Barrio Cimadevilla - Gijón
Todas las fuentes son fuente de los deseos. Incluso ésta, una fuente sin mérito en un plaza sin fama. Y a veces ni siquiera hace falta arrojar una moneda. Basta con esperar a que el tiempo se haga a un lado para que ella entre y alargue la calle con su paso lento y ligero. Y entonces dejar que se vaya llenando el caldero. Sabemos que cuando el agua se desborde se habrá roto el hechizo y que de la bella xana solo quedará un beso húmedo en el suelo que el sol del mediodía borrará con su mano rencorosa. Pero esto, afortunadamente, solo lo sabemos luego.
que momento....di la verdad los 3 personajes en realidad trabajan para ti.....
ResponderEliminarsalu2
Nos has metido en el argumento de una de las buenas pelis italianas de los 70, cine de deseos y personajes de áspera presencia. Genial.
ResponderEliminarSaludos,
La genialidad de esta foto reside en la visión y en la capacidad metafórica del título...
ResponderEliminarMe ha encantado!!
Una foto muy oportuna ;-)
ResponderEliminarFijate que el hombre más entrado en años le da la espalda a la dama y se aleja de la fuente. Quizás tenga otros deseos menos húmedos...
Saludos.
Antón.
Cuántas veces he deseado, en los veranos, que ella entrara en la plaza de aquella fuente...
ResponderEliminarEn qué estará pensando el "aguaó"...
ResponderEliminarUna de las cosas que me llamaron la atención de Escocia y de Estados Unidos fue que los escoceses por muy buena que estuviera la paseante nunca se giraban ni la seguían con la mirada. Esto es cosa de españoles, italianos, árabes, turcos etc.
ResponderEliminarSupongo que nos hierve la fuente del deseo ja ja!
La incógnita es si se girará el hombre mayor.
En esta foto habría ido muy bien que no todo estuviera enfocado para centrar la atención del observador.
Pero vaya, muy buen robado.
Es una hermosísima forma de juntar los mitos de siempre y la realidad cotidiana, lo que es tanto como mantener vivos los mitos e impregnar de magia lo cotidiano. Una entrada mágica. Nunca hubiese buscado a una xana entre las calles de una gran ciudad; gracias a tu entrada, ya sé que, bueno, como las meigas: haberlas, haylas.
ResponderEliminarJajajajaja... Una imagen muy buena y muy bien vista.
ResponderEliminarEl agua se le va a salir... y lo va refrescar a tiempo....
saludos.
realmente un instante encantado!
ResponderEliminarVaya buena! y muy oportuno para capturar el momento.
ResponderEliminarUn saludo paisano!
Casi me gusta más tu "descripción de los hechos" que la foto en si.... ya me entiendes, verdad? Un saludo, narrador de historias cotidianas :)
ResponderEliminarHas congelado un instante que da para imaginar muchas historias.
ResponderEliminarAnduve por Grandas de Salime el sábado :-)
Abrazos
se queda la sensación de que el tiempo no pasa, que se queda quieto como el agua...
ResponderEliminarun beso, Xuan
PD: tuve un amigo de Gijón, nunca supe como era su ciudad y ahora que ya no está el amigo ¿cómo va a saber que vi un pedacito de su tierra?
Claro. Mirada oportuna e bem caçada. O título é rigoroso e magnifico.
ResponderEliminarAbrazo.
Hacía mucho tiempo que no entraba en tu mágico mundo. Y ha sido ver esta imagen y ponérseme el vello de punta, incluso antes de leer el texto. El lenguaje corporal lo dice todo, y parece que se ha parado el tiempo sólo para ellos dos, porque el resto del mundo sigue con su rutina.
ResponderEliminarRecuerdo la parte del cántaro en El Alquimista de Cohelo: la moza q va al pozo en busca de agua y deja absorto al muchacho. Se miran y ahí él comprende el lenguaje universal, el q congela los momentos: la mirada. Luego la moza toma el cántaro con agua y se va. Al otro día él va al pozo en busca de la moza, pero no está.
ResponderEliminarAhora bien, también me quedo con la otra parte: el fin de los encantamientos, lo terrenal. Contemplando el corolario del hechizo en el mismo rebalzar del agua y su posterior derramamiento fuera del cántaro (balde en este caso). Observando su contacto con la superficie... Viendo como adapta su forma al piso... besándolo lentamente. Recuerdo en este momento la foto de la acequia: Huellas de luz; y la observación de Pedro sobre las huellas q deja la luz en las superficies.
Me doy cuenta q me resulta algo muy atrapante el tema del contacto de los 4 elementos (agua, tierra, fuego, aire) con las distintas superficies combinado con las distintas percepciones de la gente... Veré q hago con ello. Tengo ideas...
Saludos argentinos.
Esta foto desarma a los hombres, pero el texto nos desarma a todos, encantadoras foto y texto.
ResponderEliminarHe llegado hasta aquí de casualidad y tu blog me ha entusiasmado. Con tu permiso, te enlazo.
ResponderEliminarMe encanta la fotografía aunque soy una simple aficionada.
Saludos
Fantástica! Si hay algo mejor que las buenas fotos, son las capturas de los grandes momentos. Y este es uno. Sabudos!
ResponderEliminar...de cómo un acto tan simple como el caminar le puede dejar a uno petrificado...menos mal que el agua vendrá salvadora a devolver a la realidad al pobre "pasmao"...cuando se derrame, cachislá.......
ResponderEliminarUn abrazo, narrador de historias sin precio, que nos bebemos de un sólo trago, tan grande es su mérito.
Enrique.
De las pocas veces que he trabajado de albañil he estado tan cansado que apenas mis ojos podrían moverse y seguir el lento caminar de Xara. No hay nada mejor que ser profesional, como estos incansanbles trabajadores que ven recompensado en parte su esfuerzo que estas efimeras y fugaces miradas, eso sí, con el piropo siempre en el gatillo,
ResponderEliminargracias una vez más por estos relatos de lujo y de las fotos, bueno, ya lo sabes, un abrazo.
Bom trabalho: texto + imagem
ResponderEliminarPuede que el agujero de la puerta del establecimiento frente al que pasa la chica tenga la misma intención que la de la fuente: regar la mirada.
ResponderEliminarBesos.
Los instantes guardan siempre más sinceridad.
ResponderEliminar:)
Genial captura!
Buenisima...y el texto muy bien plasmado.
ResponderEliminarEl titulo un acierto en pleno...
Un beso and saludete.