Marsella
¿Te imaginas un tiempo portátil, un tiempo que pudieras derrochar o atesorar a discreción? Sería un artefacto extraño sin duda, una especie de clepsidra con torniquete. Y necesitarías todo el tiempo del mundo para aprender a manejarlo adecuadamente.
Una maravilla de color y sobre todo de composición con esas dos niñas que nivelan la atención de la mirada que se mantiene del escaparate a su presencia . Un abrazo
ResponderEliminargran foto
ResponderEliminarCuriosa la propuesta qe nos presentas relacionada con el tiempo, no estaria mal ese tiempo portatil... bonita imagen, por cierto los protagonistas de ella son niños, para ellos el tiempo no existe o existe de otra manera, quizás para ellos sea un tiempo portatil, saludos.
ResponderEliminarEllas sí que saborean el tiempo sin saberlo.
ResponderEliminarMe has recordado a Vila-Matas y su Literatura portátil.
Besos, más que artista, besos
Aunque fuera portátil el Tiempo, si es tan escaso como el tiempo que tenemos, no nos serviría de nada.
ResponderEliminarO tal vez los mandamases seguirían robando nuestro tiempo y se lo quedarían todo para ellos.
Nuestro tiempo es nuestra vida.
Preciosa composicion, y no estaria mal eso del tiempo portatil
ResponderEliminarPues puestos a imaginar, yo lo vería interesante.
ResponderEliminarParece que a ellas no les haga falta tal artilúgio, lo tienen todo. Una maravilla de foto en la que expones el momento íntimo de las pequeñas.
ResponderEliminarSaludos.
Bastaría con bajarse un par de horas al día del carrusel del mundo para gozar del tiempo...
ResponderEliminarPara mi el "tiempo" así en abstracto ha dejado de tener importancia. Ya no miro la hora y cuando sucede me sorprende, si ya se que el ordenador tiene un reloj y de vez en cuando fijo la mirada en él, básicamente cuando hay partido. Tiempo, velocidad, espacio. Un día, 24 horas es lo según la manera que hemos inventado los humanos, tarda la Tierra en dar una vuelta sobre si misma.
ResponderEliminarMe gusta mucho este procesado que usas últimamente, es muy llamativo y original. La foto muy limpia y efectista, clara, como ese sol que esta semana gris en lo atmosférico y negra en todo lo demás, no se deja ver. Supongo sospecho imagino que todo es gracias a las niñas. Vovlviendo al tiempo, en su caso será el que determinen sus padres.
Un abrazo
La intemporalidad suele estar siempre presente en tu fotografía. Buena portada de un libro sería.
ResponderEliminarEl tiempo siempre nos acompaña y siempre se nos escapa. Ese artefacto sería un buen invento, sin duda.
ResponderEliminarLa imagen, encantadora.
Enhorabuena, XuanRata.
Un abrazo.
El mejor tiempo siempre fue el de los juegos de los niños; siempre sorprendidos de lo rápido que pasa cuando los padres llaman...
ResponderEliminarPreciosa foto.
Salu2
Creo que ya lo tenemos, el problema es que no lo sabemos manejar, cuando queremos que perdure, se acaba y cuando queremos que se acabe, no se acaba nunca, jajajajaja.
ResponderEliminarMe gusta esa foto, parece Cuba, y podría ser de 1950, 1960, 1970, 1980, 1990....
Abrazos.
Qué alegría siempre leerte Xuan, un fuerte abrazo...!!
ResponderEliminarComo bien dices, aprender a manejar ese "tiempo portátil" nos llevaría algo de tiempo del otro, aunque estaría muy bien empleado. Imagínate lo fantástico que sería desplazar ligeramente unos cien años hasta conseguir meter en ellos a los integrantes de esa interminable lista de sanguijuelas, codiciosas y corruptas, que tenemos adheridas.
ResponderEliminarPor lo demás, tu fotografía me ha gustado mucho, y especialmente la forma -casi una amenaza- en que esos vestidos "merodean" esos dos "tiempos sin tiempo". Color, guiño, composición y todo lo que nos sueles ofrecer. Un placer intemporal.
El tiempo, ese concepto que se nos escapa entre los dedos al tiempo que lo pensamos. Y el tiempo de los niños, ese también se escapa sin que nos demos cuenta. La foto me parece entrañable, con esa conversación, que tienen entre las dos, una agarrando la botella de agua como si fuera su preciada muñeca. Sigue rebuscando en el fondo de la maleta de viaje.
ResponderEliminarSería como aquel mapa del mundo del que habló Borges, que buscando la minuciosidad de los detalles tenia las dimensiones del propio mundo. Y mientras tanto, son los niños los únicos que aún sienten que el tiempo y ellos son uno y son infinitos.
ResponderEliminarEs portátil hasta los nueve o diez años, como el de los niños de la foto. Luego ya no.
ResponderEliminarUn abrazo
me encantan los tonos del escaparate, preciosa
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