En el tercero izquierda de un bloque en el barrio de mi infancia hay una mujer perenne asomada a una ventana. La mujer, de piernas supuestas, presunta espalda, observa sobre el alfeizar combado de su brazos al viejo que vuelve de la compra, la visita del hijo, las comuniones en mayo, los repartidores de cartas, ofertas, esquelas, el beso furtivo en el portal, las bombonas de butano, los niños que se hacen hombres y mujeres, el bar que de nuevo se traspasa. Sus ojos son registro vivo de la vida. Y nunca se le quemaba la comida. Hoy, diecinueve de marzo de 2020, hoy que todos habitamos una película de Hitchcock y como James Stewart no alcanzamos a aliviar el picor indefinible que produce la escayola, me encomiendo a aquella mujer que vivía en la ventana y que, suspendida la función, podrá al fin tomarse sus primeras vacaciones.
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Eres un GENIO.
ResponderEliminarDisfruté leyéndote.
Gracias, Tracy. En esta situación en la que tantas cosas andas trastocadas las palabras no me salen fácilmente.
EliminarNos han convertido en protagonistas de una película de suspense.
ResponderEliminarEspectadores de nuestra propia historia, dentro y fuera al mismo tiempo pero todos sin exclusión, en esto se diferencia esta película de otras.
EliminarO simplemente alzará la vista para fijarse en las otras ventanas y ser guardiana de confinamientos ajenos.
ResponderEliminarUna vecina así debiera convertirse en cronista oficial, al menos, de la calle. Qué bien retratas la vida del barrio. Y qué bellas las ventanas que traes en imágenes. La primera, con la piedra enmarcando ese paisaje, me parece preciosa y deseable.
Besos
Cúidate mucho
Esa primera ventana está en al claustro de una iglesia románica: en ella todo es frío y recogimiento, tiempo detenido a la espera del deshielo. Hoy me recuerda al compartimento de un tren de piedra. Posiblemente aquellos antepasados nuestros podrían enseñarnos mucho acerca de lo que estamos viviendo.
EliminarMagnifico todo, amigo... Nos has llegado a otro mundo
ResponderEliminarAsomado a la ventana hoy empatizo un poco más con aquella mujer a la que no entendía.
EliminarMuy buen tríptico
ResponderEliminarUna de las principales dificultades en un tríptico es determinar el orden de las imágenes. De ese orden dependen muchas cosas. En este caso tuve claro que en ese cielo trufado de palomas debían situarse los goznes que permitan abrir nuestra ventana.
EliminarDesde ese alfeizar esa mujer será testigo silenciosa de lo que sucede con este supuesto parón en el ir y venir de la vida, del tiempo, de la existencia.
ResponderEliminarMagnífica entrada XuanRata.
Un abrazo
Ser testigo de lo que no pasa, que agotador oficio, y qué necesario tal vez.
EliminarTuvo que pararse el mundo para que ella se bajase
ResponderEliminarFabuloso; pero no de fábula. Es muy real
"Tuvo que pararse el mundo para que ella se bajase". Frase perfecta para cerrar mi texto. Y ahora que nos hemos bajado, qué buena oportunidad para estirar las piernas y echar un vistazo a otros destinos.
EliminarQue fotos mas lindas y la lectura, un privilegio.
ResponderEliminarUn abrazo.
Son fotos que guardaba en una especie de limbo a la espera de su momento. Reconozco, sin embargo, que jamás hubiera imaginado un momento como éste. Nuestra generación ha vivido la época de la imagen pero ha visto pocas cosas.
EliminarAhora tomamos el relevo y tambine vemos la vida desde la ventana, tan sólo que se ven contadas gente, que van a ver si aprovisonan su despensa.
ResponderEliminarNunca las ventanas, han tomado tanto protagonismo como ahora.
Es muy bueno ese tríptico, que hoy nos regala, para permanecer distraídos y así ocupar el tiempo.
Cuídate
Besos
Creo que permanecer distraídos y okupar el tiempo es precisamente lo que hemos hecho hasta ahora. ¿Podrían servir también esas ventanas para asomarnos hacia dentro?
EliminarTu vecina se ha ido de vacaciones, por eso todo se ha parado en espera de que ella vuelva, las cosas ocurrían por que ella estaba ahí como gran observadora de la vida. Sólo espero que este parón sirva para que aprendamos alguna lección y cambiemos algo en nuestras vidas, para cuando vuelva tu vecina note algún cambio. Al igual que tus fotos esperaron su momento, quizás este sea el nuestro.
ResponderEliminarInteresante observación la tuya sobre esta observadora incansable. Aunque, tal vez si cuando regrese se han producido cambios como dices, ya no reconozca esa calle como propia. Me quedo con tu frase final, la repito para mis adentros.
EliminarPues para no salirte fácilmente las palabras el texto realmente llega a emocionar. Siempre tienes la palabra perfecta y la imagen hermana para cada momento preciso. Yo de las tres ventanas me quedo en lo personal con la de la izquierda, con esa vista helada de las montañas que seguro que en la primavera se convertira en maravilloso paisaje. Muy bien tríptico, muy equilibrado y con mucha fuerza. Todo un arte el equilibrarlo como dices. Aquí andamos como todos encerrado y sin mis salidas al bosque. A pesar de eso soy una presona muy disciplinada y con bastante fuerza de voluntad y lo llevo bien de momento. Aprovecho para continuar con la serie de los juguetes de Clara que ahora, lógicamente, se pasa el día jugando en cada. Un abrazo grande desde la distancia.
ResponderEliminarTe mueves muy bien fotográficamente hablando en esos espacios interiores de la intimidad cotidiana. Para ti especialmente este encierro es también una oportunidad, pese a todo. Yo también lo llevo razonablemente bien, en realidad lo que se nos pide es bien poco, solo mirar un poco más allá de cada uno.
EliminarFantástico el triptico y que decir del texto, todos sabemos pensar pero no todos sabemos expresarlo y escribirlo tan bien como tu lo haces, espero tu y los tuyos esteis a buen recaudo de este enemigo invisible e implacable que nos acecha, un abrazo.
ResponderEliminarGracias, Jesús. Aquí seguimos, confinados pero confiados. Un abrazo
EliminarAndo en la improbable espera, querido Xuan, de que al asomarme a mi ventana me vea pasar. Alegría y alborozo de verme sentado en un banco frente al mar -tal vez charlando contigo-. A la que pueda verme te aviso.
ResponderEliminarPor cierto, tus ventanas son muchas más cosas que una ventana, hermosas historias que se dejan enmarcar, algo que sucede entre ángulos rectos.
Ojalá el nosotros deje pronto de ser una metáfora.
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