
viernes, 29 de febrero de 2008
jueves, 28 de febrero de 2008
Migraña

miércoles, 27 de febrero de 2008
Angel caído

martes, 26 de febrero de 2008
Desde la óptica de Venus

lunes, 25 de febrero de 2008
Telar

domingo, 24 de febrero de 2008
sábado, 23 de febrero de 2008
viernes, 22 de febrero de 2008
Cuestión de sexo

jueves, 21 de febrero de 2008
Contemplativa

El mar es lo abstracto, lo informe, apenas el soporte de un color, lo ilimitado.
Aunque también por eso mismo el mar es la potencia, la posibilidad de lo latente, la amenaza.
En cualquier caso el mar oculta algo que no sabemos en que consiste y tal vez nos atrae precisamente porque es promesa sin objeto, recipiente de nuestro deseo.
miércoles, 20 de febrero de 2008
Cinefilia

A las tres de la tarde se coloca la segunda bobina y pese al fin de la huelga de guionistas, la historia parece repetirse. Los extras, eso sí, aparecen ahora un tanto demacrados pues no han comido todavía.
Cuando al fin llega la noche, la pantalla se ilumina y me monto mi película.
martes, 19 de febrero de 2008
Beso certificado

lunes, 18 de febrero de 2008
Cuerpo a cuerpo

domingo, 17 de febrero de 2008
Transporte urbano

viernes, 15 de febrero de 2008
Travesuras (II)
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Bienvenido sea cada centímetro de calle que se logre rescatar para el ciudadano de a pie, aunque no estoy seguro de que tan noble causa nos legitime para tomar a los niños por rehenes. Porque vamos a ver, si de verdad queremos recuperar la memoria de la infancia (que es de lo que en el fondo se trata) no la falseemos más de lo imprescindible: lo mejor de jugar en la calle, el verdadero motivo que hacía atractivo el callejeo y casi necesario, era precisamente que podíamos evadirnos de la mirada vigilante de los mayores, aunque fuera solo por un momento y aunque luego hubiera que inventar alguna que otra mentira. De lo contrario la calle no sería más que la prolongación del patio del colegio.
No creo que hoy los niños necesiten ni más monitores ni más alternativas a los videojuegos. Lo que necesitan es un poquito más de aburrimiento al que vencer y alguien que les marque dónde acaba el tiempo para vencer el aburrimiento. Por nuestra parte los papás cuarentones tenemos todo el derecho del mundo a idealizar nuestra infancia como nos venga en gana, pero no a compadecer a nuestros hijos por habérsela perdido. Hay que dejar que de vez en cuando nos borren la pizarra.
Pese a todo, ojalá la iniciativa tenga éxito. Yo soy un privilegiado que tengo delante de mi casa una plaza fantástica donde los guajes corretean a su aire, (aunque sea en libertad vigilada) y da gusto verlos. Aunque hay media docena de carteles que prohíben jugar a la pelota porque por lo visto los niños molestan, arman mucho escándalo y no dejan dormir la siesta.
jueves, 14 de febrero de 2008
miércoles, 13 de febrero de 2008
Encargados de amanecer el día

Adoptar esta manera de percibir el sentido del tiempo me parece en principio una gran liberación: desquitarse de la tiranía de los relojes, y sobre todo de los despertadores, poder llegar tarde a cualquier cita, convertir al fin el tiempo en calderilla. Pero ojo, toda liberación tiene sus contrapartidas. Es cierto que por una parte se producirían grandes excedentes de tiempo que podríamos emplear en profundas meditaciones de las que indudablemente surgiría un mundo mejor. Pero por otra parte, que el tiempo dependa de nuestra voluntad y de su puesta en acción significa que nada podrá planificarse de antemano, que deberemos vivir asentados en la provisionalidad, como hacen la mayoría de los africanos cada día, y no precisamente por voluntad propia. No podremos disponer de un tiempo propio porque deberemos estar permanentemente disponibles para cuando la confluencia de voluntades haga surgir el acontecimiento. Casi sin darnos cuenta esa libertad total se habrá convertido en responsabilidad absoluta puesto que de ti depende que todo tenga lugar.
No parece esta una mala disposición de ánimo en estos tiempos de general irresponsabilidad, aunque tal vez se resintiera nuestra salud, tan acomodada a las prescripciones facultativas. No sé si en África la gente se levanta al amanecer o amanece cuando la gente se levanta. Pero, francamente, si yo supiera que la salida del sol depende del capricho de mi pereza no podría pegar ojo en toda la noche. A1 final va a resultar que con esa máxima del no por mucho madrugar amanece más temprano se salvaguardan los beneficios del esclavo occidental: saber que si tú no te levantas otro lo hará por ti (aunque esta afirmación no la entienda la mente obtusa de tu jefe) da una gran tranquilidad de espíritu. En el fondo el contrato social que nos sustenta es también y ante todo un contrato temporal en sus diversas acepciones. En fin, que lo malo no es que nos despierte el despertador. Lo malo es que a estas alturas de la civilización al despertador ni siquiera hace falta darle cuerda.
martes, 12 de febrero de 2008
lunes, 11 de febrero de 2008
Santa Bárbara

domingo, 10 de febrero de 2008
Grafología vegetal

sábado, 9 de febrero de 2008
viernes, 8 de febrero de 2008
jueves, 7 de febrero de 2008
Puertas al mar

miércoles, 6 de febrero de 2008
Breve paréntesis en Carnaval

martes, 5 de febrero de 2008
lunes, 4 de febrero de 2008
Puente San Sebastián

sábado, 2 de febrero de 2008
viernes, 1 de febrero de 2008
La oveja contestataria

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