Solo es posible pintar con el caballete abierto y eso nos imposibilita para llenar el lienzo, sin embargo tu andas y "pintas" divinamente con esa cámara que tan bien mueves y manejas. Abrazo Xuan
Si el acto de pintar comienza por el de mirar, o incluso más atrás, por el deseo de recoger la mirada, entonces podríamos decir que siempre estoy empezando a pintar.
También ese descubrimiento progresivo se puede experimentar sin moverse de un mismo sitio, profundizando poco a poco en el plano, en sus infinitos detalles. Pero esto requiere una especial disposición de ánimo. La mía me empuja más bien al movimiento, a profundizar en la variación permanente.
Je, je, me encanta la foto, pero vaya, eso ya lo sabes, esta es de las que me gusta. Me ha hecho gracia leer lo de si fuera posible pintar sin dejar de caminar!!!.
Eso es justo lo que intento hacer yo con un tipo de fotografía que practico muchísimo últimamente. Eso si, sin pinceles claro, eso es lo que me diferencia de los pintores, pero en la fotografía la exposición lenta arrastra los pixeles hasta simular las pinceladas del impresionismo.
En determinados entornos, sobre todo los naturales, la representación directa que nos proporciona la instantánea no termina de reflejar del todo lo que experimentamos en ese lugar. A veces, de hecho se queda muy lejos. Supongo que por eso forzamos la máquina, probamos exposiciones, velocidades, procesados, en una especie de alquimia incansable, aunque no terminemos de encontrar la piedra filosofal. Afortunadamente.
Es curioso porque dejé un comentario y de hecho, me llegan tus respuestas y comentarios del resto de lectores, al haberle dado al "avisarme", pero no sé por qué no aparece. En cualquier caso, te decía en aquel comentario que creo que, en cierto modo, son vidas paralelas. Cuando se hace el encuadre de la fotografía es como si viéramos lo que queremos sacar plasmado en un lienzo, y de alguna manera se pinta en un lienzo el fotograma que tenemos en la retina.
Tienes razón, tambien el formato es una herencia de la pintura y sería interesante analizar hasta que punto ese enmarcado virtual condiciona la mirada.
Comparto contigo, querido Xuan, esa forma de ver la fotografía como una forma de expresión de pintores inquietos, esa gente que hace del movimiento y la fugacidad una obsesión. De todas formas, me encantan esas pinceladas que le has dado a esta imagen. Un abrazo grande.
Cuando veo a esos fotógrafos de largas exposiciones con sus trípodes a la orilla del mar, siento un poco de envidia de esos segundos de espera en los que se va cociendo a fuego lento una fotografía hasta cierto punto imprevisible. Yo ese tiempo me lo tomo cuando descargo la foto en el ordenador, esperando también que crezca y se transforme. A veces se necesitan años.
Solo es posible pintar con el caballete abierto y eso nos imposibilita para llenar el lienzo, sin embargo tu andas y "pintas" divinamente con esa cámara que tan bien mueves y manejas. Abrazo Xuan
ResponderEliminarCuando saco el trípode y monto la cámara encima es lo más cerca que estoy de la quieta figura del pintor. Es el gesto que nos une.
EliminarHazlo!, no te quedes con las ganas.
ResponderEliminarYo creo que se me ha hecho tarde para eso, pero la ilusión, como tantas otras, no envejece.
EliminarYa pintas.
ResponderEliminarSi el acto de pintar comienza por el de mirar, o incluso más atrás, por el deseo de recoger la mirada, entonces podríamos decir que siempre estoy empezando a pintar.
EliminarEs más emocionante ir con la cámara a cuestas y descubrir al paso del camino, las bellezas que nos rodea....al fín y al cabo todo es arte.
ResponderEliminarBuenas Noches.
También ese descubrimiento progresivo se puede experimentar sin moverse de un mismo sitio, profundizando poco a poco en el plano, en sus infinitos detalles. Pero esto requiere una especial disposición de ánimo. La mía me empuja más bien al movimiento, a profundizar en la variación permanente.
Eliminarfascinante como ves la vida en nebulosa
ResponderEliminarPuede que sea esa la auténtica textura de las cosas.
EliminarJe, je, me encanta la foto, pero vaya, eso ya lo sabes, esta es de las que me gusta. Me ha hecho gracia leer lo de si fuera posible pintar sin dejar de caminar!!!.
ResponderEliminarEso es justo lo que intento hacer yo con un tipo de fotografía que practico muchísimo últimamente. Eso si, sin pinceles claro, eso es lo que me diferencia de los pintores, pero en la fotografía la exposición lenta arrastra los pixeles hasta simular las pinceladas del impresionismo.
Como en tu fotografía. Un abrazo.
En determinados entornos, sobre todo los naturales, la representación directa que nos proporciona la instantánea no termina de reflejar del todo lo que experimentamos en ese lugar. A veces, de hecho se queda muy lejos. Supongo que por eso forzamos la máquina, probamos exposiciones, velocidades, procesados, en una especie de alquimia incansable, aunque no terminemos de encontrar la piedra filosofal. Afortunadamente.
EliminarEs curioso porque dejé un comentario y de hecho, me llegan tus respuestas y comentarios del resto de lectores, al haberle dado al "avisarme", pero no sé por qué no aparece.
ResponderEliminarEn cualquier caso, te decía en aquel comentario que creo que, en cierto modo, son vidas paralelas. Cuando se hace el encuadre de la fotografía es como si viéramos lo que queremos sacar plasmado en un lienzo, y de alguna manera se pinta en un lienzo el fotograma que tenemos en la retina.
Un beso.
Tienes razón, tambien el formato es una herencia de la pintura y sería interesante analizar hasta que punto ese enmarcado virtual condiciona la mirada.
EliminarCada paso es una pincelada más. Cada foto un cuadro más. Me gusta lo estático frente al movimiento.
ResponderEliminarVa a resultar que se hace pintura al andar y al volver la vista atrás se ve el cuadro que nunca se ha de volver a pintar
EliminarComparto contigo, querido Xuan, esa forma de ver la fotografía como una forma de expresión de pintores inquietos, esa gente que hace del movimiento y la fugacidad una obsesión. De todas formas, me encantan esas pinceladas que le has dado a esta imagen.
ResponderEliminarUn abrazo grande.
Cuando veo a esos fotógrafos de largas exposiciones con sus trípodes a la orilla del mar, siento un poco de envidia de esos segundos de espera en los que se va cociendo a fuego lento una fotografía hasta cierto punto imprevisible. Yo ese tiempo me lo tomo cuando descargo la foto en el ordenador, esperando también que crezca y se transforme. A veces se necesitan años.
EliminarSin duda, ahora percibo que mi comentario era excesivamente "formal". Que tengas un buen fin de semana , Xuan.
ResponderEliminarJa, ja, cierto, debemos desprendernos de tanto formalismo.
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