De pequeño me enseñaron que el orden de los factores no altera el producto. Pero todo el mundo sabe que la cocina es algo más que pura matemática. Por ejemplo, si tenemos una cebolla, una mano y un cuchillo, dependiendo de cuál sea el orden en el que se superpongan estos elementos, obtendremos finalmente un revuelto, una ensalada o una carnicería. En cualquiera de los tres casos, eso sí, terminaremos llorando. Vaya, ¿será precisamente éste el sentido último de aquel principio que me enseñaron de pequeño?
lunes, 25 de mayo de 2009
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No sé si todo el mundo, pero aquellos que amamos la vida, sabemos del arte del buen cocinar para bien alimentarse.
ResponderEliminarMe fascinan las manos, son versátiles, danzarinas, atrayentes, delicadas o fuertes, vivas en definitiva...
Nunca un corte fue tan sutilmente esquivado, quizá por eso no siempre se termina llorando, :)) Lo siento, soy rarita lo sé, pero puedo picar cebollas sin llanto...
Todo un mundo de color y luz para una mano volando...
A veces cuando nos encontramos frente a una buena imagen, lloramos por dentro. Y todo por no haberla realizado uno mismo.
ResponderEliminarUn abrazo amigo
Un bodegón inquietante, con ese juego de mano y cuchillo que no sabes quien saldrá mal parado, si la mano o la cebolla. Pero como tu dices en este caso si se altera el producto dependiendo de la combinación. Lo que nos enseñan de pequeños no siempre es válido cuando nos hacemos mayores.
ResponderEliminarBesos
Fantástico el movimiento que has captado.
ResponderEliminarAdoro las cebollas, pero oido picarlas. LLoro demasiado, como en la vida misma. Soy una cocinera llorona.
Besitos sin gluten
Yo tampoco lloro con las cebollas, pero creo que si me cayera el cuchillo como en la imagen probabelemente si que lloraría... una imagen con mucho movimiento y magnifica... Felicidades.
ResponderEliminarexcelente tus fotos,te felicito,un abrazooooooooooooooooooooooo
ResponderEliminarAdoro las cebollas desde pequeña, siempre me hicieron sacar hacia afuera, lo que mi alma sola no podía..y que sensación tan buena...
ResponderEliminarYo pensaba, pero porqué me siento así de bién?
Después comprendí, que llorar es sano y una necesidad, me lo dijo la cebolla..
La fotografía evoca más que una vida, still life en estado puro!!
No sé si será por condicionamiento clásico pero me pican los ojos. Que gran espejo el del texto con la foto, no me había dado cuenta que se podría cortar la mano hasta que lo leí. Genial.
ResponderEliminarPues a mi me parece un magnífico bodegón nada clásico (y esto es un elogio)... y un poco "inquietante"... es raro que un bodegón transmita tensión, pero tu lo has logrado. Me gusta mucho, enhorabuena.
ResponderEliminarUn abrazo.
Mestre Xuan no seu melhor. Esta é da família das tuas fotos que prefiro, aquelas em que és menos realista. Mágica e perturbadora. Não lhe falta nada. E as cores...
ResponderEliminarAbrazo
Pues yo lloro con las cebollas y con todo, realmente soy una llorona.
ResponderEliminarLa foto es genial ,tiene una fuerza y una composicion magnifica.
Felicidades por el trabajo, me encanto.
saludos.
Pues yo lloro, porque me quedé sin mar esta vez. Aunque entienda que las cebollas no crecen en la arena...(sonrîo)
ResponderEliminarMe gustan tus difuminados, el cuchillo plantado en la mano, a punto de cortar el tubérculo, reposado, y esa mano garra, que no perdonarà el llanto.
Aunque hay muchos cuentos de viejas que relatan cômo no llorar pelando cebollas. Por ejemplo, uno de ellos es ponerte una rodaja en la frente y alzar la cabeza mientras la cortas, asi evitas los efluvios..(es de Laura Esquivel de su libro, "Como agua para chocolate")
Un abrazo.
Llorando o no, pero el gusto que dá a los caldos/salsas y asi frescas crudas, es buenisimo.
ResponderEliminarSaludos.
Además, lo que se obtiene una gran fotografía, entre equilibrio y acción, entre bodegón y disolución.
ResponderEliminarEspero que, al pelarlas, no lloraras.
¡Qué buenas cebollas frescas y qué efecto de movimiento tan bien conseguido!
