lunes, 30 de diciembre de 2019

1 de enero



   Llega un día en que uno descubre que su máxima aspiración es la ausencia de toda novedad, la calma repetición de lo vivido. Podría pensarse que es un acto de rendición o, sin llegar a tanto, la aceptación de una vida cumplida, preámbulo de la vejez y su conclusión inevitable. En el mejor de los casos diríamos que es un síntoma de madurez. Juicios erróneos todos ellos, puesto que no hay ilusión mayor ni utopía más loca que la de una vida predecible, de acogedoras rutinas, sin caras nuevas, sin noticias que no sean las de ayer punto por punto. Yo quisiera más de lo mismo siempre, pero sé que lo inesperado vendrá a mi encuentro allí donde menos lo habría imaginado. Quisiera no ir más allá del uno de enero, con su hartazgo, su resaca y su luz indiferente, me bastaría esa nada dichosa de comercios cerrados, de reposiciones de la víspera, de sobras. Con el uno de enero tendría para el resto del año. Y no necesitaría hacer ni una foto más. Qué plenitud indescriptible.



Saludos y salud para todos. Besos y abrazos también, sin tasa.

36 comentarios:

  1. Una persona especial diciendo cosas especiales, viendo cosas especiales. Un abrazo, Xuan, Venturoso Año para ti y tu corazón enorme.

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    1. El primer coche que tuvo mi padre fue un Seat 850 especial. Distinguirlo del 850 normal no era tarea fácil. A primera vista eran idénticos, solo tras una observación atenta se descubrían pequeños detalles en los cromados, la tapicería, el volante, amén de algún caballo de potencia más que dudo fuera de alguna utilidad. Lo más importante para mí era aquel “especial” que figuraba junto al 850: yo tenía 5 años y creía que había sido fabricado especialmente para nosotros, que era especial porque mi padre también lo era. Nunca estuve tan cerca de la verdad como entonces, aunque a primera vista mi padre, como el 850, se pareciera mucho a los otros padres. Con el paso de los años esa clase de especialidad es casi la única que significa algo para mí. También la aplico a las personas a las que, como tú, sigo desde hace mucho a través del blog y me resultan especialmente queridas.

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  2. Salud, suerte y buenas fotos!!! Es un placer ver y leer este calendario de instantes.Feliz 2020.

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  3. Que el 2020 sea un año en el que la creatividad y la ilusión por mejorar en todos los aspectos se vean cumplidos. Un abrazo

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    1. Siempre hay margen de mejora, Luis, eso es indudable. Lo que no tengo tan claro es que esa mejora deba considerarse como una necesidad continua. Creo que la curiosidad es innata y es bueno darle cauce, en cambio el perfeccionamiento, la aspiración, el reto, deberían ser opcionales.

      Un abrazo

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  4. Feliz 2020, espero que te traiga mucha salud, y que podamos disfrutar de estas grandes fotos y textos.Un fuerte abrazo

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  5. Pero lo impredecible nos hace más creativos, o eso creo. El aburguesamiento mata la imaginación y no podríamos intercambiarnos estas elucubraciones que nos mantienen activos y vivos. Solo el gato espera siempre lo mismo.
    También mis mejores deseos para ti y un abrazo.

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    1. Difícil saber lo que espera el gato. Pero incluso en el caso de que espere siempre lo mismo es capaza de hacerlo con tal intensidad y concentración que nuestra nerviosa espera de novedades sin fin podría parecer incluso banal a su lado.
      Un abrazo, compañero.

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  6. Feliz año Xuan. Espero seguir disfrutando de tus fotos y tus relatos

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  7. Por suerte para nosotros nada se repite, aunque parezca lo mismo, no es el mismo gato de otras fotos, aunque lo parezca, ni el mismo lugar, aunque lo parezca, ni el mismo momento, aunque lo parezca, todo se nos escapa de entre los dedos, aunque no lo parezca.Seguiremos esperando tus textos y tus fotos. Qué tengas un año de buenas cosechas fotográficas.

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    1. Es precisamente ese escurrirse el que iguala gatos, momentos y lugares. Pero mientras suceden son únicos, sobre todo si lo hacen en la compañía adecuada. Descubrir lo que tiene en común lo diferente y lo que tiene de diferente aquello que parece idéntico es la labor del intelectual y del artista que todos llevamos dentro más o menos ocultos.

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  8. Permíteme algo de egoísmo: que no se cumpla ese "no necesitaría hacer ni una foto más", porque las disfruto y con ellas los textos con que las acompañas.

    Debo de ser inmadura (y ya no tengo edad) porque pensar en esa rutina que dices me ahoga, aunque después de dos meses en que por las circunstancias sociales apenas podíamos predecir la hora siguiente reconozco que algo bueno hay en los hábitos, en lo predecible, en la rutina (me cuesta decirlo como algo positivo, jajaja).

    Que todos los días de 2020 tengan para ti ese sabor a 1 de enero que deseas o cualquier otro aroma que tú elijas.

