Tal vez porque en tiempos remotos y felices fui pastor interino, a tiempo parcial y cubrebajas, es por lo que aún veo en el prao lentamente pacido por las vacas una tierna prefiguración del paraíso. No debo ser el único, pues a menudo esa escena se utiliza como icono de una pureza y una pereza imposibles que, pese a todo, podemos adquirir higiénicamente envasadas en los mejores supermercados y agencias de viajes. Lo curioso es que a medida que la presencia del icono se ha ido haciendo más frecuente, cada vez se ha puesto más difícil ver unas vacas haciéndole al pasto los honores con su sencilla parsimonia. Alguna queda en algún risco subvencionado, pero las más permanecen estabuladas día y noche como ponedoras obedientes. Sin embargo, la estampa sigue funcionando. Podríamos prescindir sin mayor problema de la leche, mas no de su publicidad, nunca de su promesa seductora. Ni de la ilusión de que aún es posible sentarse a contemplar como engorda la vaquina y a pastorear las moscas que enciende el sol del mediodía.
jueves, 7 de mayo de 2009
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Yo sé de un lugar donde aún se pueden ver unas vaquitas libres y hermosas, de verdad, pastando en verdes e inigualables praderas. Cualquier día te llevo hasta allí.
ResponderEliminarExcelente diálogo!
ResponderEliminarPara mí las dos estampas son bucólicas, el poder sentarse en un banco al sol a media mañana frente al mar o de espaldas, sin tener nada que hacer es tan bucólico como ver las vacas pacer tranquilamente y sobre todo oir como arrancan la hierba con sus potentes dientes y la mastican un poco antes de dar el siguiente bocado.
ResponderEliminarTe ha salido una "cuarteta" muy bucólica.
Parecen dos mundos diferentes.pero los dos muy relajantes y serenos.
ResponderEliminarSaludos.
Que bonito es el campo amigo. Ese que recogió sus andaduras pastoriles y que hoy en día cuentan los de edad para intentar mantener viva la ilusión y la memoria.
ResponderEliminarNos hacemos viejos y cada vez con menos vacas.
Un abrazo
Buena vista,... como siempre la composición con el equilibrio justo de tensióm. San Lorenzo tiene muy buenos pastos.
ResponderEliminarUna buena vaca siempre es una buena vaca.
ResponderEliminarMmmm, curioso. Es una foto tan politicamente correcta que cuando la miro un ratito se vuelve fría, irreal, como si todo estuviera limpio y dispuesto para la imagen. Ciertamente, tiene algo inquietante.....
ResponderEliminarQuem olha quem?
ResponderEliminarÉ uma foto que eu adoraria ter feito... fascinante...
Abrazo
Como dos realidades paralelas, pacientes, tranquilizadoras ... a la espera del paso del reloj, ausentes de todo mal ...
ResponderEliminarSaludos
yo a VECES sueño que soy pastor...
ResponderEliminarexcelente visón la tuya.
saludos
Al margen habrá praos con vacas a su ritmo, no me cabe duda que quedan románticos perdidos.
ResponderEliminarCuan fácilmente nos dejamos seducir. Ni aún poniéndonos en el mismo plano de los otros, e incluso por debajo, somos capaces de ver en que estamos cayendo... si, la obnubilación llega a ser tan perfecta como esas historias de hipnosis en las que aquellos que caen bajo su influjo hacen todo lo que el hipnotizador quiera.
ResponderEliminarSi la licencia poética existe es precisamente por la capacidad que tenemos de ver la belleza y lo bucólico en todo (ahora lo llaman neuronas espejo, cuando ya está todo dicho, ay). Mejor despertamos y no esperamos a que vengan otros a decirnos que es lo que hay que hacer. Tenemos muy asumido que necesitamos que nos digan que hay que hacer, craso error, así es que, podríamos prescindir de la mentira que venden llamada leche, que no tiene de leche más que lo que nos dibujan de ella en esas poderosas imágenes bucólicas.
