Como un tardío parte de estragos de una guerra librada en ultramar, así solemos tener noticia del vuelo del tiempo, al cabo de los años. Pero en ocasiones lo inesperado irrumpe, deja en espera los quehaceres y de pronto comenzamos a experimentar el tiempo en tiempo real: atónitos observamos lo nunca visto: el paso de las nubes, el declinar de la luz y sus matices, el borde estricto de los cuerpos, incluidos los nuestros. Rebosantes de horas, librados de urgencias, pretendemos entonces ocupar el tiempo sin darnos cuenta de que es el tiempo el que ahora nos ocupa. Ya no hay un mientras que oculte la sustancia de la vida. Y reconozcámoslo, tampoco estábamos preparados para esto.
jueves, 26 de marzo de 2020
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Me ha encantado la foto Xuan, pero no sólo por ella, con una técnica impecable como siempre, sino porque me ha traído a la memoria la cocina económica (no se si realmente se llaman así, pero así las llamaban en mi casa) de la casa de mi abuela, que si no era idéntica a la que muestras se parecía mucho, y que también tenía su paño de azulejos blancos detrás y a la que también le entraba la luz por una ventana a su derecha. En fin, que he vuelto por un rato a la infancia, y eso siempre es agradable
ResponderEliminarCocina económica, de leña, de carbón, bilbaína..., infinidad de nombres para el centro de la vida familiar. Antes todas las casas tenían una, allí se contenía el fuego a buen recaudo, alimentado y alimenticio.
EliminarUna composición certera que puede llegar a parecer una pintura hiperrealista. Me conduce a momentos rurales de pereza y disfrute. Pero mientras...
ResponderEliminarAsí me lo parece a mi también, la luz de esta foto tiene una textura de óleo que me fascina. Entre la pintura realista y la fotografía hay una interesante relación de intercambio aunque la pintura suele llevarse nuestra admiración casi siempre, al menos la mía.
EliminarInsisto y abundo en lo ya dicho por Joaquín.
ResponderEliminarMagnífica. Un abrazo
Hay un cierto "revival" de este tipo de cocinas, que ahora resultan objetos vintage y se vuelven a instalar en las segundas residencias de fin de semana, pero estos trasplantes no suelen funcionar, como traer una especie foránea a un ecosistema que no es el suyo.
EliminarTu texto es pura filosofía.
ResponderEliminarmuy interesante la fotografía que has colgado hoy.
Besos
Fue Borges el que definió la filosofía como la organización de las perplejidades esenciales del hombre. Y estos días no andamos escasos de perplejidad precisamente.
EliminarUn gran texto, para estos tiempos. Estoy de acuerdo de que nadie estaba preparado para lo que nos ha llegado. La vida nos ha cambiado demasiado en tan pocos días.
ResponderEliminarApenas,una semana atrás, me sentía Feliz en el puente del día de Andalucía, conversando con las gente y paseando al aire libre disfrutando de unos días frente al mar. Apenas había aterrizado en mi casa, había que permanecer encerrado en ellas...se acabaron los contactos con las gentes y pasear largas distancias , para hacer ejercicio.
Me ha gustado la imagen que has puesto de esa cafetera antigua, ahora los que acostumbraban a tomar café en las sistintas cafeterías, no tienen más remedio que tomarlo en casa.
Deseo que te encuentres bien, así como tu familia.
Besos
Gracias, amiga. Cierto que esa cafetera invita al café compartido. Ojalá algo de su aroma lejano os alcance a través de esta imagen.
EliminarQuizás para esto es para lo que menos estábamos preparados. Me gusta imaginar cómo es eso de experimentar el tiempo en tiempo real y me pregunto cómo identificarlo.
ResponderEliminarEsa cocina me lleva volando a la infancia, a la casa de mi abuela...
Besos
Cuando todos los planes quedan en suspenso, cuando el pasado se aleja precipitadamente, cuando nadie sabe darnos razón del minuto siguiente, ahí tienes al tiempo en tiempo real, realizándose sin nosotros.
