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Trazar el viaje de vuelta por una ruta distinta al itinerario de la ida
es una forma de prolongar la ilusión del viaje y de algún modo eludir ese
destino ineludible del regreso. Tomamos entonces la A-231 como el que toma un
comprimido y enseguida empezamos a experimentar sus efectos. La autopista
imprime sobre la inmensidad del paisaje castellano la precisión del resumen:
algo así como una premura por llegar a alguna clase de conclusión acerca de su
geografía no solo física sino quizás también sentimental. Además es una tarde
en la que las tormentas se suceden a nuestro paso con la misma discontinuidad
longitudinal que divide ambos carriles: en el transcurso de una hora anochece y
amanece tantas veces que también el tiempo se ha convertido en una cinta enloquecida
multiplicando por mil la velocidad y las distancias. De entre todo el
instrumental a nuestro alcance acudimos a la cámara fotográfica para tratar de
pausar el vértigo, pero tal vez solo conseguimos añadir ese grado de falsedad
inherente a lo parcial. Todo lo más las fotografías puntúan las frases y
proporcionan al discurso del paisaje un sentido entre muchos posibles. Recupero
hoy alguna de esas fotos, tan recientes todavía, y las ingiero una a una con
todos los elementos que contienen: ahora viajan a través de mi por otra
autopista que se aleja y se pierde entre mínimas tormentas.
Es una forma de alargar las vacaciones, desde luego las fotos son preciosas, aunque un `poco tristes, será porque son de vuelta.
ResponderEliminarMe gusta mucho tu viaje fotográfico, esos cielos son estupendos, el texto que lo acompaña está a la altura de las imágenes,saludos.
ResponderEliminarBienvenido !!!
ResponderEliminarAunque el viaje haya sido tormentoso, seguro que el recorrido ha merecido la pena.
Las imágenes que nos traes así lo demuestran.
Un abrazo, Xuan.
Cuanta solitud e inmensidad al mismo tiempo, Xuan. Grandeza de la Tierra y el espíritu.
ResponderEliminaresos cielos merecían ser fotografiados para retenerlos más del instante que duraron en la ventanilla. a lo mejor la próxima vez el viaje solo consista en un interminable regresar
ResponderEliminarFunciona muy bien esta colección
ResponderEliminarMe encantan estas fotografías de viaje, del instante de viajar, de vacaciones o no, sean de ida o de vuelta, creo que forman parte de esos trasiegos por esas tierras que nos muestras.
ResponderEliminarBienvenido.
P.D. Yo también ando de vuelta, un poco adaptándome, eso sí, jeje.
Todo lo que sea dilatar el regreso a la cotidianidad esta bien, pero todas estas fotos tienen un magnetismo que atrapa, esos cielos son tan intensos que no apetece despegar los ojos, formados por dos o tres carriles de color. Estupendas.
ResponderEliminar¿Venías de Santiago? Y se llega a Castilla y sus campos de cereal. Los días de tormenta hay un gran contraste entre ese trigo y el cielo encapotado. Me gusta mucho la serie.
ResponderEliminarSalu2
No, Juan Carlos, en realidad venia de Navarra en dirección a Asturias. Y es cierto que ese amarillo de los trigales tiene un magnetismo especial para los habituados al verde perenne.
EliminarSon muy hermosas.Cuánto juego puede ser el asiento de copiloto. Basta una cámara y una mirada sensible y entrenada.
ResponderEliminarUn abrazo
No hay quién escape de tu arte: antes de poder verlas ya estaba en tránsito.
ResponderEliminarGracias y un abrazo.
Sugerente y original serie fotográfica!!!...hacía tiempo que no pasaba a visitarte, sorry...y me alegro mucho de haberlo hecho y haber podido disfrutar de muy buenas fotografías, "Concierto breve" me ha encantado, felicidades!!!
ResponderEliminarUn gran abrazo, Xuan!!! ;)
Orfebrería de fugacidad; el viaje como una forma de acercarse a todo lo que no se deja atrapar, una tristeza que de tan hermosa es casi alegre. Luego vienes tú y haces de la generosidad y del reconocimiento luz.
ResponderEliminarNo me canso de agradecértelo.
Creo que me gustan, sobre todo, las formas, la potencia que tienen en casi todas las fotos; también que el tema, lo que se ve desde la ventanilla, no sea muy habitual en ti, y, también, esos colores y esos cielos de allí. Me gustan mucho.
ResponderEliminarun abrazo
De regreso, con las pilas cargadas y disfrutando de los eternos horizontes de Castilla. Un abrazo.
ResponderEliminarQué fantásticos cielos te acompañaron en este viaje de regreso! y qué luz tan especial!
ResponderEliminarMe gustan mucho todas, pero la última foto es fascinante! las diagonales, el reflejo, el cartel, la antena... una composición estupenda!
Un abrazo