Tras años de frecuentes escaramuzas y algún que otro
enfrentamiento, terminaron venciendo el hartazgo y la pereza, los mediadores más
eficaces.
Entonces, a modo de paz, acordaron una tregua; y de paso, para no recaer nunca más en la tentación de la
venganza, decidieron convertirse a la estricta fe de los escépticos.
Así hasta que al cabo de unos días, como notaran que empezaban a perder la costumbre de la guerra, salieron juntos en busca de nuevos y comunes enemigos.
Hay que buscar amigos, no enemigos.
ResponderEliminarSimplemente sensacional el instante captado, estuviste muy oportuno y acertado, enhorabuena.
ResponderEliminarDeshaces el mito.
Un abrazo.
¿Quien dijo que los perros y los gatos se llevan mal?. Bonita estampa en la que se respira sosiego, calma y complicidad. Un saludo
ResponderEliminarExcelente composición. Una metáfora gráfica que nos tendríamos que aplicar, solo hace falta inteligencia y generosidad.
ResponderEliminarestupenda toma! captó bien el momento!
ResponderEliminarsaludos
Una imagen que mueve a la comprensión tras una reflexión acerca de como podemos no terminar nunca con lo que nos separa en vez de mirar a lo que nos une.
ResponderEliminarUn abrazo
El roce hace el cariño, dicen. Tantos años como enemigos genera una confianza que fácilmente se puede convertir en amistad. Grandes amistades empezaron así.
ResponderEliminarBuena la fotografía (dan ganas de echarse al suelo con ellos) y bonita reflexión
Un abrazo
Esto sí es captar un instante, un momento irrepetible.
ResponderEliminarSensacional, amigo.
Bueno, es una salida sin duda.
ResponderEliminarLa escena es muy buena, los tres forman un grupo perfecto, el chaval observando a los animales y su expresión permiten tener esperanzas en la raza humana.
Un abrazo
un triángulo equilátero!
ResponderEliminarPreciosa toma
ResponderEliminargran composición y excelente relato...
ResponderEliminarQue buena tregua, Xuan.
ResponderEliminarEsperemos que dure, aunque me temo que por su caracter, pronto estarán de nuevo "a la gresca", aunque siendo tan amigos, solo será un juego.
Enhorabuena.
Un abrazo.
Tres especies en armonía.
ResponderEliminarUn abrazo, Edu
Sobre la foto yo diría eso de: ¿quién fue antes, el huevo o la gallina? O lo que es lo mismo:
ResponderEliminar¿Estaba ya ese chico sentado ahí o se sentó cuando ya estaban tumbados perro y gato?
Porque lo que es inmutarse, ni se inmutan. En el ojo del perro se ve una transición a la calma infinita.
Respecto a tu texto, siempre penetras fina y acertadamente: hartazgo y la pereza como mediadores más eficaces. Es una pena que en la vida real muchas veces, entre los humanos, las soluciones tengan que venir de ahí, de ese hartazgo (si e sque vienen).
Besos.
Una foto amable, reconciliadora con la vida, doméstica, y potente como imagen, Xuan.
ResponderEliminarUn abrazo
Ese gato y ese perro escenifican el puro hartazgo, ese punto de inflexión en el que la costumbre del odio amable se convierte en cristalina indiferencia. Dentro y fuera de lo que sucede, la expresión llena de matices en el rostro del chico. Una propuesta, la tuya, fantástica.
ResponderEliminarUn trío equidistante que destila serenidad y sabiduría.
ResponderEliminarBesos besos, Xuan, besos
perfecta composción, me gusta muchisimo, un momento de gran tranquilidad, relaja su contemplación.
ResponderEliminarun fuerte abrazo
¿Es el pequeño Xuanrata? Está hecho ya todo un mocetón. Dale un abrazote de sus "tíos" del blog.
ResponderEliminarAhora mismo se lo doy. Gracias, Ismo.
Eliminartrégua será, mas vigiada pelo árbitro implacável e atento...
ResponderEliminarabrazo
Qué bonita esta foto con la historia que cuentas. Buen momento en lo que los has cogido a los en reposo. Un saludo.
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