martes, 3 de mayo de 2016

Hora del relevo



    Hay una hora en la cual la ciudad se construye pieza a pieza como un juguete de lego. Es la hora en la que despiertan los pájaros. La hora en que las patrullas hacen el relevo. La mejor hora para salir a correr y para cometer un crimen. Si accedes a la ciudad justo en ese instante encontrarás todos los semáforos abiertos y la atravesarás tan limpiamente, tan sin rastro, que cuando quieras darte cuenta ya estarás muy lejos y no podrás recordar qué o quién te llevó a la ciudad ni por qué saliste huyendo.


17 comentarios:

  1. Qué buenos ratos eché por Gijón en mi juventud. La edición, aunque algo exagerada, muy efectiva y bien hecha. Puxa Asturies

    ResponderEliminar
  2. Curioso que fotografiemos instantes complementarios: tú la primera luz del día en que la ciudad se construye pieza a pieza, y yo la hora azul, justo el momento en que se pone el día y la luz es incierta. Son los dos momentos más poéticos y delicados. Y coinciden en que las cosas parecen vacías. Tu foto está desprovista de seres humanos, igual que las mías. Y en ella, además de los semáforos, es protagonista el cielo que cubre más de la mitad de la imagen dándole un lirismo a la geometría de las líneas simétricas de la calzada y los artilugios de luces cambiantes.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Estoy en el lado opuesto a ti, Joselu.
      Las fotos al caer la tarde a personas tienen una luz especial que las endulza.
      Siempre me salen bien, incluso cuando ya no queda casi luz.
      Intenta probarlo. No te arrepentirás.

      Eliminar
  3. Me gusta este paisaje de ausencias, precisamente por ello, por la ausencia de los cotidianos elementos que habitan la escena.

    Estupendo procesado que resalta la soledad y el dramatismo.

    Un abrazo Xuan.

    ResponderEliminar
  4. puedo imaginarme a los actores prontos a aparecer en escena, escondidos, expectantes...

    ResponderEliminar
  5. Es una hora mágica en la que se producen sentimientos encontrados de ser o no ser.
    Pero que nunca jamás se olvida.
    Toda madrugada es una experiencia vivida.
    A mi me produce paz y en mis noches de insomnio, me duermo escuchando el pequeño piar de los pájaros al despertarse.
    Qué bonito lo haces todo, Xuán.

    ResponderEliminar
  6. Sin embargo, el cielo está presente. Como si lo nuevo, lo recién puesto, fuera solo lo de abajo.

    ResponderEliminar
  7. El texto y la imagen se dan la mano. Se complementan para describir ese instante mágico.
    Un gran trabajo.
    Un abrazo.

    ResponderEliminar
  8. qué gran acierto incluir el semáforo en primer plano...

    ResponderEliminar
  9. Un cruce de caminos tiene siempre esa incógnita de la elección del camino correcto.

    El encuadre es sensacional y la edición magnífica, las nubes del fondo parece que se van a avalanzar sobre nosotros.

    Buen finde, Xuan.

    ResponderEliminar
  10. Hasta lo rutinario parece hermoso cuando se capta la magia de un espacio, de una luz.

    ResponderEliminar
  11. Es la hora en la que apenas están puestas las calles, en la que la vida parece haberse detenido, ya ni siquiera se oye de nadie el respirar, tan sólo los pájaros, como bien dices, te hacen pensar que vas a, de un momento a otro, despertar, pero lo cierto es que vas camino del trabajo...y ése...ése sí que es el despertar.
    Un enorme abrazo, amigo, siempre me impresionas con tus fotos y no digamos con tus textos, sublimes ellos. Te he dejado algo en FB, me encuentras en "Endika Zubimendi", ya sabes, cosas mías....

    ResponderEliminar
  12. Excelente imagen y edicion, un abrazo.

    ResponderEliminar
  13. Quien se va a fijar en los semáforos teniendo encima ese cielo.
    http://fernanfotos.blogspot.com.es

    ResponderEliminar
  14. Impresionante cielo, impresionante vacío de una ciudad llena de todo.

    ResponderEliminar

Archivo del blog