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Valle Xulió, Caso - Asturias
Cada bosque tiene su carácter y de un modo u otro acaba por imprimirlo en sus eventuales visitantes. Por ejemplo, en cuanto empiezas a recorrer las naves abovedadas del hayedo se te va poniendo el ánimo gótico, flamígero incluso, especialmente si es otoño y la luz incendia los vitrales mientras la hojarasca va traduciendo tus pasos en el consabido rumor de hábitos. Pero en cuanto el sol cae al otro lado del valle, y eso sucede muy pronto en estas fechas, la penumbra repone a cada ser en un volumen más ajustado a su luz interior, que es otro nombre de la forma, y todo se vuelve un poco más románico: la profusión se concreta en signos cuyo significado guarda una galería de animales intermedios que no estaban allí cuando pasaste al mediodía. Lo que sucede más tarde, cuando la noche se apodera del hayedo, solo puedo suponerlo: otro con más valor describirá el espacio sin proporción de lo pagano.
Qué maravilla de catálogo, no sabría cuál escoger. Ahora eso sí, en todas la luz es una maravilla.
ResponderEliminarPrecioso lugar y reportaje, Xuan!!
Los hayedos son los bosque que mas megustan..con ese musgo,con esos troncos retorcidos en el tiempo.
ResponderEliminarEn otoño con sus multiples tonos ocres..te felicito por tan bella descripción.
Un abrazo
Fantástico,los hayedos me gustan en cualquier época del año.
ResponderEliminarUn saludo.
Dan ganas de echarse al monte. Qué colores los del otoño...
ResponderEliminarHoy se han juntado tu alma y tu mirada y nos han explicado las emociones que te produce la experiencia en tu caminar por el campo. Las he sentido, las he vivido, las he respirado y hasta el olor y la humedad los estoy percibiendo en mis sentidos.
ResponderEliminarCuanta belleza Xuan.
Un bosque es una gran ciudad donde normalmente el hombre no debería ser tan bien recibido.
ResponderEliminarUn abrazo
Um bosque irreal, como saído de um conto.
ResponderEliminarUno casi se avergüenza de incurrir en la reiteración del elogio, agotadas ya las palabras, desmantelado el lenguaje. Pero lo tuyo, Xuan, es punto y aparte.
ResponderEliminarTexto y fotos, sublimes, insuperables. No salgo de mi asombro.
¡Felicitaciones!
qué hermosas formas y colores! sólo falta que aparezca un hada... o un duende... habrá que esperar a que llegue la noche?
ResponderEliminarUnos rincones preciosos de un bosque mágico. Lo has sabido reflejar maravillosamente. Mi favorita, la cuarta, propia de una peli de Tim Burton.
ResponderEliminarSaludos.
De la imaginación de la hojas a la que se nos despierta en medio de un hayedo. Allí inmerso dejo de creer disparatado el que mis pasos se crucen con algún ser extraordinario, es más, si me muevo con calma y sin dejar de escuchar acabo convencido de que algo mágico me envuelve. Que los trasgos, las xanas y el bosque entero ya sabe de mi presencia.
ResponderEliminarPor cierto, la última essspectacular.
ResponderEliminar¡qué preciosidad de bosques tenéis por el norte! Espero que el catálogo vaya par largo porque esto me ha sabido a poco.
ResponderEliminarCreo que hemos paseado por el mismo lugar y en la misma Era. O mejor, tú has paseado, yo aplastaba.
ResponderEliminarSiempre he estado en la certeza (y nunca le he sofocado) de que los jugos de la noche no tienen precio y, muy a pesar de la moral, lo pagano se prefiere a lo religioso.
ResponderEliminarExcelente madera la de tu texto hoy. Y del paraje, mejor verlo in situ, a pesar de tu bella muestra.
pronto, e agora não sei que dizer, e melhor é calar para não incomodar o diálogo da arpa do vento com com o dedilhar do cravo dos ramos das árvores...
ResponderEliminarbelíssimas
abrazo
Excelente (y me quedo corto)
ResponderEliminarTrazos geométricos recorren el aire del bosque.
ResponderEliminarRedes tiene mucho de catedral gótica...
ResponderEliminarYo me perdería dos meses fotgorafiando ahí.
ResponderEliminaryo soy mas de Románico no sé, imagino que por que aquí no lo tenemos. pero sobre todo soy de tus escritos, cuanto se echaron de menos durante tu parón bloguero.
ResponderEliminarel bosque muy bonito, los cielos inquietantes y el catalogo pues como dice Mariluz, para llevarselo entero a casa.
abrazos
Has captado muy bien el ambiente fantasmagórico de los bosque de hayedos.
ResponderEliminarSon verdaderas pinturas de tonalidades muy suaves, casi dibujos. Cuando el sol no impacta de lleno, cuando está casi nublado, es cuando se producen los momentos mágicos, las tonalidades exquisitas.
ResponderEliminarFelicitaciones por esta colección.
Eres capaz de sacarle los colores hasta al otoño más auténtico, vecino ya del invierno. Ese ambiente sutilmente rosáceo es tan cálido...niebla mágica.
ResponderEliminarBesos, Xuan.
Una serie exquisita!! enhorabuena, me encanta el verdor en los troncos, dan ganas de recostarse... y dejarse llevar por los sueños, seguro que algo mágico ocurre!
ResponderEliminarEspectaculares árboles, qué maravilla!!!!!
ResponderEliminarParece que en cualquier momento van a cobrar vida....
ResponderEliminarBesos desde un faro en mitad del mar.
Mar (...la vendedora de humo)
El hayedo tiene mucho encanto en todas las épocas del año, pero con este catálogo y este texto, me atrapa más que cuando lo piso.
ResponderEliminarParece la senda fluvial del Nansa, en Camijares (Cantabria). Precioso. Si tenéis oportunidad de perderos durante 4-5 horas a pie, os la recomiendo.
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