Más de una vez me vi dibujado en el asfalto. Mi silueta recortada sobre él como un monigote del día de los inocentes. Alguna de esas veces no llegué a caer, escapé del golpe por milímetros. En esas ocasiones, cuando lograba dar alcance al corazón, me detenía para agradecer mi buena suerte al dios oscuro del azar, que sí juega a los dados, aunque trucados. Otras, en cambio, conocí el gusto acre que deja el alquitrán. Y no era dolor lo que sentía después de arrancarme la gravilla de la carne abierta. Era la vergüenza de saber que una parte de mí manchaba la calzada. De aquel entonces conservo parches de piel tersa y rosada en diversos lugares de mi cuerpo, así como una emoción malsana, como de viejo bebedor, cada vez que empuño el manillar de una bicicleta.
viernes, 25 de julio de 2008
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Este fin de semana me senté a observar cómo jugaban los niños. Se tiraban por un tobogán que pusieron sus padres en el jardín, aderezado con una colchoneta para que no se hiciesen daño al aterrizar sobre tierra firme...
ResponderEliminar¿Y qué ha sido de esas rodillas llenas de cicatrices de heridas orgullosas?. Ellos no tenían ni una. Y es una pena.
Tiene luz ese asfalto, aunque gris,y esa acera.Un dia deberia hacer peregrinaje a los sitios en que dejé parte de mis brazos o rodillas.Aunque el azar me cuida mucho y disfruto aún de mi sombra en el asfalto.
ResponderEliminarPues ese contemplativa me pareció muy interesante y curiosa, junto a la fotografía. Un trabajo peculiar.
ResponderEliminarmuchos saludos !
¡que bien, un ciclista!! no he tenido la "suerte" del asfalto, pero sí sé del dulce sabor del aire en la cara, de la sensación de volar cuando se toma velocidad en la bici, de ese olvidarse del tiempo y de todo pedaleando.
ResponderEliminarInevitablemente, en tu foto me gusta como luce la rueda de la bicicleta sobre el asfalto
Me gusta la foto, pero los recuerdos que has traído a mi, no mucho, la verdad que yo si sentía dolor cada vez que mi indomable bicicleta se cansaba de pujar por mi, dolor físico y me dolía el orgullo de no poder con ella; varias marcas tengo de aquella infancia en la que besaba el suelo con facilidad.
ResponderEliminar¿emoción? Tú ten cuidado con el alquitrán, la gravilla y la mancha de desquiciados que hay por ahí..
ResponderEliminarBuen proceso y encuadre particular.
Buen reflejo de un recuerdo reciente!!
ResponderEliminarVoy en bici al rtabajo, a comprar, de cervecitas... y hace poco un loco al volante, se saltó un semáfor... todo fué bien, nos esquivamos, pero hay, siempre hay bordillo con el que no cuentas, y... bueno acabas besando el suelo!!
Me gustan los colores de la foto, y la impronta de sangre dejada como recuerdo de esa futura herida de guerra!!
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarTu aprendizaje con la bicicleta parece que fué casi traumático, pero por contra demuestras una maestría fotográfica muy encomiable.
ResponderEliminarMe gusta este tratamiento (HDR?) y picado de la bicicleta.
Chapó!!
26 de julio de 2008 15:23
Pasaba por aquí.. andando, me gusta el tratamiento del asfalto tiene fuerza.
ResponderEliminarBuen fin de semana.
pues de ciclista a ciclista decir que no solo te comprendo sino que compartimos heridas, rasguños y marcas, yo estuve federado y fui pasando por todas las categorias desde alevín hasta el ultimo peldaño y ahi se truncó mi progresión, de haber seguido y dado el paso a profesionales hubiera sido contemporaneo de indurain ¡ahi es nada joder! tb estoy de acuerdo en el comentario de campurriana, los niños de ahora son, en fin, blanditos y delicados como flanes...ah y la foto muy chula como siempre
ResponderEliminarEsta claro que todos hemos dejado algo de piel por muchos caminos y carreteras, me gusta el encuadre cerrado que has escogido.Saludos
ResponderEliminarthis is very interesting and intriguing image the portion by the wheel have me wondering.
ResponderEliminarLa imagen es bella y el texto nos trae a bocados la infancia. El asfalto tiene peligros: como el de que nos engulla en el calor del verano. Hay que arriesgarse para ir lejos.
ResponderEliminaren realidad a mi no me costó mucho aprender a andar en bici... fueron peores las caídas cuando dí el salto a la btt. Ayer subí en la barra de la bici a mi hija y dimos un paseo recordando otros paseos de mi infancia, también sentado el dura barra del cuadro...
ResponderEliminarY yo que no supe andar en bici (no se en realidad)
ResponderEliminarQue no tengo un huesito roto, que no llevo más cicatriz que las de la varicela
Que vergüenza!!!!
Duro aprendizaje el montar en bici, pero no se olvida nunca. Las caidas te lo recuerdan y son como medallas en tu cuerpo.
ResponderEliminarCuántos trozos de nuestros ADN y vergüenzas poblarán los asfálticos caminos de nuestras vidas...! Lo gratificante es pensar que toda herida cicatriza, como todo escarnio se supera. Las manchitas rosadas de nuestro cuerpo nos recuerdan que hubo un tiempo en el que sabíamos menos.
ResponderEliminarBuena toma. Impacta. Me gustan tus reflexiones, tu ojo fotográfico y esa textura casi imposible que le has sacado al asfalto..! Algo me dice que voy a tener que interesarme por el HDR..
Besos!
Como he visto dos referencias ya al procesado HDR he de decir que el HDR para mi es como una de esas practicas sexuales exóticas de las que uno ha oido hablar, ha leido algo al respecto e incluso ha visto algo, pero que, si he de ser sincero, nunca he practicado personalmente. Todavía.
ResponderEliminarAquí otro que conserva parches de piel tersa de hace muuuuchos años.
ResponderEliminarLa mancha del asfalto parece una foto del espacio, una nebulosa, una galaxia,... algo así. Como si la bici abriese un universo en el asfalto.
Confieso que también he pensado en el HDR, que tampoco he practicado, pero, sea cual sea tu técnica, los resultados son conmovedores, y es lo que más me importa.
tu imagen junto con tus palabras nos transportan a aquellos días tratando de no caer... ahí frente a la gente, más por el orgullo raspado que por las rodillas o los codos
ResponderEliminarinteresante ...! Me parece yo veo una paloma? O una óptica equivocación?
ResponderEliminarSaludos