Creo que fue en esta entrada donde dejé tu blog la última vez que lo visité y creí entonces que mi momentánea ausencia se debía a esos accidentes que la vida interpone ante nosotros y nos llevan a veces a alejarnos de lo que necesitamos y queremos... Pero hoy retorno y pienso que mi ausencia no fue por tal causa, porque siguen los accidentes y, sin embargo, aquí estoy. Así que supongo que seguía aquí, aunque una parte de consciencias seguía el vuelo del ánade. Un abrazo.
Un delicado desenfoque y juego de colores que acentúan todo el misterio y magia de ese lugar.
ResponderEliminarUn abrazo.
El movimiento procura una abstracción perfecta, y se eleva de lo cotidiano hacia lo sublime
ResponderEliminarUn abrazo
Tan veloz, que cuando quieres acertar a verlo, ya ha desaparecido.
ResponderEliminar¿Realidad o fantasía?
Me gusta!!
Nice.
ResponderEliminarUna verdad como un templo la de los tres últimos renglones.
ResponderEliminarEse ánade cruza un instante sin tiempo; un espacio sin nada ubicado entre dos latidos. Detenerlo es una precisa y delicada proeza.
ResponderEliminarPuro impresionismo
ResponderEliminarMuy señor mio, vaya fotón que se me ha largado usted hoy.
ResponderEliminarUna maravilla y además con un texto de lujo.
Un abrazo
Ohh, me encanta. Originalidad 100% acompañado de un texto que le va que ni pintado.
ResponderEliminarUn abrazo.
El instante es lo que importa.
ResponderEliminarUna de las mejores fotos que te he visto, dinamismo, colorido, el resultado es sensacional.
ResponderEliminarEnhorabuena.
Figuración, abstracción, poesía...¡mmmnnn!
ResponderEliminarMúsica en colores y palabras, chapeau.
ResponderEliminarMaravillosas tus fotografías...acompañadas por acertadas palabras.
ResponderEliminarUn placer visitar y descubrir tu blog.
Un beso,
Maribel M.B
Cuando hablamos de una belleza sugerente, puede que nos refiramos a imágenes como esta.
ResponderEliminarSaludos.
Me gustan mucho las pinceladas de colores que nos deja ver ese vuelo rápido... una maravillosa abstracción!
ResponderEliminarCreo que fue en esta entrada donde dejé tu blog la última vez que lo visité y creí entonces que mi momentánea ausencia se debía a esos accidentes que la vida interpone ante nosotros y nos llevan a veces a alejarnos de lo que necesitamos y queremos... Pero hoy retorno y pienso que mi ausencia no fue por tal causa, porque siguen los accidentes y, sin embargo, aquí estoy. Así que supongo que seguía aquí, aunque una parte de consciencias seguía el vuelo del ánade. Un abrazo.
ResponderEliminar