Dicen que la gestación de un individuo reproduce las fases de su
evolución como especie. Lo que no se sabe a ciencia cierta es si esa misma
evolución tomada en su conjunto prefigura a su vez la gestación de un individuo
por venir. Por desgracia los pensamientos simétricos son hermosos pero no
necesariamente ciertos ni verificables.
Por otro lado, desplegando una nueva simetría, cabe preguntarse qué
proceso reproduce entonces la disolución del organismo. Y parece que también en
el camino de vuelta se cruzan los itinerarios: despojadas de aderezos, bien
mondadas la mano y la aleta, el ala esquemática y la esquelética rama celebran todas
su coincidencia esencial, su confusión esclarecedora de intenciones: extenderse
sin fin hasta el final, todo entonces extensión y libres ya de cualquier deber
de intensidad. Lo que en el fondo no es más que otra forma de nombrar eso que anuncia
con cierto estrépito el otoño.
Interesante reflexión y magnífica imagen, representativa de esta cambiante estación, muy sugerente y bella, delicada, enhorabuena, me encanta.
ResponderEliminarUn abrazo.
Simple y bella.
ResponderEliminarCuando las imágenes quedan desnudas son más verdaderas que nunca.
Celebremos, pues, el otoño.
Pues, estas ya han llegado al final de su ciclo y aparecen totalmente desprovistas de sus aderezos y atuendos, para dejar lugar a sus cuerpos desnudos que a mi me evocan, no se porque, la imagen de los dedos de la creación de Adán en la Capilla Sixtina.¿Será mi imaginación y porqué?. Tendré que reflexionar sobre ello, seguro que estoy influida por el texto, me retiro a deliberar conmigo misma. Te seguiremos en el otoño.
ResponderEliminarHermoso pictograma del otoño. No podría ser más cierto ni más verificable, aunque no haya palabras para agradecerlo bastante. Un abrazo.
ResponderEliminarNo veo porqué no extenderse también en el camino de vuelta. Maravillosa la composición, reforzada por el acertado b/n.
ResponderEliminarUn abrazo.
Pues yo no me andaré por ellas y te digo que me encanta esta imagen. Me he puesto al día en tus últimas entradas y disfruto con cada una. Saludos.
ResponderEliminarPreciosa composición, llena de armonía, me encanta.
ResponderEliminarMe alegro que hayas resuelto tus problemas con el blog.
Un abrazo.
escrito en el aire, una suave brisa borría el poema si alguien, previsor, no lo hubiera fotografiado...
ResponderEliminarEs curioso. Ayer no pude acceder a tu blog. Blogger decía que había sido suprimido. Quizá alguien no quiso andarse por las ramas y prohibirnos la visión de la belleza.
ResponderEliminarMe alegro de poder dejar este comentario hoy.
Andarse por las ramas, pero sin tocarse. ¡Qué foto más guapa!
ResponderEliminarme ha maravillado este fragmento "extenderse sin fin hasta el final, todo entonces extensión y libres ya de cualquier deber de intensidad".
ResponderEliminarEsta fotografía me hace sonreír, me evoca al juego libre de la naturaleza, al equilibrismo y al vuelo.
Qué belleza...! Gracias!
un abrazo
Un lugar como otro cualquiera para andarse.
ResponderEliminarUn abrazo
A mí, como a Marina, ese fragmento me ha gustado tanto que ahí ando, desde hace días, recorriéndolo de adelante a atrás, rodeándolo, mirándolo de soslayo, examinándolo con precisión... Por eso y no por otra cosa ningún comentario hasta hoy...
ResponderEliminargracias