Bobby Fischer era capaz de ver más allá del tablero. Tal vez como Alicia y su espejo, traspasó la red de los escaques, y ya nunca fue capaz del volver del todo. El ajedrez fue la corriente que arrastró su vida, pero también su sumidero. Una pasión trágica, valga la redundancia.
Al filo de esta magnífica foto y comentario, se me ocurre pensar que la vida es como un tablero de ajedrez: Los Reyes y Reinas representan el poder; las torres es donde los poderosos guardan sus tesoros y sus secretos; los alfiles son personajes intermedios, entre los principales y los de "a pie"; los caballos dan vida a los Ejércitos; y por último los peones son "las masas", generalmente manipuladas por los poderosos. Por todo ello a mi el juego del ajedrez me parece real como la vida misma y la vida es como un juego donde cada cual tiene asignado su papel.
ResponderEliminarSaludos,
ÓSCAR
Así es Oscar, sin olvidarnos de que aunque el Rey parece la pieza principal porque determina quien gana o pierde la partida, en realidad es la Reina la pieza más poderosa y valiosa, la que extiende su influencia en todas direcciones, y sin contar con ella es dificil ganar.
ResponderEliminarMuchas gracias por el comentario.
Posees una mirada que me gusta.
ResponderEliminarMuy buena.