¿Qué historias nos cuentan los objetos desde su mutismo? ¿A qué matemático lenguaje obedece su casual disposición? ¿Hablamos el mismo idioma? ¿Qué significan en el mundo inanimado conceptos como unidad y multiplicidad? ¿Qué proceso tiene un mayor alcance, el de agregar o el de desagregar? ¿Qué estrategia es la más efectiva?
La panoya de maíz es de una dureza extraordinaria, contundente. Es imposible partirla o triturarla por medios no mecánicos. Para separar sus granos se requiere la fricción mediante un movimiento de torsión alrededor de su superficie, y a tal efecto suele emplearse, es curioso, el blando esqueleto de otra panoya. Sin embargo, pese a su organización perfecta, sin resquicios, la panoya en cuanto tal es estéril. Sólo cuando el grano se separa tiene alguna posibilidad de fructificar. La máxima desorganización, la anarquía, es entonces la premisa de la continuidad de la vida y su expansión más allá del trillado territorio de partida. Un grano solo encierra en sí todas las posibilidades que la panoya desconoce. El grano dará después lugar a otras panoyas, casi todas iguales, es cierto, pero alguna en el límite de la probabilidad, será distinta y ella será también ejemplo de soledad en los maizales uniformes. Esa panoya organizada conforme a un patrón nunca antes visto, si el momento y el lugar son favorables, dará lugar a un cereal cuyo sabor ni siquiera imaginamos. Si las circunstancias, en cambio, no fueran propicias perecerá sin más, como un engendro inconcebible.
Así es como, más o menos, sucedían las historias en el tiempo anterior a los transgénicos.
Que intenso color dorado veo en el monton de panoyas, cuando era pequeña no las veia tan doradas, cuando teniamos que enfrentarnos a una montaña de ellas, en aquellas tardes lluviosas de octubre y noviembre,para "esfoyarlas" y después "apurrirlas" que era tarea de niños, mientras que "enrestrarlas" era la tarea de los mayores, cuando haciamos aquellos piños de tres panoyas, a las que les ibamos juntando aquellas pocas hojas que les habiamos dejado y se las acercabamos a mi padre o a mi "guelo" para que trenzaran aquellas hileras largas que luego colocaban en el corredor de la panera para que se secaran y sirvieran de alimento a las vacas y a las gallinas; y también a nosotros con aquellas boroñas y bollas preñadas que mi madre preparaba en el horno de la cocina de leña, aquel alimento de pobres que es ahora para mi, un manjar mas del recuerdo. Igual que las historias que oíamos contar en aquellas tardes-noches de esfoyada en la que venian, vecinos y familiares, historias de otros tiempos a las que los niños apenas si haciamos caso, cuando jugabamos a encontrarlas panoyas entre las "fueyas", historias de un mundo que ya se fue y que a mí me apena que se haya quedado en el olvido, pues mis recuerdos infantiles son vagos y se limitan a algunas imagenes que regresan a mi cuando veo fotos como esta. Gracias por hacerme recordar a todas aquellas personas que conocí.
ResponderEliminarAhora vivimos a dentelladas y así devoramos todas las panoyas y todas nuestras paranoias.
ResponderEliminar(Disfruto leyendo tus densas y elaboradas opiniones)
Otra foto preciosa! Eres El Rey de la luz y la composicion! Me encanta!
ResponderEliminara mi me gusta el lenguaje fotográfico encontrar todo lo que una foto quiere decir, aunque parezca simple, aunque parezca que no hay mas. Me gusta particularmene la iluminación de esta toma, y la iluminación individual pàra una mazoca no menos individual
ResponderEliminarsaludos brujos, te he añadido a favoritos para no olvidarme de pasar regularmente
efectivamente eso pasaba -lo cuenta muy bien mj- antes del transgenico...
ResponderEliminarCuanta verdad encierra el dicho aquel de no acostarse sin saber nada nuevo. Bonitas luces, gran texto y me hizo gracia aquello de los tiempos pre-transg�nicos :). te enlazo en mi blog. Saludos
ResponderEliminarQue ejercicio..... foto y texto, le sacas el jugo a las cosas hasta la última gota, felicidades por ello!
ResponderEliminarFantástica luz y composición y tengo que decir que me he quedado un poco reflexivo tras leer tu disquisición ;-)
ResponderEliminarSaludos.
La historia y la toma pertenecen a ese tiempo que se pierde.
ResponderEliminarSustituido por el plástico y lo transgénico.
En la lucha entre lo individual y lo colectivo, qué poco sabios hemos sido. Cada grano hace una nueva planta, en la que vuelve a surgir la arquitectura perfecta de lo colectivo. Luego, viene la mano humana y lo desarregla todo.
ResponderEliminarNunca me defrauda, ni tus fotos ni tus escritos. besitos
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