Una sombrilla, una silla plegable y una bolsa de tela de colores. En el interior de la bolsa una toalla, un libro, un teléfono móvil (silenciado), un monedero con calderilla más un billete de diez euros, una manzana, unas llaves y un pañuelo. Lo esencial reducido a unos cuantos complementos. Sin duda ha de haber una poética oculta en todo esto.
Mientras me lo pregunto te levantas y te vas, haciéndote orilla con la playa, a recoger espumas tal vez, tú que siempre estás recolectando. Pronto se alarga la playa tras de ti y ya apenas te distingo de los otros espejismos El miedo se viste de duda: ¿encontrarás el camino de regreso?
Recuerda: la sombrilla es mi baliza. Si es necesario subiré a la silla y con el pañuelo te haré enérgicas señales. Con la toalla secaré tus pies ateridos. Tendrás hambre: compartiremos, como entonces, la manzana. Y lo demás será pasto del mar y sus mareas.
Mientras me lo pregunto te levantas y te vas, haciéndote orilla con la playa, a recoger espumas tal vez, tú que siempre estás recolectando. Pronto se alarga la playa tras de ti y ya apenas te distingo de los otros espejismos El miedo se viste de duda: ¿encontrarás el camino de regreso?
Recuerda: la sombrilla es mi baliza. Si es necesario subiré a la silla y con el pañuelo te haré enérgicas señales. Con la toalla secaré tus pies ateridos. Tendrás hambre: compartiremos, como entonces, la manzana. Y lo demás será pasto del mar y sus mareas.
Nada ha cambiado, todo sigue igual.
ResponderEliminarExtraordinaria.
ResponderEliminarUna delicia, Xuan, no más palabras solo contemplarla relajadamente.
ResponderEliminarQué bonito escribes Xuan.
ResponderEliminarY esa sombrilla solitaria que tanto quiere decir y dice.
Claro que dice.
Hace pocos días publiqué la imagen de una sombrilla, qué feliz coincidencia pero qué puntos de vista tan distantes.
ResponderEliminarLa tuya habla de quietud, paz, sosiego, grandeza de la naturaleza, introspección, seguridad, madurez... y me ha encantado, estoy seguro de que muy bien sabes el por qué y no me extenderé en ello.
Un abrazo.
I love this shot.
ResponderEliminarCreo que se puede caer el mundo que el señor de la sombrilla, ni se inmutará. Por cierto, la cabeza la tiene al sol, jeje.
ResponderEliminarUna foto preciosa y el texto, no se queda atrás, describe maravillosamente esa sensación de que con pocos elementos, se puede ser muy feliz.
Abrazo.
No sé bien si el mar se vistió de sombrilla o la sombrilla de playa. Me ha encantado tanto como tus letras.
ResponderEliminarBesitos
Me sobra un poco de aire por abajo pero la sensación de calma es fantástica. Buen fin de semana
ResponderEliminarPuede ser, José Ramón. De todos modos mi intención era mostrar el aislamiento del protagonista ocupando el centro de la imagen. De ahí lo de incluir más suelo del que aconsejarían las reglas de la composición. Gracias por el comentario.
Eliminarme gusta como las lineas del mar se imprimen en la sombrilla, en la reposera, se contagian de calma y espera.
ResponderEliminarEse es precisamente el detalle que más me atrae de la foto.
EliminarLa foto es fantástica, como era de esperar.
ResponderEliminarPero hoy me quedo con el texto, dice tanto que me quedo sin adjetivos.
Ser el primero del próximo verano o el último del año pasado... En el fondo, es tiempo lo que hay en esa fotografía.
ResponderEliminarUna composicion realmente buena, me encanta, saludos y feliz semana amigo.
ResponderEliminarEsas soledades que alargan el brazo para poder tocarse; esa frase que el mar repite una y otra vez, y que nombra algo parecido al olvido. "Y lo demás será pasto del mar y sus mareas".
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