    Besos

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    1. Por alguna razón identificamos lo predecible y lo rutinario con lo fácil, con el dejarse llevar, con la pasividad estéril. Olvidamos que esa predecibilidad es siempre una construcción fruto de largos empeños por vencer a la incertidumbre que es nuestro estado natural. El ideal romántico y revolucionario identificó lo predecible con lo burgués y sirvió para superar y romper cadenas. Pero el actual sistema socioeconómico ha logrado incorporar ese principio de progreso permanente a la obligación universal del consumo de bienes y ocios: el concepto de progreso ha quedado circunscrito al de crecimiento. Me parece saludable cuestionar los lugares comunes que nos habitan, y preguntarnos por todos esos buenos deseos que nos infunden energía y nos agotan a un tiempo, y que no terminamos de saber si responden a verdaderas necesidades.
      Besos

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  9. Viendo los tiempos que corren, los cambios nos asustan... Se ansia ese tiempo de placidez del que hablaban los clasicos...

    Te deseo todo lo mejor en este nuevo año 2020.

    Un abrazo

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    1. Hay cambios que son obligados si queremos sobrevivir. La placidez es otra cosa: como la procesión, va por dentro.

      Un abrazo

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  10. Siempre a la búsqueda del mismo instante, que son todos los instantes, de la misma fotografía, que son todas las fotografías posibles. Por ahí andamos.

    Salud y alegría, querido Xuan, y un abrazo enorme (uno de los serios propósitos para esta ficción llamada 2020 es que ese abrazo nos lo podamos dar sin teclado de por medio).

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    1. Todas las fotografías, por diferentes que sean, encierran un mismo afán. Ese es todo el misterio.

      Salud, Josep. Nos veremos, seguro.

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  11. Ni el gato podrá estarse quieto.
    Feliz año.

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    1. El gato menos que nadie: su quietud es preámbulo, como el uno de enero.
      Feliz año también para ti, Pedro. Y mucho ánimo!!

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  12. Una foto preciosa, con un encuadre magistral, llena de esa quietud de la que hablas, como si el tiempo se hubiese detenido.

    Un abrazo.

    P.D. Espero más fotos 😉

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    1. No se si el encierro detiene el tiempo o lo acelera. Todo depende de lo rápido que se mueva el gato.

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  13. Buena foto, para el incio del año. He quedado extasiada ante la vista de ese precioso gato. es un animal que me encanta...quizás se deba a que me traen recuerdos de mi niñez.

    Las sorpresas, si son buenas, son siempre bienvenidas.

    Besos

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    1. Este gato desde su pequeña prisión blanca trataba de llamar mi atención, pero tampoco yo podía abrir esa puerta. Aunque yo me creía libre, los dos estábamos encerrados, cada uno a un lado.

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  14. Que buena foto, es excelente, ajustada a la regla de los tercios pero con una división de colores y texturas que le dan a la foto un aire absolutamente pictórico. De hecho si no fuese por el gato, podría pasar por un lienzo. En cuanto a la reflexión. En parte estoy de acuerdo con ella, creo que me aproximo inexorablemente a esa posición y no me asusta. Si no fuese porque la mayoría de mis rutinas diarias son impuesto por un trabajo que odio, y que por lo tanto aspiro a abandonar algún día, las rutinas que realmente escojo son claramente mi hogar y me siento muy a gusto con ellas. Son mi pequeño rincón. Tu comentario respuesta a Alís me ha parecido genial. Es justo eso, la sociedad nos empuja probar cosas nuevas constantemente, todo queda rápidamente atrás y uno tiene que introducir nuevos hábitos continuamente para no quedar atrás. Se me ocurre que los que comentamos con deleite en blogs íntimos como este en el fondo tenemos algo de las rutinas confortables de las que nos hablas. Porque los blogs están pasados de moda y son poquísimos los que aun los habitan, ahora lo que se lleva es instagram y los likes rápidas y las caritas sonrientes o las manos que aplauden dados de forma maquinal. En fin, y tampoco creo que eso dure demasiado, enseguida aparecerán medios nuevos que acabarán con todo lo que se hace hoy en día. Un abrazo Xuan.

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    1. Así es, amigo, entre tanto atropello de banalidades, una rutina querida y cultivada contra pronóstico puede ser un pequeño tesoro. O a lo mejor es que nos estamos haciendo mayores...
      Por cierto, qué suerte que los blogs estén todavía a salvo de los likes ¿verdad?

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    2. Ciertamente, no me gustan nada los likes!!!! Aunque los de, pero son absurdos.

      Un ajemplo. Yo sigo mucho al amigo Moncat (Ramón Pruneda). El a diferencia de tí, algunas de las fotos que comparte en instagram (no todas) son las mismas que luego cuelga en su blog.

      Pues en like cuando las veo le doy un like, pero después acudo tranquilamente al blog y es allí donde le comento y me paro. Los like son un beso rápido e insipido, los comentarios en los blogs se parecen más a hacer el amor.

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    3. Ja,ja,ja, buena comparación. Yo también soy más de hacer el amor, o como quiera que se llame ahora.

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  15. Excelente foto, y un texto que no deja indiferente. Un abrazo.

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    1. El texto es un poco provocador y no necesariamente hay que estar de acuerdo con él, pero cuestionarse lugares comunes de vez en cuando creo que no está de más.
      Besos

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