la historia que acompaña a la imagen tambien es muy buena y original, recuerdo cuando era pequeño y volvia a casa con las piernas o brazos enrojecidas de las ortigas, hoy en dia a los niños se ñes enrojecen los brazos pero de tanto ordenador y movil, eran otros tiempos, excelente trabajo, saludos y feliz semana.
ResponderEliminarSe me ha caído un mito,a mi siempre me lo han dicho y por falta de valor, nunca lo he comprobado, aunque por un soplo cariñoso igual.....
ResponderEliminarEstas fotos de hojas vistas con tanto detalle siempre me fascinan, hay tanta geometría en ellas.