Hotel Meliá Ría - Aveiro
Se llama pentagrama a esa estrella de cinco puntas que aparece inscrita en el interior de un pentágono cuando unimos con diagonales todos los vértices de éste. Los segmentos resultantes de las intersecciones de esas diagonales se relacionan entre sí mediante un número entre mágico y divino: la famosa proporción áurea, que desde la Antigüedad hace las delicias de los matemáticos y aficionados a la misteriología. En el hotel, a través de ese pentagrama imaginario que nace de un pentágono surgido de un reflejo, veo pasar las notas que el pianista va desgranando cada noche cuando dan las diez, a partir de otro pentagrama también imaginario, porque hace tiempo que toca sin mirar la partitura, siempre los mismos temas, en el mismo orden, con la misma cadencia. Y con la misma decadencia. La armonía de sus notas es fruto también de una escala matemática y por ella ascienden viejos boleros las sucesivas plantas del hotel y penetran las estancias tapizadas de moqueta. El pianista piensa en sus cosas mientras toca “Bésame mucho” versioneado al estilo de Duke Ellington. Yo mientras escucho, pienso en todas estas curiosas simetrías. Pero tal vez en ese mismo instante en alguna habitación alguien, aprovechando la coyuntura musical, acerca sus labios a otros labios. Y tal vez estos otros labios se apartan heridos, hartos o displicentes, quebrando al fin tanta absurda simetría, tanto estéril equilibrio. Recordemos que, según los premios Nobel de la Física, el universo surgió de la ruptura de una simetría gracias a un leve exceso de materia.
La proporción aurea fue el gran mito de la arquitectura del renacimiento con Giorgo Vasari como gran teórico y Brunelleschi intentando conseguirla en el Duomo de Florencia. Me encanta ese viaje de la proporción aurea, pasando por los boleros y lo que pudo ser y no fue en cada habitación y en cada mundo individual. Tu sigue así.
ResponderEliminarEstos renacentistas con sus sistemas de represantación para apropiarse del mundo. Habrían disfrutado mucho si hubieran tenido en sus manos una cámara de fotos. Entonces si que se hubieran sentido los auténticos dueños de la realidad. Y la hubieran transformado a su gusto, seguramente que también llenándola de poesía. Un abrazo.
ResponderEliminarLa moribunda simetria nos espolea para que cometamos leves excesos que nos llenen de vida.Así, el aureo pentagrama hace nacer la belleza de entre los silencios y el aire.La música es un pequeño exceso de silencio que nos hace agradable la vida.
ResponderEliminarDicen que cuando un piano toca al anochecer, solo existen las quimeras por cumplir. Desaparece la simetría y todo parece tener una arista única, capaz de hacernos sentir la ternura de unos dedos acariciando el blanco marfil mientras se presionan con algo mas de fuerza, las teclas de color…
ResponderEliminarUna gran imagen, llena de notas, palabras y deseos de besar mucho.
Un abrazo
La ultima vez que escuche tocar un piano, lo único que se me paso por la cabeza fue, intentar soñar con momentos de placer, buscar la motivación en sus notas para relajarme y disfrutar. Lo conseguí y quizás, cuando suena un piano, en otro lugar alguien intenta lo mismo. Este seria otro paralelismo, en el tiempo, pero a través del mismo medio.
ResponderEliminarUna foto lena de inspiración y clase.
Un saludo.
El ojo mágico de tu cámara te delata como alquimista del verbo y la imágen
ResponderEliminarLa simetria perfecta es dificil de encontrar en la naturaleza ya que es una forma perfecta y la èrfeccion no existe, si hubiera algo perfecto no habria un equilibrio, nuestro mundo es imperfecto y hay rdica su equilibrio.
ResponderEliminarPrecioso el reflejo del piano, la simetria es perfecta i la composición que te ha quedado muy bonita.
Un saludo.
Los pianistas de hotel siempre me han parecido estar purgando un castigo por haber desafinado en un concierto. Dan cierta impresión de tristeza y de estar en un laberinto interno en el que los reflejos juegan con sus esperanzas. Como en la magnífica imagen de la entrada.
ResponderEliminarAlguien colocó a Duke junto al espejo y, para su sorpresa, descubrió que el reflejo no imitaba los movimientos de la imagen.
ResponderEliminarMe parece una imagen muy curiosa, muy elaborada y de una agudeza extraordinaria. En ella confluyen metáforas y símbolos matemáticos, geométricos y musicales. Enhorabuena!
ResponderEliminarBesos
Excelente simetría rota por el rojo acechante de la derecha.
ResponderEliminarEl robot que tocaba el piano es el resultado de siglos de evolución en los hoteles decadentes.
una habitación de hotel, una cama diciendote ven, una pareja mirandose ora los ojos ora los labios, un suelo enmoquetado y de fondo Duke Ellington al piano uff. esto es demasiado para cualquiera, creo que fué el otoño pasado en una terraza del Paseo del Prado, al abrigo de un buen café la última vez que escuché un piano acompañando los sorbos, las charlas, las esperas, los tragos de algún licor etc. El pianista con chaqueta blanca, el piano todo de negro, la plataforma al aire libre y los clientes sentados en medio de una enorme cristalera con poca luz y lamparas de araña en medio de una extraña y muy bella atmósfera de otros tiempos no conocidos más que por las películas en blanco y negro. la foto es buenísima y el texto a su altura, como siempre estupendo.
ResponderEliminarMuy buen texto, con un final que me ha gustado y con una foto tambien muy buena.Saludos
ResponderEliminarHola Xuan, la fuerza de la toma está sin dida en la composición geométrica que le has dado, a mi me van las formas orgánicas, el caos, me quedo con el cielo de la entrada anterior
ResponderEliminarsublime
saludos brujos
Estimado amigo.
ResponderEliminarsigues sorprendiéndome con tus visiones y reflexiones.
Nos vemos.
Josep
Wow! Que preciosa foto! y creo poder escuchar las notas del piano... Que ojo tienes!!!
ResponderEliminarHola Xuan, una esquisita fotografía llena de muchos elementos y simbolismo. Despierta muchas emociones y deseos, al final, eso es lo que buscamos con nuestras imagenes, un trabajo soberbio.
ResponderEliminarAbrazos
Que bien vista, hay que estar atento, llevar la camara siempre y tener un gran ojo para conseguir esta foto.
ResponderEliminarUn saludo.
Xuan, como siempre, con tus palabras me has trasportado a esa esquina del hotel inspiradora de estas letras, de esta música, de esta simetría asimétrica que toca las vidas, que las desmorona o las hace aun más felices...
ResponderEliminarMe imagino el pentagrama y me imagino escuchar a Ludovico E. sonando en "estos pianos" , me gusta la idea.
ResponderEliminarsaludos
hola he descubierto tu blog y me ha gustado bastante tus fotos, y textos.
ResponderEliminarSaludos desde Menorca la isla mágica.
MA
Lo mejor es la composición casi simétrica, la búsqueda de esos reflejos que dilucidan formas reconocibles pero no evidentes.
ResponderEliminarUna lástima que la simetría en tu relato se cree por separación y no por la fusión de los labios...
Saludos.