ResponderEliminarNo siempre es necesario llorar y claro, la propiedad conmutativa no es aplicable a la cocina, jajaja, faltaría más
Saludos.
Magnífica composición en la que logras casi dos cuadros, uno, un bodegón precioso, y el derecho casi "gore", pero un conjunto que dice mucho de su autor, con mucha sensibilidad en el "cuore".
ResponderEliminarSe puede llorar por muchas causas, se puede llorar de muchas formas, puede ser callado, escandaloso, pero siempre será un desahogo para quien lo sufre.
Preciosa fotografía, magnífico color , una obra en la que no hace falta paleta ni pincel para el autor, que consigue un cuadro de cabo a rabo de la escena narrador.
Un fuerte abrazo.
Enrique.
Fantástica.
ResponderEliminarEl color i el movimiento le dan un toque muy distinto.
Me ha gustado mucho.
Lagrimas o sangre, o tal vez ambas cosas...
ResponderEliminar;-)
Lo que tengo claro es que el orden los resultados sí afecta la disposición -o indisposción, en caso de corte o lloro.
ResponderEliminarBesos.
Cuando he visto la foto... he pensado...mmm Ensalaica de tomate y cebolla... miaammmm, pero al leer un poco más mi imaginación ha quedado contaminada por ese cuarto de deo entre los trozos de tomate, y se me han quitado las ganas... ;)
ResponderEliminarQuiza sean las lagrimas menos dolorosas :)
ResponderEliminarMe gusta la imagen, muy buena y la iluminacion, genial, genial.
Saludiños
Um blog com excelentes fotos.
ResponderEliminarParabéns.
Irei visitar mais vezes.
que bueno... y es cierto, siempre se acaba llorando.
ResponderEliminarsaludos
Ja ja ja ja ja ja.
ResponderEliminarAsí es, al final siempre acabamos llorando.
Preciosa foto.
Un besito muy fuerteeeee.
Y si acabamos llorando, con lágrimas de verdad, eso quiere decir que la historia está llena de vida. El otro día, no sé dónde, leí una frase de Kafka: lo que no está escrito con sangre, no me interesa. La frase casi vale para la cocina: aquel cocinero que no ponga el corazón en sus platos, no consigue nada de calidad. Lo mismo se podría decir del fotógrafo. Bueno, que me he liado, pero como he venido a sumar y el orden no importa, lo dejo como está. Un abrazo.
ResponderEliminarPues no, yo no voy a llorar. Pero eso si, los ojos se me han quedado abietos de par en par admirando esta fotografía y tu imaginación. Monstruo!
ResponderEliminarBuenisimo el efecto del movimiento!!!
ResponderEliminarExcelente ese efecto de movimiento.
ResponderEliminarSaludos
Fascinante las imagenes de tu blog lo mismo que las letras
ResponderEliminarLo del cuchillo me tiene admirada. Bueno en realidad toda la foto.
ResponderEliminarSensacional!!!!
Ja, ja ,ja, Xuan. Que texto tan bueno. La fotografía pura poesía, mitad bodegón, mitad fotografía creativa. Un saludo.
ResponderEliminarPreciosa fotografia y tratamiento, me encantan esas manos medio danzarinas y escondidas como si fuesen de un fantasma.
ResponderEliminaruna sensacion genial al de esta imagen , parece que la mano se moviera, pero de verdad l asenacion de mov esta bien conseguida por la nitidez del resto de la imagen, ¿¿¿Como demonios ocnsigues esa luz?? me obsesiona la luz, no se manejarla joer¡¡¡
ResponderEliminarque todas las lagrimas sean como las que produce la cebolla, que dicho sea de paso es lo que mas me gusta de tu foto, muy bien conseguida la textura, imposible mas naturales.
ResponderEliminarMe encanta tu foto, las cebollas geniales y la mano en movimiento sensacional. Me encanta la luz que da incluso sensacion de temperatura e intimidad. ME ENCANTA!
ResponderEliminarHola! Yo las compro cortadas y pochadas, salen bastante bien.
ResponderEliminarSaludos amigos!
Luz, cor, composição, textura
ResponderEliminar10*
Parabéns
Bellísima cebolla. ¡Cómo me gusta comerla!. También admirarla en el cestito de mimbre que tengo en la cocina...
ResponderEliminarme habia perdido magnificos trabajos he mirado tus fotos no se con cual quedarme de todas, todas te enseñan algo, sigue siendo este un lugra que visitar para aprender
ResponderEliminarsaludos mozo