Una habla, tres escuchan, esa es la fuerza de la imagen para mi: el rebaño con la necesidad de líderes.
Un abrazo
Nunca es más barato, el coste energético (léase emocional) personal desgasta y produce desequilibrio, ya que el alma siempre sabe, no escucharla es lo que hace que enfermemos pero, es mi modo de verlo y entenderlo.
Y ahora que la vuelvo a mirar ampliada, aún se puede decir más de esos cuatro personajes...
ResponderEliminarPara mi lo mejor es tu capacidad para hacernos renovar continuamente el placer enorme de seguirte.
ResponderEliminarY en ello estoy, sean vacas o algas, mar o montaña, noche o día, ocasos o amaneceres.
dos cositas amigo Xuan.
ResponderEliminarprimera: yo por nada del mundo podría prescindir de mi acostumbrado y necesario vasito leche por las noches antes de acostarme y segunda; tenía yo un profesor de arte que sostenía la idea de que el campos es "una ordinariez" con sus, bichos y toda clase de incomodidades, decía estas cosas para poner la ciudad por encima del campo, hombre! ni lo uno ni lo otro, yo particularmente soy urbanita pero me viene muy bien el campo de cuando en vez, eso sí pq sé que luego al final del dia volveré a la ciudad, creo que el campo para vivir me agobiaría mucho.
Original y bella composición. Qué mejor lugar que el campo para reflexionar sobre la ciudad. Tienes una mirada que capta grandes detalles! un abrazo
ResponderEliminarTienes un ojo magico para sorprenderme con detalles en si, enormes pero que yo me los hubiera pasado de largo.
ResponderEliminarTanto la foto como el texto son encantadores.
Besitos desde mi alma.
Fabuloso registo!!!
ResponderEliminarES un placer leer lo que escribes y ver lo que fotografías!
ResponderEliminarEs curioso, somos muchos los que nos sentimos atraídos por estos animales, quizá por la calma que transmiten, el alimento que nos aportan o el paisaje que casi siempre las acompaña...
Esperemos que no se extingan.
Un saludo
Cuatro frente a cuatro. Menudo binomio que has montado con esta fotografía. No dudo que es una instantánea totalmente expontánea y fruto de la coincidencia y de tu ojo de alcón, pero como comentan más arriba parece toda una escena preparada.
ResponderEliminarA falta de prados buenas son vallas ;{)}
ResponderEliminarUn saludo
La opción de rumiar en un buen pastizal siempre me pareció como necesaria. El descanso, el sosiego, la celulosa de la hierba. La publicidad insiste, yo, al menos, desisto.
ResponderEliminarQue sí que todavía se pueden ver vacas pastando, que yo una vez las vi. Claro que fuera de Madrid, porque aquí hay pocas, y si las hay están en granjas (pobrecillas).
ResponderEliminarSe han ido convirtiendo en un icono. Yo hasta tengo un pijama de vaquitas.
Pero, vamos que lo cambiaba por verlas pastar.
Bueno, un besitoooooo.
A mî me encantan las vaquitas y esta foto, muchîsimo. Je, je,...
ResponderEliminarEres malo, Xuan...(sonrîo) que es broma.
4+ 4 = 8 ?
Y otra vez el mar..
Abrazos
buena vista xuan...
ResponderEliminarque suerte tienen las vacas de poder pastar a su antojo...
Ja, ja, ja, me entusiasma, y lo mejor la cara de las paisaninas disfrutando de la tarde tan buena!!
ResponderEliminarDurante unas vacaciones en Lerones (Cantabria) me encontraba a menudo en mis paseos con un señor que conducía un rebaño de vacas. Le pregunté, porque me extrañó, si no le afectaba a él eso que yo había oído de la "Cuota láctea"... y me dijo que sí pero que, como podía permitírselo y había sido vaquero toda su vida, le gustaba tener sus vacas y sacarlas a pasear. Y aquellos prados, sin él y sus vacas, no hubiesen sido lo mismo.
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