Los chopos son un pueblo humilde y bien
dispuesto. Nada más despuntar el alba bajan ordenadamente al río o al aguazal
más cercano y allí, uno por uno, se van sacudiendo la noche de las hojas. Este
es un privilegio al que jamás renuncian, aunque luego tengan que pasar el resto
del día tratando de recuperar la alineación perfecta, el lugar de cada uno en
la formación que les fue dada de una vez y para siempre. Para ello disfrutan de
una absoluta libertad de movimientos, a condición, eso sí, de estarse quietos.
A mediodía el sol deja caer la plomada de sus rayos y las vértebras se
enderezan. Los chopos son un pueblo trabajador y paciente. Crecen con rapidez
en los años buenos. En las sequías aguardan, contraen la corteza, extienden las
raíces, se desprenden de alguna que otra rama.
Luego, al terminar la jornada, los haces casi planos del atardecer delimitan las calles,
pasan revista y certifican el espíritu cúbico de la chopera. Es cierto que
vistos de cerca no hay dos chopos iguales, que su linealidad está hecha de
curvas y contracurvas, cincelada a golpes contra las paredes inquebrantables del aire y
de la luz. Pero observados a la distancia recomendada los chopos son pura perspectiva, un
pueblo pacífico y contable.
Al caer la noche es probable, inevitable casi, que sueñen los chopos
otras geometrías, algunas imposibles, otras no tanto. Y que muchos esperen en
secreto una mutación que nunca llega. Pero todo queda olvidado al despuntar el
alba, cuando los chopos se ponen en pie, uno por uno, y se apresuran.
Tienes un don, Xuan.
ResponderEliminarAsí es.
Aplausos.
Un rato largo.
(si te apetece, es que la foto me lo recordó:
http://phoeticblog.blogspot.com.es/2009/08/la-arboleda.html)
Efectivamente, Virgi, alguna relación hay entre ambas arboledas.
EliminarSuch a beautiful photograph.
ResponderEliminar(reminds me of Ansel Adams' famous shot.)
Nice.
Extraña y hermosa chopera.
ResponderEliminarTodo un ejército muy bien organizado.
Un saludo
Me he sentido identificada con el mundo de los chopos parece que me estuvieras describiendo a mí, mis ilusiones y esperanzas que al levantarme un día el mundo haya cambiado y la cordura haya penetrado en los "chopos mandantes".
ResponderEliminarLa foto sublime, el texto chapeau.
Besos
Me encanta la foto, me encanta la serie "Catálogo de montes" y me encanta leer los textos que las acompañan!
ResponderEliminarUn gusto pasar por aquí
De que manera tan interesante has descrito las choperas.
ResponderEliminarMe gusta ese establecimiento perfecto de las luces del primer plano y como muestras los diferentes planos poco a poco más oscuros.
ResponderEliminarPerfecto.
Un abrazo
Enigmático, a pesar de ser un pueblo ordenado y cumplidor, su disposición afirma su presteza y dignidad. Cuanto podríamos aprender...
ResponderEliminarUn abrazo Xuan
Una luz muy bonita, gradual, el fondo se oscurece y la historia, me recuerda a esos árboles parlantes y móviles, que aparecen en distintas leyendas. Lo bueno de los chopos es que son indicadores de la presencia de un río.
ResponderEliminarBuen fin de semana.
Una fotografía inquietante y cargada de poesía a la vez. Todo un homenaje a ese bosque animado de chopos.
ResponderEliminarUn abrazo.
Al final de la jornada, los chopos se pliegan en la línea de la sombra.
ResponderEliminarFue Paco Ibañez, hace un par o tres de vidas, el que primero me hablo de los chopos y del aire que juega a menudo entre sus ramas. Desde entonces que me gusta pasear por las callecitas de "ese pueblo trabajador y paciente" que disfruta, como a mí me gusta hacerlo, de una "absoluta libertad de movimientos, a condición, eso sí, de estarse quieto".
ResponderEliminarMucho he disfrutado yo con las dos formas de decir lo que dices.
Un abrazo de montaña.
Me ha gustado especialmente ésta imagen, quizá por cuestiones personales. Pero tus palabras han sabido abrir la sugestión para poder ver y sentir aún más de lo que me limita mi mundo.
ResponderEliminarPrecioso post!
Beso
En el comentario que nunca llegó te decía que me recuerdan a un coro de niños jugando al pollito inglés y que me temo que seguirás pagando aunque nunca lleguen a la pared. Gracias por tanta quietud en movimiento.
ResponderEliminarEstaba leyendo esta tarde un muy buen libro de Oscar M prieto ("Las horas se rien de mí"), y curiosamente hay varios capítulos donde choperas como la de la foto son los personajes protagonistas de tales pasajes. Ahora entro a calendario de instantes y veo esta estupenda foto y del texto como siempre ya no digo nada... y pienso : ¡qué suerte tienes , qué bien eliges últimamente lo que miras y lo que lees!
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