
Mientras mamá y papá daban vueltas en torno a la iglesia prerrománica de San Pedro de Nora, haciendo cábalas a cerca de la verdadera disposición de sus piedras restauradas, Nicolás encontró la tela de la araña, y orgulloso mostró su estructura indiscutible y su disposición eficaz pese a los siglos.
La paciente labor de la araña, perfecta y deslumbrante; la mirada del mundo que descubre el mundo y aun no sabe que hay tantas telas de araña invisibles y peores...
ResponderEliminarEl centro de la tela en pleno centro del ojo.
ResponderEliminarEs una foto increible.
Hay que saber mirar para descubrir tanto misterio.
Amigo, desculpe a ousadia de entrar assim, mas o ocaso tem destas coisas ! Tem aqui um belo trabahlo.
ResponderEliminarUm abraço
Foto muy bonita, con la presencia de tu hijo, precioso contraste del tiempo; La paciencia de la araña para tejer y la impaciencia de los niños. besitos y un abrazo desde la Torre
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