EliminarUna bella fotografía con una buena composición. La luz lateral incrementa la belleza. Una imagen que nos retrotrae a épocas pasadas, donde, sobre todo, no había prisas en las casas, como ahora. Aunque sí tengamos una gran prisa por que acabe esta situación.
ResponderEliminarUn abrazo y cuidate.
Estoy de acuerdo, esa luz lateral es clave en la foto: no solo modela los volúmenes de la cafetera sino que además produce una suave gradación de derecha a izquierda que da un poco de vida a la composición, un tanto rígida y demasiado geométrica seguramente. Gracias, Antonio.
EliminarEste mientras se nos grabará. Como esa chapa de cocina que muchos vimos en casa.
ResponderEliminarDesde, hasta, entre, hacia, contra, para, sin...es tiempo de preposiciones, el resto de las palabras vagan un tanto perdidas.
EliminarAy, espectacular... Me hizo ver en los tiempos en que yo era un niño y en nuestra cocina habia una "bilbaina" muy parecida a esa...
ResponderEliminarBuen trabajo
Y ese gesto de acercarse a la chapa, imponer las manos y frotarlas...Qué bien nos vendría una cocina de estas estos días, verdad, cuidar del fuego a falta de otras tareas más acuciantes.
EliminarEsperemos que este "Mientras esperamos.." nos sirva para reflexionar y ver que estábamos haciendo mal, porque quizás aún estemos a tiempo de ponerle algún parche a nuestras vidas a nuestro mundo, a la manera de relacionarnos con nuestros semejantes y con el planeta, pero mucho me temo que esto es solo un impasse para continuar con lo de antes, si no aprendemos nada es que merecemos extinguirnos. Qué gusto ese calorín de la cocina, el olor a café, el sol de la tarde entrando por la ventana y las charlas pausadas. Estupenda foto y texto.
ResponderEliminarSomos de memoria frágil, pero algo de todo esto quedará, como un rescoldo.
EliminarMe llega el aroma de un buen café. Universal la historia que nos cuentas con la foto y con el texto. El título lo dice todo. Salud amigo.
ResponderEliminarEse café que se mantiene a la temperatura exacta, siempre disponible, para el que sabe donde hay que colocar la cafetera: ahora que tan importante es guardar la distancia, esa es también una forma de mantener el calor en su justa medida.
EliminarMe encanta, es una maravilla, como todas tus fotos. Un fuerte abrazo.
ResponderEliminarGracias, Ana. Para mi recuperar estas fotos del archivo es casi como volver a hacerlas.
EliminarEsa cafetera sin duda hace subir a borbotones por su conducto melancolía líquida con un intenso olor a café. La foto es una maravilla, cercana al bodegón como te dicen. Maravillosa. Enhorabuena.
ResponderEliminarEsa cafetera estaba y está en la cocina de los veranos de mi infancia, en la casa de mi familia materna: de vez en cuando es ineludible volver.
EliminarUn remanso de paz tu foto, Xuan, aún más de la que ya disfrutamos en casa.Y sí, descubierta esta paz por la que pasábamos al vuelo, hemos de reconsiderarla, quizás se amainen las prisas, entre ellas, las mías. Un abrazo y un lujazo tu mirada, que guía las nuestras con asombro y gratitud.
ResponderEliminarVendrán otras brisas y otras prisas, pero algo quedará, como el poso del café. ¿Sabremos leer en él?
EliminarUn abrazo, Virgi.
Cierto. Innecesarios, levísimos, metidos de lleno en un minuto distinto, en un tiempo que ya no sabe mentir, un tiempo que no nos reconoce ni falta que hace. Solo ese "instante cafetera" nos permite la absoluta complicidad con todo.
ResponderEliminarComo de costumbre, querido Xuan, nos lleva a lugares mucho mejores de los que partimos.
Es ese tiempo despojado, tiempo en pijama, el que nos ofrece su callada complicidad. ¿Seremos capaces de seguir conspirando juntos?
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